José Manuel Alfaro / Sección de ficción ‘El Cuaderno de Muleman’. Desde tiempos inmemorables de los que no se tiene constancia de la fecha exacta, pero quizás desde los orígenes de los primeros poblamientos que se conocen en el término municipal de Almonaster La Real en la Edad del Cobre (III milenio a.C.) en el Dolmen de la Peña del Hombre junto al río Odiel y hasta nuestros días, ha pasado de generación en generación una leyenda sobre el nacimiento del río Olivargas gracias a la que se conoce como la “Rapunzel de Almonaster la Real”.
Una Rapunzel que no guarda relación ninguna con la del cuento que escribieron los Hermanos Grimm en el que hablaban de una niña de doce años a la que una malvada bruja llamada Gothel encerró en una torre alta, solitaria y sin puerta de acceso, rescatada por el hijo de Rey gracias a su larga melena, una historia en el caso de la llamada la Rapunzel de Almonaster solo comparte con ella el detalle de la larga melena de ambas protagonistas de cada una de las historias.
Una historia que en el caso de la Rapunzel de Almonaster podría ser cierta si finalmente se confirma el hallazgo de unos documentos encontrados en un cortijo cercano al embalse de Olivargas que ha quedado al descubierto por la bajada del nivel de las aguas debido a la sequía que estamos padeciendo en últimos años y en el que aparece la verdadera historia sobre esta heroína que salvó al pueblo de una sequía que estaba secando los cultivos y matando de sed al ganado, gracias a la astucia e inteligencia de esta joven adolescente.
Puede leerse en estos papeles antiquísimos una transcripción fechada en la época en la vivió el geógrafo musulmán Abu Ubaid al Bakri, allá por el 822, en los que se hablaba de una joven con una melena infinita que era la hija de un pastor de Almonaster al que le estaban a punto de morir sus cabras porque todos los cauces, las pozas y los pozos de todo el municipio se habían secado porque no había llovido nada desde que nació su hija.
Hasta que un día, cuando su padre echo llorando el último cubo de agua del pozo que quedaba en el abrevadero, su hija de 12 años se despidió de sus padres, se montó en un caballo blanco y cabalgo día y noche hasta que volvió tres días después cuando su padre estaba a punto de sacrificar a todas las cabras y ella le dijo que no lo hiciera y se desenrollo el pelo y lo exprimió haciendo correr el agua naciendo así el actual río Olivargas uno de los más caudalosos e importantes de la provincia.
Si la autenticidad de los documentos se confirma, estaríamos ante la constatación de que la Rapunzel de Almonaster no era un producto de una leyenda que había pasado de padres y madres a hijos durante siglos, sino ante el hecho irrefutable de la existencia de la hija de Olivargas como se conocía a este pastor que en las épocas de escasas lluvias mandaba a su hija a las montañas de la Sierra, allí donde las nubes chocaban con su larga melena para que se colmatara de un agua que después exprimía allí donde nace el río Olivargas.