José Manuel Alfaro/ Sección de ficción ‘Cuaderno de Muleman’. Corren tiempos convulsos de desafectación social, en los que parece haberse perdido la cortesía, tiempos en la que la impaciencia en la cola de una tienda de barrio se ve como una amenaza o en la que salir a la calle y encontrarte a un paisano y darles los buenos días se ha convertido en una declaración de guerra. Pero todo esto puede cambiar en la provincia o al menos en Beas, donde colocarán en los próximos días uno cartel gigantesco en el que se podrá leer “Buen día con B de Beas”.
Un cartel con el que se quiere despertar ese lado humano que llevamos todos dentro, un mensaje sencillo y directo que podamos decir sin poner la excusa de que tenemos una llaga en la boca, nos colocaron ayer el aparato de ortodoncia, estoy afónico o no sé leer. Un mensaje que busca romper esa irracionalidad antisocial e individualista que se ha vuelto motor de nuestro día y en la que no hay espacio ni para desear el mejor de los días posibles ni al vecino que pone a mear a su perro en el zócalo de tu casa.
Algo que podía cambiar gracias a una agencia de publicidad de Beas a la que se le ha ocurrido una idea y que es la artífice de una de las campañas de publicidad más revolucionarias de los últimos tiempos esta localidad del corazón de la campiña de la provincia. Querían una campaña que ofreciera un mensaje claro y sencillo y que pusiera en valor estas dos palabras tan importantes como son “buen día”, buscaban además que la campaña se hiciera viral en toda la provincia y que todo el mundo se preguntase dónde estaba Beas. La idea era colocar un cartel en un lugar estratégico que pudiera verse no solo desde cualquier punto de la localidad sino desde la propia carretera nacional.
Aunque aún no se ha decidido el lugar donde se podría ubicarse, porque habría que buscar un punto alto y por las condiciones topográficas de Beas, los únicos puntos visibles serían la torre de la Iglesia Parroquial de San Bartolomé y el depósito del agua, dos lugares estratégicos que podrían albergar un gigantesco cartel de récord que podía verse incluso a kilómetros de distancia, pero sobre todo desde cualquier punto del municipio.
Aunque la idea de recordar a la gente que vea el cartel de que desee un buen día es ridícula y casi no habría que hacerlo. Este mensaje en una segunda fase de plan de marketing diseñado por esta empresa de publicidad de Beas, tiene también como objetivo colocar otros carteles por toda la geografía provincial y convertirlo así en un símbolo como ya lo fue ese toro negro que corona alguno de los lugares más importantes de la geografía nacional. El cartel gigante serviría también como estrategia de comunicación en las ferias de turismo más importantes de todo el mundo que podría terminar en un objetivo más ambicioso aún, el de colocarse a la entrada de la mismísima capital del país o en la puerta de la entrada del congreso de los diputados.
Locura o realidad se abrazan en este proyecto Beasiano que solo se debe salvar una pequeña dificultad, si la palabra Beas se refiere a la localidad o a la protagonista de Verano Azul, la hermana de Tito y la guapa oficial del grupo, cuyo amor se disputaron durante toda la serie Javi y Pancho. Algo que no preocupa en la agencia de publicidad porque saben que todo el mundo sabe que esa Bea le falta la S de Beas.