El aguilucho cenizo aún sobrevuela con elegancia nuestras campiñas onubenses

José Antonio Sánchez Iglesias. Una de nuestras aves más estilosas y atractivas en el vuelo, el aguilucho cenizo, tiene serios problemas de conservación en las campiñas onubenses. Su número en nuestra región ha descendido un 25% en los últimos años. La principal causa de ese declive la encontramos en la destrucción de sus nidos, localizados sobre el suelo en los campos de cereal, al paso de las cosechadoras. Para dar visibilidad a este problema y apoyar medidas para su conservación la especie ha sido elegida en 2023, por votación popular, Ave del Año por la Sociedad Española de Ornitología.

Crías de aguilucho cenizo.

Estas rapaces de mediano tamaño se alimentan de insectos, roedores, pequeñas aves y reptiles, realizando una importante labor en beneficio del rendimiento y producción agrícolas. Es por tanto de justicia que nuestras técnicas y procedimientos de cultivo se adapten a su presencia y posibiliten su reproducción. Es necesario que en este, como en otros muchos caso, encontremos una forma respetuosa de relacionarnos con nuestro entorno y hacer nuestros modos productivos más sostenibles.

El aguilucho cenizo pasa el invierno en África, pero cada primavera podemos disfrutar de su presencia en nuestros campos cerealistas. Parafraseando a Joaquín Araujo, la elegancia de sus vuelos rasantes destaca entre todas las aves que habitan nuestros campos agrícolas. Su presencia es un símbolo inseparable de nuestras campiñas. Acaricia los sembrados y levanta pájaros como el cepillo del carpintero levanta virutas.

El aguilucho cenizo tiene una espectacular presencia en los campos onubenses.

El uso de pesticidas, la mecanización de nuestros campos y el adelantamiento de las cosechas son los principales problemas de conservación para la especie. A esto se añade el avance de la agricultura intensiva, la eliminación de lindes y por supuesto, el cambio climático, que trae años más calurosos y secos, en los que disminuye la disponibilidad de alimento.



La Junta de Andalucía, con la colaboración de grupos de voluntariado, lleva más de una década trabajando en la conservación del aguilucho cenizo, especie catalogada como vulnerable, a través de un Programa de Seguimiento y Protección. Después de la localización de los nidos se busca el acuerdo con los agricultores para aplicar medidas protectoras, cosa que se está consiguiendo en más del 80% de los casos.

Las labores agrícolas se ven beneficiadas por la acción de los aguiluchos cenizos.

Retrasar el cosechado de la parcela, dejar un rodal sin recolectar en torno al nido, colocar una malla de protección alrededor, el traslado de los nidos a linderos u otras parcelas y como último recurso, el traslado de los pollos a un centro de recuperación, son las medidas mas habituales cuando se localiza un nido de esta especie que necesita protección.

Las campiñas de Villalba del Alcor, Campo de Tejada y Trigueros son las zonas de mayor concentración de estas aves en nuestra provincia. Muy importante también, por lo inusual, es la presencia de la especie como reproductora en nuestras marismas mareales.

El aguilucho cenizo es una de las especies hacia las que Ahuna pretende dirigir sus esfuerzos, preocupados como estamos por asegurar la presencia de esta bella ave en nuestras zonas rurales.

 

Aguilucho cenizo, campiñas onubenses.


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