HBN. Triste noticia para Huelva y, por supuesto, para el devoto barrio del Polvorín. Su Reina no sale a la calle este Miércoles Santo de 2024. El temporal ha obligado a la Hermandad de la Victoria a quedarse en el templo, y realizarán la estación de penitencia de forma privada.
Imagen desoladora la de los hermanos y devotos del Polvorín a las puertas de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, resguardándose de la lluvia bajo sus paraguas, mientras pasaban los nazarenos vestidos y costaleros listos, entrando en la iglesia para la preparación de la salida de sus Titulares. Hasta que finalmente se ha tomado la decisión de no salir este año.
Este año luce restaurado Nuestro Padre Jesús de la Humildad, por Enrique Gutiérrez Carrasquilla. Además, su paso de misterio estrena el dorado de uno de los costeros de la canastilla. En el paso de palio, Orfebrería Triana ha culminado nuevas tandas de candelería y ha realizado el juego de pértigas de acompañamiento al Libro de Reglas. Estas novedades, aunque no podrán estrenarse por las calles onubenses hoy, podrán verse en el templo tras la estación de penitencia privada.
La Real, Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad del Sagrado Corazón de Jesús y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad Despreciado de Herodes, María Santísima de la Victoria y San Juan Evangelista, cuenta con 1750 hermanos aproximadamente, y su Hermano Mayor es Tomás Díaz García. Los nazarenos van vestidos con túnica blanca, cíngulo de lana rojo, botonadura, capirote y capa azulina. Los capataces que guiarían hoy a los Titulares por las calles onubenses son José M. Moreno (paso de Misterio) y Luis Álvarez Duarte (paso de Palio).
El acompañamiento musical de este año estaba a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores Vera Cruz de Los Palacios, el Cristo, y la Banda Fiarmónica de Pilas, la Virgen. Ambas de Sevilla.
Los onubenses echaremos de menos este año, además de momentos preciosos en el recorrido de esta Hermandad, la espectacular y emocionante ‘petalá’ que cada año despide a la Reina en su barrio, antes de llegar al templo en su recogida. Un escenario verdaderamente conmovedor, una lluvia infinita de pétalos, donde se puede ver con toda claridad el profundo amor y devoción que el Polvorín siente por Ella. Victoria siempre, Huelva y Reina.