Redacción. Junto a la toalla, el agua y la protección solar, en la maleta a la hora de marcharnos de vacaciones siempre hay que dejar hueco para la seguridad: tanto la prevención a pie de mar, como la prudencia en las zonas de baño son prioritarias para que nuestras vacaciones no acaben siendo un dolor de cabeza, o un problema de grandes dimensiones en el peor de los casos. Desde cortes con basura, pasando por las picaduras de insectos o contactos con medusas, hasta las lesiones medulares que puede causar el baño en zonas de riesgo, estos están presente en todos los baños, incluso cuando hay bandera verde. Las medidas de seguridad básica junto al mar no se nos deben olvidar, y para recordarlo y cuidar de nuestra salud, más de 1.000 profesionales de salvamento de Cruz Roja, entre socorristas acuáticos, personal sanitario, conductores y conductoras, personal de embarcaciones, etc., velan por un baño seguro en 220 playas de la península y las islas. Veinte de estos profesionales están trabajando en la playa de Nuevo Portil conformando un dispositivo de prevención y salvamento que, en colaboración con el Ayuntamiento de Cartaya, velará por la seguridad en la zona hasta el 15 de septiembre.
En las playas de Nuevo Portil, el dispositivo material y humano estará integrado por tres puestos de socorro y por 20 socorristas entre patrones, técnicos de emergencia, socorristas acuáticos y personal de enfermería, que disponen de una ambulancia, una embarcación neumática, una moto de agua, un kayak, un quad y un todoterreno, todo ello para las labores de vigilancia y rescate.
A Cruz Roja le avalan más de 6 décadas de experiencia en servicios preventivos en playas y zonas de baño interiores, y mantiene los sistemas de calidad y de medio ambiente con certificación ISO 9001/14001 para su proyecto de ‘Playas’.
Aunque la mayor parte de las asistencias sanitarias están relacionadas con picaduras, esguinces, luxaciones y otras curas, el componente medioambiental también forma parte de la intervención de Cruz Roja en las playas. La sensibilización a la población y la movilización de recursos para la recogida de plásticos y limpieza de playas son otras de las acciones destacadas en el dispositivo. Además de las tareas de atención de primeros auxilios y salvamento, Cruz Roja también participa en la localización de personas extraviadas, un servicio que puede pasar inadvertido pero que necesitaron hasta 585 menores en la anterior campaña.
De manera paralela, el personal de playas también realiza una importante labor de concienciación con mensajes preventivos: son indicaciones que los y las socorristas dan a pie de arena a la población. Sólo en esta temporada estival son más de 350.000 las recomendaciones que se realizan para evitar golpes de calor, cortes de digestión o lesiones producidas por los animales marinos, entre otras muchas medidas de precaución; esto se torna fundamental, “ya que evita que tengamos más atenciones en las playas, y por tanto, no sean necesarios más rescates o curas”, señala Miguel Ángel Sánchez, responsable nacional de Playas de Cruz Roja, “a veces parece que el mar está en calma y la gente se arriesga a bañase, pero puede que esté contaminado o con multitud de medusas. En estos casos se hace más imprescindible aún los avisos preventivos para evitar accidentes”.
Consejos para disfrutar del baño seguro
Las piscinas, los ríos o los pantanos son una forma estupenda de pasar el día. No pierdas de vista los siguientes consejos que ofrecemos desde Cruz Roja para que la experiencia sea totalmente redonda:
- Vigila a los niños y niñas en todo momento. Al llegar a uno de estos lugares es lógico que reine la alegría y las ganas de zambullirse, pero siempre hay que controlar a los más pequeños para no perderlos de vista.
- Procura bañarte en zonas habilitadas. No todos los ríos o pantanos permiten el baño; es más, en algunos lugares está expresamente prohibido porque puede entrañar numerosos riesgos para la salud, desde ahogamientos, golpes o cortes hasta contacto con virus, bacterias, hongos o parásitos presentes en el agua. Otro consejo es que seas consciente de tus aptitudes para nadar; ante la duda, es mejor quedarse cerca de la orilla que adentrarse.
- Respeta las señalizaciones e indicaciones del equipo de socorristas. Los y las profesionales que se encuentran velando por nuestra seguridad en estos lugares saben todo lo necesario sobre prevención de accidentes en instalaciones acuáticas, rescates y primeros auxilios, por lo que conviene hacer caso a su criterio siempre. Tampoco te olvides de prestar atención a las señales de seguridad de la piscina en lo referente a trampolines, palancas y toboganes.
- Si estás dentro del agua y no te encuentras bien, sal rápidamente. Puede que, por el motivo que sea, algo no te haya sentado bien, o detectes algún tipo de calambre muscular. Ante la duda, es mejor salir fuera y comprobar que se está bien antes de quedarse inmóvil en el interior de una piscina, río o pantano, especialmente si no tocamos pie.
- Evita la exposición solar directa entre las 12 y las 16 horas. La principal causa de la insolación es, precisamente, una exposición prolongada al sol sin los protectores adecuados, ya sea una crema solar o una gorra. Los golpes de calor pueden ocurrir como consecuencia de un exceso de calor o falta de hidratación. En cualquier caso, para evitarlo, conviene beber mucha agua y evitar exponerse al sol en las horas centrales del día.
- Evita comidas copiosas para facilitar la digestión. Si queremos pasar un día de diez en la piscina, el río o el pantano, lo mejor es llevarse un tipo de comida refrescante y ligera. Una ensalada de pasta es una opción muy buena, así como algún bocata de jamón serrano o jamón york y queso, que puede gustar entre los niños y niñas, además de ser cómodo de llevar. A la hora de entrar en el agua una vez se ha hecho la digestión conviene hacerlo de forma gradual y poco a poco.
- Antes de una zambullida, asegúrate de que el agua tiene suficiente profundidad. En muchas ocasiones, el agua nos puede engañar y podemos considerar que es mucho más profunda de lo que realmente es. Conviene asegurarse de ello antes de lanzarse sin más, ya que podríamos golpearnos con rocas o ramas sumergidas. En la misma línea, si estás en un río o pantano es mejor que entres con calzado habilitado para ello, ya que puede haber rocas o barro y podrías hacerte heridas en los pies.
- Comprueba que en la zona hay cobertura telefónica. Nadie quiere que pase nada malo, menos todavía cuando hemos salido a pasar el día a uno de estos entornos, pero, si así fuera, llamar al teléfono de emergencias oportuno sería lo más recomendable. Por eso, siempre es una buena opción asegurarse de si hay cobertura telefónica en el sitio que hemos escogido en el caso de que tuviéramos que llamar de forma urgente. En la misma línea, procura ir siempre en compañía o, en caso contrario, informar a familiares o amistades de tu ubicación.