Redacción. La Galería John Holland de Lepe acoge desde ayer la exposición ‘HIFI-WIFI, Pintura andaluza-Panorama actual’, organizada por la Diputación de Huelva. La diputada de Cultura, Bella Canales, acompañada por el director de la galería, John Holland, el comisario Sema D’Acosta y el pintor Enrique Romero Santana han asistido a la inauguración de esta muestra colectiva, que ofrece una selección panorámica de pintores andaluces destacados. Esta exposición complementa a su predecesora, ‘Meridiano’, que el pasado mes de diciembre reunió en la misma galería un retrato de familia de la pintura andaluza, en este caso del siglo XX.
HIFI-WIFI esboza una panorámica entre pintores andaluces de largo recorrido y prolongada trayectoria, en diálogo con otros emergentes que apenas están comenzando, planteando un encuentro entre autores de diferentes generaciones. Esta confluencia no pretende ser una antología excluyente ni delimitar compartimentos estancos, más bien al contrario: procura ser representativa de todas las tendencias existentes, tomando como referencia en particular aquellos nombres que se mueven en el territorio de la figuración.
Los artistas participantes en la muestra son Luis Gordillo, Juan Manuel Seisdedos, Enrique Santana, Ignacio Tovar, Florencio Aguilera, Guillermo Pérez Villalta, Pablo Sycet, Manolo Cuervo, Concha Ybarra, Chema Lumbreras, Patricio Cabrera, Salomé Del Campo Abraham Lacalle, Magdalena Bachiller, Gloria Lomas, Silvia Lermo, Mercedes Garrido, Andrés Aparicio, Virginia Bersabé, Juanma Benítez Grima, Sofía González, Rosa Aguilar, Víctor González, Amara Toledo, Irene Molina Laura Vinós, Elena Núñez Mallén Ramón Muñoz y Fran Baena.
Andalucía es una región exportadora de pintores, siendo el territorio que más nombres y de mayor calidad aporta al contexto del arte contemporáneo español desde hace varias décadas. Es un territorio en el que la pintura posee mucho arraigo, un lugar donde crece y se amplifica continuamente, lustro tras lustro. “De modo sorprendente, eso no se reclama ni arguye como debiera. Se asume con tanta naturalidad, que no parece necesario subrayar ese mérito excepcional que sólo es comparable a la demanda de Flamenco que tenemos desde otros países”, indica el comisario.
Hoy, los pintores andaluces se han convertido en vanguardia de un lenguaje vivo que, por suerte, cada vez tiene más repercusión fuera de nuestras fronteras. La globalización facilita conexiones rápidas sin necesidad de renunciar al origen, “por eso es interesante observar que muchos de ellos, sean veteranos o jóvenes, viven en la periferia alejados de los grandes ciudades, varios en su pueblo natal. Favorecido por el buen tiempo y la calidad de vida, en el sur lo autóctono se mezcla con lo internacional para generar unas condiciones únicas, un ecosistema característico que posibilita este fenómeno actual en torno a la pintura contemporánea, sin precedentes en nuestra cultura”, subraya D’Acosta.
‘HIFI-WIFI’ como ‘Meridiano’ comparten en siguiente Manifiesto, que reivindica el gran valor de la pintura andaluza:
1) La pintura (y su paisanaje) forman parte de una de las señas de identidad más indiscutibles y características del arte contemporáneo andaluz, quizás sea su pilar más sólido. Entre todos, vamos a protegerla, estudiarla, difundirla y preservarla como el patrimonio inmaterial vivo que es.
2) Sí, existe algo especial que nos diferencia de otros lugares. Hay que reivindicar más la importancia de esta manifestación cultural andaluza como un valor propio al mismo nivel que, por ejemplo, el Flamenco… pero de otra manera.
3) Sin duda, deberíamos mirar más hacia nosotros y menos a lo que viene de fuera. En un contexto internacional cada vez más homogéneo, no es fácil encontrar un ecosistema pictórico tan rico y variado como el andaluz.
4) Somos un referente nacional e internacional, debemos empezar ya a definir y defender con orgullo una escuela de pintura andaluza. Aquí, los pintores participan de un arraigado sentido de pertenencia. Existe una comunidad que se conoce, respeta, apoya y anima, generación tras generación, desde mediados del siglo XX.
5) Una buena pintura es una obra conceptual de primer nivel.
6) El territorio de la pintura es un espacio de pensamiento crítico tan profundo y denso como puede serlo cualquier otra manifestación cultural.
7) Lo estético-creativo no está reñido con lo intelectual-discursivo. Al contrario: fusionar ambas opciones debe ser una máxima para las artes visuales. De hecho, la pintura lo hace con tanta naturalidad, que se obvia esa dificultad como si no tuviera importancia.
8) La pintura no tiene nada contra el video, la instalación o la fotocopia, respeta cualquier expresión actual. Del mismo modo que entiende y asume esas nuevas formas, pide respeto para sí misma de modo recíproco.
9) Además de sus posibilidades para representar ideas complejas y profundas, un cuadro también es un objeto excepcional que puede servir para embellecer y dar sentido a una estancia. No olvidemos que Las meninas se crearon para decorar la sala de un palacio, no para exponerse en un museo.
10) En tiempos de incertidumbre, la pintura es un valor refugio.
11) Lo último no es necesariamente lo mejor. La pintura ni muere ni revive, siempre ha estado ahí, desde hace miles de años. No existe nada más atemporal que los retratos de El Fayum.
12) Visto con la suficiente distancia, encontramos pocos medios tan porosos a su tiempo como la pintura, capaz de devolvernos un retrato paradigmático de cada época con la precisión de un espejo.