Redacción. Un reciente estudio cooperativo de la Sociedad Española de Urología sitúa la prevalencia de la vejiga hiperactiva en un 6% de mujeres de 25 a 60 años, y 4,6% entre varones de 50 a 64 años, siendo más frecuente en edades más avanzadas y en personas hospitalizadas o en residencias donde los valores aumentaban hasta el 40% en mujeres y un 35% en hombres. La Clínica HLA Los Naranjos suma al abordaje tradicional el tratamiento con toxina botulínica con resultados efectivos y efecto prolongado.
El Dr. Marco?Aníbal?Ayala?Semidei es, miembro de la Asociación Española de Urología y premio ‘Mejor publicación urológica Metges Rosello’, de la Real Academia de Medicina de Palma de Mallorca (2015). El doctor de la clínica de HLA en Huelva explica sobre la vejiga hiperactiva que “el síntoma distintivo es la presencia de urgencia urinaria. Un deseo miccional repentino e imperioso, difícil de posponer. Normalmente está acompañada de una frecuencia miccional aumentada y de nocturia, con o sin incontinencia. Ante la presencia de estos síntomas, lo primero hay que descartar la presencia de infección del tracto urinario o de otras patologías de similar sintomatología como un detrusor hiperactivo, de origen neurológico o indefinido”.
El tratamiento para la vejiga hiperactiva, tanto en hombres como en mujeres, comienza con la recomendación de medidas higiénico-dietéticas: reducción de peso, modificaciones de las conductas alimentarias como la disminución de bebidas estimulantes como el café, y el entrenamiento del suelo pélvico. En un segundo nivel, a estas acciones se suma la medicación por vía oral con antimuscarínicos. Si ambas medidas fracasan se escala el tratamiento a un tercer nivel, con técnicas como la estimulación del tibial posterior que comparte origen con todos los nervios que controlan la vejiga urinaria, ano y suelo pélvico; la neuromodulación de las raíces sacras responsables del arco reflejo miccional, y por supuesto, la aplicación de toxina botulínica.
El Dr. Ayala detalla que “se trata de un procedimiento que se puede realizar bajo régimen ambulatorio, por lo que el paciente se va de alta tras un corto tiempo en observación. Utilizamos unas 100 unidades de toxina botulínica que inyectamos, guiados por una parrilla y con la ayuda de un cistoscopio flexible, en 20 puntos específicos dentro de la vejiga. Si bien no es una técnica dolorosa, adaptamos el procedimiento de forma personalizada a cada paciente según su perfil y preferencia, pudiendo abordar el caso con anestesia local, sedación, también con anestesia raquídea e incluso con anestesia general”.
Entre los beneficios de tratar la vejiga hiperactiva con bótox está evitar el uso crónico de anticolinérgicos (bloquea la acción del neurotransmisor acetilcolina, responsable de enviar señales al cerebro que desencadenan la necesidad de orinar) y sus efectos adversos.
Además, el efecto del bótox es prolongado, entre 6 y 9 meses, y al tratarse de una patología crónica está indicada la reinyección a partir de los 3 meses. “En la comparación de resultados entre los medicamentos por vía oral y el uso del bótox, la diferencia en la calidad de vida del paciente es muy significativa”, concluye el profesional.
Sobre Grupo Hospitalario HLA
El Grupo Hospitalario HLA es uno de los mayores proveedores hospitalarios de España. Lo componen 18 hospitales y 38 centros médicos multiespecialidad con unidades de referencia en tratamientos de última generación, que trabajan de forma integrada para proporcionar acceso a una asistencia sanitaria de alto nivel.
Con 1.300 camas de hospitalización y más de 40 años de experiencia, HLA es un referente en la atención hospitalaria y ambulatoria. Sus profesionales garantizan un modelo de atención que se basa en la excelencia, la innovación, la responsabilidad y un trato humano y cercano con el paciente.