RFB. Gladys Méndez Naylor es la choquera más inglesa porque no solo heredó el encanto de la entrañable y recordada Isabel Naylor, si no de alguna forma el testigo británico en estas tierras de su abuelo Thomas, que era probablemente el inglés más choquero de nuestra provincia. Y atribuimos este calificativo al ingeniero de Isleworth porque, al contrario que la mayoría de los que llegaron de allí, no retornó a las Islas, quedándose de por vida en España, definitivamente en Huelva -tuvo como alternativa Egipto- y consolidando, al fin y al cabo, una familia española.
A Gladys, que tiene un cuarto de sangre inglesa aun siendo más de Huelva que el choco, muchas veces se le llama para ejercer de alguna forma de ‘embajadora oficiosa‘ en nuestra ciudad, atendiendo en ocasiones a visitantes de la nacionalidad de su abuelo. Tiene más perfil británico que sus hermanos, aunque estos no renieguen de sus orígenes e incluso cuenten con rasgos físicos que les delatan.
Esta entrevista, que podría justificarse también por muchas otras razones, se enmarca en la serie ‘Piezas Clave‘, que estamos desarrollando con motivo del trigésimo aniversario de la Universidad de Huelva. Porque Gladys Méndez forma parte del profesorado, y por ahora en base a una figura que quizá sea la más débil del eslabón docente, Profesora Sustituta Interina. Débil nominalmente como decimos, pero fundamental para que la dinámica universitaria siga funcionando con normalidad, manteniendo en términos prácticos sus valores añadidos, tanto en docencia como en investigación.
Desde luego manifiesta nuestra protagonista que se encuentra feliz en la Universidad de Huelva, disfrutando de su docencia en el Grado de Filología Inglesa y del ambiente de la misma. Nos encontramos ahora en la Casa Colón, lugar especial y simbólico de la presencia británica en Huelva y particularmente para ella. Su abuelo vivió aquí, y su madre con él y su abuela Carmen, hasta que se casó. De hecho celebró su boda en el magnífico salón del espectacular y tristemente desaparecido Pabellón Norte.
A Gladys Méndez le queda poco para culminar y defender su tesis doctoral. Versa sobre viajeros de habla inglesa que visitaron la provincia de Huelva, de principios del siglo XX. Nos dice que «son en concreto tres viajeras que visitaron la provincia de Huelva a principios del siglo XX, y escribieron sobre ella. Yo lo que estoy haciendo es ver que dicen de Huelva, que opinan, como se relacionan con toda la tradición de viajeros románticos, por ejemplo«. Aborda muchas otras cuestiones, como la respuesta a la diferencia que hay entre ‘viajeros’ y ‘viajeras’.
«Una de la tres viajeras -añade- es la conocida inglesa de Niebla, Elena Whishaw. Y las otras dos, bueno, son totalmente desconocidas. Espero a través de este trabajo que se puedan dar a conocer«.
No pretendemos que Gladys nos anticipe el resultado de un trabajo que nos parece interesantísimo, pero si que nos cuente algo. Al respecto nos comenta que Whishaw vino a España acompañando a su marido, a quien nombraron Cónsul Británico en Sevilla. Este falleció en 1914 y ella a los dos años decide establecer definitivamente su residencia en Niebla.
«Las otras dos -apunta- vienen justo al terminar la guerra civil, en los años cuarenta. Por ello la visión de la primera Whishaw, que llega justo al comenzar el siglo, con aquellas es bastante diferente. Pero si que es verdad que a las tres les gusta Huelva. Les gusta mucho el viajar por España y bueno, Elena Whishaw por supuesto, que además fue una gran defensora de Huelva, de los lugares colombinos. Era una apasionada de la historia de España y de la arqueología«.
Como en todas las tesis doctorales hay mil ramificaciones que quedan abiertas para futuras investigaciones. Le preguntamos qué cuestión le gustaría abordar como investigación en un futuro. Nos comenta que hubo un sobrino del popular doctor MacKay que era también médico y vino a Huelva a hacer prácticas con su tío, además del así mismo conocido doctor MacDonald. Se llamaba Halliday Gibson Sutherland.
Vivió en la Casa Colón, y se dedicó además a viajar por el resto de España. Este ‘segundo’ sobrino de Mackay publicó a raíz de ello un libro de viajes y la parte dedicada a Huelva, según señala Gladys, «es divertidísima. Por ejemplo, conoció a Manuel Báez Litri, con el que se fue a una tienta en la que la vaca de dio un revolcón. También en el libro cuenta como se ‘escapaba’ de la Casa Colón para relacionarse con chicas españolas. Describe detalles de Huelva que son curiosísimos, y nombra a mucha gente conocida de la ciudad».
Queda pendiente ese tema de investigación y Gladys recuerda, sonriendo, al respecto que un profesor le vaticinó un día que «una tesis nunca se acaba, una tesis se abandona«. Y compartimos la idea porque es verdad que la dinámica de las tesis es que hay que acabar en algún momento ‘cortando’ y, como decimos, dejando normalmente muchas líneas de investigación sin finalizar.
Gladys estudió en Sevilla Filología Inglesa –aún no se podía hacer en Huelva-. «Estudié Filología Inglesa porque a mi el mundo de la literatura me encanta. Siempre me ha gustado muchísimo leer, y en Filología se estudian tanto asignaturas de lengua como de literatura, y por el idioma. También por mis antecedentes familiares, digamos, tenía yo esa carga británica ahí que empujó y me ayudó a entender muchas cosas de la carrera«.
Se siente contenta de que los vestigios de la presencia británica se estén recuperando y poniendo en valor. Cuando era pequeña todo ese patrimonio histórico, arquitectónico y cultural lo veía como abandonado. Afortunadamente las cosas han cambiado. De los tres vértices principales de ese patrimonio, el Barrio Obrero, la Casa Colón y el Muelle de Riotinto el que más le llama es precisamente la Casa Colón.
Lamenta, sin embargo, el estado del cementerio ‘protestante’ o británico de Huelva. Considera que es una pena, y que en otras ciudades, como Málaga, se han recuperado esos camposantos, que tienen un indudable valor patrimonial, más allá de su condición humanitaria. Confía en que ese acuerdo firmado por el ayuntamiento onubense y la Iglesia Anglicana española sirva para que a finales de año empiecen a arreglarlo.
Entiende que el periodo británico en Huelva lo fue de luces y sombras. Pero, como es natural, prefiere quedarse con lo bueno. «Entiendo que pasaron algunas cosas que podrían considerarse como negativas pero ahora, mirándolo con perspectiva, observamos que dejaron muchas otras positivas que hacen de Huelva también un lugar diferente. En ninguna ciudad andaluza, por ejemplo, vas a encontrar en medio de ella un sitio como el Barrio Obrero. Ya nada más que eso distingue a Huelva del resto de Andalucía. O incluso un sitio como este«.
Cree nuestra interlocutora, que entró en la Universidad de Huelva en 2010, que la institución educativa onubense es una universidad de calidad. Valora en particular que sea ‘pequeñita’, porque eso permite un contacto excelente con el alumno. Resalta que «esa cercanía con el alumno a mi me encanta«. Cree, además, que los niveles de la Uhu son de excelencia. «Tenemos investigadores buenísimos, gente que está en los tops de la investigación universitaria» -recalca-.
Amante de Huelva, como su madre y toda su familia, Gladys defiende a esta ciudad, a esta provincia, y siempre que tiene la oportunidad destaca sus virtudes, que no son pocas.
Los ingleses a los que ella, en diversas ocasiones, ha acompañado de forma desinteresada en visitas a Huelva siempre, según nos dice, han quedado encantados.
«Cuando hablo de Huelva, y cuando la gente me dice… es que en Huelva no hay nada que ver, ¿yo voy a Huelva y que veo? Y yo digo, vale, Huelva no es una ciudad monumental, pero… ¿y el encanto que tiene Huelva? Pocas ciudades tienen el encanto que tiene Huelva. Tan tranquila, tan apta para pasear… lugares como este. El otro día, sin ir más lejos, en un recorrido por la ciudad llevé a un grupo al Santuario de la Cinta y se quedaron maravillados«.
Imágenes: Fotogramas del audiovisual. / Realización: Edith-HBN.
Entrevista audiovisual completa:
Gladys Méndez Naylor, choquera más inglesa.