Los fantasmas del hospital Manuel Lois

HBN. El escritor onubense A.F. Soria lanza su primer libro ‘Historias para la Noche de Brujas’, una compilación de relatos cortos de terror, uno de los cuales sucede en el famoso hospital onubense Manuel Lois, llamado ‘Los fantasmas del hospital’.

Este lugar, que ha visto nacer a la mayoría de los onubenses mayores de 25 años, es pasto de historias de miedo desde que dejó de servir de hospital. Al ser un lugar que muchos de los onubenses probablemente recuerden, este libro podría interesar a los apasionados de las historias de miedo, especialmente ahora que se acerca Halloween.


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‘Historias para la Noche de Brujas’ es una compilación de relatos cortos aterradores y misteriosos, cuidadosamente tejidos para mantener al lector en vilo a medida que se sumerge en el mundo del horror sobrenatural y lo desconocido. Cada historia nos transporta a diferentes lugares y épocas, donde personajes valientes se enfrentan a fenómenos paranormales, fantasmas, criaturas siniestras y maldiciones ancestrales.

A.F. Soria es un autor novel que se estrena con este libro. Inspirándose en sus años de residencia en Clontarf, barrio dublinés donde otrora Bram Stoker hiciera lo propio con su novela Drácula, nos ofrece esta serie de relatos ideales para leer en Halloween.


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Os dejamos un fragmento de la historia que transcurre en el Manuel Lois, para abrir apetito:

Los fantasmas del hospital

La noche caía sobre Huelva en el año 2000, y el grupo de seis adolescentes se reunía en la casa de Álvaro, ansiosos por comenzar su aventura en el hospital abandonado Manuel Lois. La Víspera de Todos los Santos estaba en su apogeo, y los jóvenes no podían pensar en un lugar más aterrador para pasarla. Marta, que había investigado previamente el hospital, compartió con el grupo historias de terror y sucesos paranormales que habían ocurrido allí,
incrementando su nerviosismo. Aun así, el miedo no les impidió prepararse para la emocionante aventura. Cargaron sus mochilas con linternas, baterías adicionales, una cámara y provisiones, dispuestos a enfrentarse a lo desconocido.

Una vez listos, los seis amigos comenzaron a caminar hacia el hospital abandonado. A medida que se acercaban, la silueta oscura del enorme edificio se alzaba ante ellos, proyectando una sombra inquietante sobre los chavales. La luna llena iluminaba el camino, pero las nubes amenazaban con ocultarla en cualquier momento. Cuando llegaron a las afueras del hospital, Matías no pudo evitar estremecerse al contemplar la enorme estructura. Las ventanas rotas y las paredes cubiertas de humedad le daban un aspecto aún más escalofriante. Álvaro, siempre valiente, tomó la iniciativa y abrió la oxidada puerta de hierro que daba acceso al hospital.

Una vez dentro, la oscuridad era casi total. Encendieron sus linternas y comenzaron a explorar los largos y estrechos pasillos, llenos de escombros y restos de un pasado olvidado. Rocío, sintiendo la energía del lugar, se estremeció al percibir una presencia sobrenatural. Sergio, tratando de aligerar la tensión, comenzó a contar chistes y hacer bromas sobre los fantasmas, pero su humor sólo aumentaba el miedo de Matías, quien no dejaba de mirar hacia atrás, temiendo que algo los siguiera.

Mientras caminaban por el pasillo, Carmen tomaba notas en su cuaderno, anotando cada detalle y observación que hacía. Sin embargo, la curiosidad de Carmen no era compartida por todos, y algunos de sus amigos estaban más preocupados por lo que podrían encontrar en el hospital que por resolver sus misterios. Así, el grupo de adolescentes avanzó lentamente por el hospital abandonado, sin saber que pronto se enfrentarían a los horrores que habían escuchado en las historias y a los fantasmas que, según la leyenda, vagaban por los oscuros pasillos del edificio.

Los amigos continuaron adentrándose en el hospital abandonado, explorando las habitaciones y áreas comunes que alguna vez estuvieron llenas de ajetreo. En una de las habitaciones, encontraron una antigua silla de ruedas, cubierta de polvo y telarañas. Rocío, que sentía cada vez más la presencia de lo sobrenatural, se acercó a la silla y la tocó con cautela, sintiendo como se le helaba la sangre.

En ese momento, un grito estremecedor rompió el silencio. Se sobresaltaron y corrieron hacia donde provenía el grito. Allí encontraron a Matías, temblando y con los ojos llenos de terror, apuntando hacia el final de un pasillo. Al mirar, todos vieron la figura de una joven mujer, de cara pálida, pelo negro y largo, vestida con un camisón blanco, iluminada por una
misteriosa luz que no parecía proceder de ninguna parte. Al apuntar con sus linternas, desapareció…

Si quieres leer más, el libro está a la venta en Amazon.

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