Antonio Rus: «soy feliz cuando me subo a un escenario»

“No dividí mi vida en días, sino mis días en vidas”                                                        Juan Ramón Jiménez.

Adolfo Morales. A la hora acordada, ataviado con su peculiar panamá y su guayabera azul marino, como recién llegado de la Habana, enfila la calle José Nogales puntualmente.

Antonio Rus, con quien me une diversas adhesiones, no pasa desapercibido cuando se desborda en él, el arrebato de su corazón en los temas fundamentales. Hombre de la Cultura, de Izquierdas, o amante del Teatro, su primer amor. Viene aquejado de sus vertebras y no demasiado ajeno a la preocupación de tener que volver a operarse por la reproducción de la hernia de disco, que en sus tiempos ya el Doctor Julián Narváez en el Sagrado Corazón de Sevilla le interviniese con gran éxito. Rus, es un viejo runner, su gran pasión correr, le está pasando factura de nuevo y estos últimos 3 años están siendo especialmente incómodos.

Sin separar de él sus otras pasiones, pero podríamos decir que lo que más define a Antonio Rus es su vocación de actor, su trayectoria en este aspecto es larga, diversa, intensa y comprometida.



Por tus venas corre sangre de actor, mucha experiencia, muchos proyectos, muchas intervenciones, ¿Qué echas de menos Antonio, y qué hay en el horizonte?

-A lo que me he dedicado desde siempre ha sido a ser actor, comenzando en Alcalá de Guadaira donde nací, y como dice la coplilla “no soy de esta tierra, ni en ella nací, la suerte roando, roando me ha traído aquí”, hice teatro desde el colegio, la Universidad, el teatro es mi esencia, luego fundé aquí el Teatro de las Marismas que “luchó por la creación de un tejido teatral estable en Huelva. Se encontró con muchos obstáculos y poco apoyo institucional”, junto al dramaturgo Jesús Domínguez, María García y tantos colegas más, también junto a José Luis Gómez estuve en la fundación de La Abadía, formando parte de la primera hornada de actrices y actores

-Donde soy feliz cuando me subo a un escenario. El teatro para mí se escapa de las otras artes, cada representación es algo único, irrepetible y efímero. Claro que lo hecho de menos, ahí es dónde me siento feliz.

Antonio Rus. / Foto: Adolfo Morales.

-Con Cinta Entenza compañera de mucho tiempo del teatro de las Marismas, estamos viendo la posibilidad de hacer cosas, yo independiente trabajo en un monólogo sobre el tango, viví en Argentina, dónde fui a completar y extender mis registros como actor junto a mi maestro Carlos Gandolfo (una vez dedicado a la dirección de teatro y a la docencia. Introdujo las enseñanzas de Stanislavski (en El Método, según Stanislasvki “los actores no debían “representar” un papel sino inmiscuirse dentro del personaje, recurriendo a la memoria sensorial del propio actor para llegar a conseguirlo”) y Lee Strasberg. Fue considerado el principal formador de actores de su generación.

-Me fui dónde estaban los mejores, Gandolfo daba cursos en Sevilla dónde lo conocí y a Buenos Aires me marché para continuar y profundizar durante 5 años. Pero para llevar a cabo este proyecto necesito un bandoneonista, y de momento esto está pendiente, no encuentro ningún músico que toque el bandoneón en Huelva, y es imprescindible su presencia en el escenario. El teatro Adolfo, lo que lo distingue de todo lo demás, es que lo que tú ves allí está ocurriendo en ese momento. Mantengo contacto con actores y actrices de tantas batallas, con José Luís Gómez muy fluida cada vez que baja a su casa.

Antonio Rus impulsó junto a un buen equipo de ciudadanos el esperado Ateneo, y desde su fundación su presidente, este proyecto que fuera/es ilusionante, vive en un estacional estado de pausa a la espera de conseguir los fondos necesarios para reactivar y normalizar su agenda. La cultura no es gratis, ni se puede llevar a cabo de cualquier modo. Cuéntanos.

-Hay un parón, se han hecho algunas actividades … el Ateneo como cualquier organización sin ánimo de lucro donde la cultura es su esencia, precisa medios económicos, y con las cuotas de los socios no se mantiene. Hay conversaciones con entidades públicas y privadas, y las propuestas para ayudarnos o son escasas o no nos favorecen, somos una organización independiente, sin ánimo de lucro ni recursos, nos somos una fundación ni contamos con un capital en origen que nos capacite esta gestión, estamos comenzando y necesitamos ese empuje vital.

-Próximamente vamos a sacar el 4º número de la revista y obviamente llegarán otras propuestas sin la menor duda. El Ayuntamiento nos cedió un espacio pequeñito en el entorno de la Casa Colón, del que estamos muy agradecidos, pero la ambición del Ateneo es llegar a tener un espacio amplio que fuese aglutinador del talento, en donde los artistas pudieran crear, un lugar donde se fomentase y amparase el talento real, y que terminaría autogestionándose como ocurre en tantas capitales de provincia de España y no digamos en Europa. Espacios cedidos para la cultura, el desarrollo, la creatividad, el intercambio cuyas propuestas finalmente reverterían en la misma ciudad.

Cartel del proyecto ‘Donde no habite el olvido’ del Comisionado de Memoria Histórica de la Diputación Provincial.

-Ese espacio fue ansiosamente buscado, solicitado entre algunos de los inmuebles que aún hoy siguen desocupados u otros a los que se les puso obstáculos y que el tiempo restó o ni consideró para otros proyectos. Lo que subyace es que la cultura, el amparo al tejido que favorece la creatividad, ni importa, ni se valora, ni ocupa ningún lugar. La cultura no se vive desde la mesa de un despacho, la cultura se vive con el barro hasta las cejas, desde dentro y ante todas las dificultades inimaginables en total desamparo y falta de sensibilidad.

-Luego eso sí, se insuflan del genio de nuestras grandes figuras, pero se olvidan del día a día, del talento que ayer/hoy/ahora existe en nuestra ciudad en todas las técnicas. Como decía Machado, “la cultura es una labor callada y heroica, que se tiene que hacer en silencio”. Hablo con pasión, porque la cultura me apasiona, yo querría para esta ciudad lo mejor de lo mejor. Necesitamos un espacio sin la menor duda, con el amparo y la complicidad de nuestras instituciones. Es casi una obligación moral proteger y potenciar el talento.

-Eres coordinador del Comisionado de Memoria Histórica, es conocida tu fidelidad a la memoria de los represaliados, asesinados o castigados por el régimen fascista de Franco y cuantos le secundaron. Desarrollar el programa de divulgación de la Memoria Histórica no solo es una obligación moral de cualquier demócrata, sino que es un motivo de orgullo por cuanto se pone en valor el no olvido y se propicia la exhumación. Actualmente seguís llevando la magnífica exposición “Donde no habite el olvido” por los pueblos de la provincia, así como encuentros con alumnos de muchos centros de la provincia para transmitir esta parte de la historia que resulta tan molesta como despierta tanta insensibilidad ¿Cómo lees esta experiencia?, ¿Qué saca Antonio Rus en conclusión?

-Nosotros estamos llevando a cabo muchas actividades con la gente joven. María Eugenia Limón Bayo tomó la iniciativa de crear el Comisionado y esa proyección especial sobre lo jóvenes. Ella como yo, tenemos muy claro que la gente joven es fundamental en este objetivo. Hemos estado divulgando, dado charlas tanto a alumnos de Eso como de Institutos, y en dos años hemos estado presentes, en algo más de 40 centros y la exposición ha estado en 20 pueblos, y está programada y cerrada hasta 2024 la movilidad, esperemos que las elecciones no modifiquen la protección a este proyecto.

Antonio Rus con la calle Las Bocas al fondo. /Foto: Adolfo Morales.

-A los chavales esto se les antoja muy lejano. La presentación ante estos colectivos sensibles se basa en tres pilares, Compromiso, Responsabilidad y Excelencia, se cuida la calidad para transmitir con calidad. Este asunto se silenció, las familias no quisieron hablar del asunto, hubo y hay mucho miedo incluso hoy en día. Rozalén en su tema JUSTO, dice cosas así … “Calla, no remuevas la herida, llora siempre en silencio, no levantes rencores, que este pueblo es tan pequeño…” Hay profesores cada vez más comprometidos, que, sin hacer proselitismo, solo haciendo honor a la verdad, se esfuerzan en este compromiso social de ciudadano de informar.

-Como decía Azaña, mucha gente solo alza la voz cuando le pisan su propio pie. Lo ilusionante es cuando los ciudadanos se movilizan por conciencia. El proyecto del Comisionado no acaba nunca, hay mucho trabajo de exhumación que hacer y sería altamente recomendable que pudiéramos tener en Huelva, un espacio-memorial para la investigación, estudio, e información de la Memoria Democrática que sin duda atraería a mucha gente y que nosotros quisiéramos apuntar a que fuera en la antigua cárcel.

-El concepto Tiempo, la pregunta común, ¿Qué es el tiempo para ti?

-Cómo decía mi maestro Gandolfo “Antonio, ten en cuenta que cada segundo que pasa, eres un segundo más viejo” y más allá de lo material, del hecho de envejecer, el tiempo para mí es recuperar esa paz, ese equilibrio, ese espíritu transparente, una mochila vacía de remoras. El tiempo para mi es recuperar esa paz interior, tener una mente limpia de cualquier injerencia malsana, en definitiva, ser como fuimos antes de nacer.

Me despido de Antonio Rus, lo dejo perderse por la calle Las Bocas envuelto en su figura de actor habido por realizar sueños. Un abrazo querido y que vaya todo por la senda del sentido común y el arte.

 

 

Antonio Rus, Adolfo Morales, conversaciones en territorio común.


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