Redacción (FITUR). Estábamos allí y lo escuchamos. Lo escuchamos y lo paladeamos. Porque la cata que el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jamón de Jabugo organizó en Madrid este viernes tenía el propósito de responder a esta cuestión, sencillamente. El espacio del showcooking del Pabellón de la Andalucía de Fitur fue el lugar. La hora, según señaló el alcalde de Jabugo, Gilberto Domínguez Sánchez, resultaba ideal, aproximadamente las diez y media de la mañana. Tal comentario provocó, como era natural, la apreciación por parte de todos y cada uno de los presentes, sonrientes, de que el Jamón de Jabugo resulta ideal probarlo, degustarlo a cualquier hora de las veinticuatro que tiene el día.
Un magnífico ambiente en el citado espacio, donde se conjugaban muchas perspectivas pero todas unidas por la admiración al producto de este territorio de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche que hace enorgullecer a toda una provincia. Así lo manifestaron tanto la delegada en Huelva de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía, Teresa Herrera Vidarte, como la diputada provincial responsable de Turismo, Ana Delgado Morgado. Antes el alcalde jabugueño había sintetizado en sus palabras la dualidad indivisible entre su pueblo y el jamón, el jamón y su pueblo. Una pequeña pero gran localidad porque está abierta y conectada con el mundo a través de ese reinado gastronómico. Atento al buen desarrollo del acto se encontraba, así mismo, el director general del Consejo Regulador, José Antonio Pavón Domínguez.
Miguel Prieto Mora, cortador de la ‘Ruta del Jabugo’ dirigió la cata protagonista del showcooking. Una experiencia que no puede simplicarse. La definición que hace Prieto del Jamón de Jabugo es una ponencia que deja expectantes a los presentes, y que permite entender el concepto en el plano más extenso de su concepción. Para empezar hizo observar el hecho de que escuchar o nombrar el término que define al pueblo, Jabugo, automáticamente nos conduzca a identificar ese jamón único, objeto gastronómico tan deseado en todo el mundo.
Prieto también destacó, antes de invitar a los asistentes a degustar unas lonchas de jamón de Jabugo recién cortadas, el proceso laborioso, paciente y artesanal, para llegar a ese momento. Año y medio, dos años, tres o cuatro de curación para alcanzar algo sublime. Una tradición de seiscientos años que tiene en el municipio y su entorno su principal referencia social y económica. Un profundo significado identitario y etnográfico que subyace en cada loncha de jamón que se siente en las manos y que, definitivamente, inunda las bocas de unas sensaciones que se quedan placenteramente en el paladar durante tiempo.
Sonrisas y significativos gestos de aprobación los que los presentes en el showcooking de Jamón de Jabugo. Buena razón tenían, participaban en una cata del mejor jamón del mundo.
Jamón de Jabugo, el mejor del mundo.
