Redacción. La festividad de Todos los Santos continúa siendo «muy importante» para el sector de la floristerías, ya que se «mantiene» la tradición de poner flores en los nichos y tumbas, por lo que se «las ventas aumentan» en esta época, toda vez que las rosas y los claves siguen siendo «las más demandadas», aunque los clientes de la provincia cada vez van «modernizándose un poco y buscan algo distinto».
En declaraciones a Europa Press, el florista Antonio Rivera, que regenta un establecimiento en Huelva capital, ha señalado que estas fechas siguen siendo «importantes» para el sector de las flores, ya que se «nota en las ventas», gracias a que se sigue perpetuando la tradición de poner flores en las tumbas de los seres queridos que ya no están.
De hecho, ha asegurado que al menos en la capital «sí se nota el aumento de actividad» en estas fechas, ya que «se producen bastantes encargos para los nichos, tanto en flor natural como en artificial».
«Pero pienso que en la capital no es tan intenso como los pueblos. Evidentemente, al haber menos compañeros, la demanda es mucho mayor. En la ciudad el trabajo se reparte entre todas los establecimientos, pero sigue habiendo muchos encargos. De todas maneras, también las floristerías del cementerio son las que más venden porque la gente, por comodidad, evidentemente, va directamente allí al cementerio y compra cualquiera de las flores que tiene a la venta», ha manifestado.
Por ello, ha asegurado que los onubenses, «sobre todo las personas mayores, siguen manteniendo la tradición de acercarse al cementerio, a ver cómo están las tumbas, limpiarlas y cambiarle sus flores», por lo que desde sus establecimiento, Rivera no ha notado que haya mermado esta actividad, «sino todo lo contrario».
En cuanto a las preferencias de los onubenses, Rivera explica que las rosas y los claveles siguen siendo las «más demandadas» en estas fechas en las floristerías, pero luego «hay gente que quiere cosas más completas y especiales y se adapta a los gustos de cada cliente».
«Pero este tipo de encargo es muy estándar, porque las lápidas normalmente suelen tener una jardinera o un jarrón, con lo cual no son trabajos que sean excesivamente grandes, pero la gente lógicamente le pone mucho empeño en que ese día sus seres queridos tengan unas flores bonitas y diferentes. La gente intenta algo distinto, siempre», ha añadido.
No obstante, Rivera ha matizado que los gustos «como todo, también evolucionan», aunque, es «un elemento en el que tampoco se puede aportar algo muy diferente, debido a su reducidas dimensiones», porque los centros o los ramos «no son excesivamente ostentosos o vistosos, a excepción de algunas tradiciones como las tumbas gitanas, que sí tienen su tradición de poner unos trabajos florales de grandes dimensiones y muy vistosos, que se diferencian notablemente de los habituales».
«Pero, por norma general, en los tipos de flores o en cómo mezclarlas es donde se va notando la diferencia, es decir, se van modernizando, van cambiando un poco los gustos», ha añadido.
Por otra parte, ha reconocido que la inflación también ha afectado a las flores, ya que los precios «han subido considerablemente y los precios están desorbitados en estas fechas», algo que, según ha señalado «se incrementa en los días punteros en el calendario, como los de San Valentín, el Día de la Madre y demás, la diferencia se nota considerablemente».
«Yo particularmente no me permito situar el precio de la flor a la subida que tiene, porque si no, la verdad, sería casi prácticamente imposible en algunos casos. Entonces, respetamos la venta, intentamos hacer un ‘fifty-fifty’ con los clientes, porque si no la venta sería prácticamente imposible», ha concluido.