Redacción. Llega una muestra especial a la Casa Colón de Huelva a partir del próximo 2 de octubre, ‘Buenas Vibraciones‘. Una propuesta que tiene ese positivo lema como título y que contiene el más variado espectro de respuestas, en este caso fruto de la creatividad de diecisiete notables artistas onubenses.
Organizada por Huelva Buenas Noticias, en el contexto de la conmemoración del décimo aniversario del periódico, y patrocinada por la Fundación Caja Rural del Sur, tiene lugar desde el 2 al 15 de octubre en la Sala Tinto de la Casa Colón. El lunes, 2 de octubre, está prevista la inauguración de ‘Buenas Vibraciones’, a las 19:30 horas. Y partir del 4 será visitable en horarios de mañana y tarde, de 10:30 a 13:30, y de 18:30 a 20:30, respectivamente. Los sábados el horario será solo matinal.
Una exposición colectiva en la que se podrá disfrutar de la pintura y la escultura a través de esas diecisiete obras que ofrecen la interpretación que hace cada uno de los artistas al lema sugerido. Los autores responden a muy diversos estilos y conforman una selección heterogénea y representativa de la pintura y escultura actuales onubenses.
En concreto, y por orden alfabético, la atractiva muestra cuenta con obras de José Manuel Albarrán Pino, Cristina Caleza, Manuel Calvarro, Agus Díaz Vázquez, Carlos Dovao, Alberto Germán Franco, Nieves González, Martín Lagares, Pablo Merchante, Esther Morcillo, Susana Pérez Barrera, Rafa Pinto, Manuel Enrique Ramírez Vega, Pedro Rodríguez, Alexis Sánchez, Juan Manuel Seisdedos y Claudia Suárez.
Como señala el Comisario de la Exposición, Jesús Ricca Molins, hablamos de diecisiete creadores del hoy, del ayer y del mañana, ejemplos de autenticidad y buenas vibraciones.
Ricca resume los perfiles de estos artistas en la siguiente descripción:
«Por sus venas recorre la energía contenida en el universo de José M. Albarrán Pino, cuyas pinceladas ejecutan paisajes infinitos llenos de naturaleza y espíritu propios. Al mismo tiempo, Cristina Caleza sueña con una feminidad firme y decidida, bañada por el ácido color de los videojuegos derramados sobre sí. En piedra, escayola o mármol, Manuel Calvarro nos hace creyentes de sus ídolos y dioses, que emanan devoción y plasticidad en cada uno de sus perfiles.
Asimismo, la castiza animalada de Agus Díaz Vázquez nos resuena a través de salvajes colores y ávidos brochazos, de los que brota su ansioso cante. Con pinceladas seguras y
firmes, Carlos Dovao regala al mundo su apasionado arte, repleto de carácter y remarcada personalidad contemporánea.
A su vez, Alberto G. Franco nos hace caminar tras los pasos de sus esculturas, ágiles, frescas y robustas en sentimiento y técnica, cobrizas y terracotas.
Explosivo de color e ingenuidad, Nieves González derrocha su imaginario propio sobre el lienzo, empastado de sustancia y humor. A la par, Martín Lagares captura sin igual la elegancia que habita en la feminidad plástica y desnuda de sus monumentos, esencia de
humanidad y erotismo.
Y conversando con una realidad deconstruida y simbólica, el arte de Pablo Merchante se deja ver a través de la tensión de una pintura primitiva, abstracta e intuitiva, base de su genial lenguaje. En paralelo, Esther Morcillo reconstruye de rosadas tonalidades la metáfora misma de la vida y descompone las piezas de sus bellos collages para recomponer la filosofía propia de su mundo.
Sin igual, Susana Pérez Barrera llena de cromatismo y lírica cada partícula del lienzo, enfurecida de alegría y bajo el prisma más dulce de la creatividad. Al mismo tiempo, la vida bebe amor, desamor y revolución tras los trazos de Rafa Pinto, artífice de ensoñaciones eternas e inolvidables, teatrales y perpetuas.
Vaporosa y adivinada sobresale la obra de Manuel E. Ramírez, efervescente de energía en sus cálidas pinceladas y su personal dibujo. Cristalizada e idílica se desplaza la mirada de Pedro Rodríguez a través de la tela, la cual se nutre de sensibilidad y preciosismo tras la tradición de los objetos que perviven en sus icónicos bodegones. Contrapuesto, Alexis Sánchez juega con la sátira y el cómic como herramientas de expresión inocente y refrescante, atractiva y actual.
Tornados de fascinación y profundidad se vuelven los encuadres trazados de Juan Manuel Seisdedos, quien se hace dueño de la materia infinita de la sensibilidad a base de texturas y colores atemporales. E inolvidable resulta la obra de Claudia Suárez, quien alimenta su trabajo con la tradición más mundana y entrañable de la juventud, divertida y elocuente en trazo y color y ataviada con la mayor de las simpatías«.
Exposición artistas onubenses, Buenas Vibraciones.