José Manel Alfaro/Sección de ficción ‘Cuaderno de Muleman’. Después de mucho tiempo especulando sobre los trabajos que se estaban realizando en una conocida finca de la localidad de Paymogo, se ha conocido después de la desclasificación de unos papeles tras un comunicado público, uno de los secretos mejor guardados de una de las comarcas más despobladas de la provincia, en la que durante los últimos años se estaban llevando a cabo uno de los estudios más ambiciosos que podrían contribuir a la erradicación de las muertes de los équidos en la romería más grande que acaba de terminar y en la que ha habido que lamentar de acuerdo a las cifras facilitadas por el servicio veterinario de la Consejería la muerte oficial de al menos seis équidos.
Un proyecto Pegaso que debe su nombre a ese caballo blanco de enormes alas capaz de volar a gran velocidad, cabalgar por las nubes y hacer brotar agua con el solo golpear la tierra con sus cascos. Un animal que habría vivido en esta zona o al menos haber cruzado los cielos de Paymogo el día que nació fruto de la sangre derramada de Medusa después de que Perseo le cortara la cabeza y está cayera en el mar de Poseidón. Un Pegaso que fue recibido por Zeus en el Olimpo a lomos del joven Belerofonte, hijo del rey Glauco de Corinto (hijo de Sísifo y Mérope, una de las hijas de Atlas) y que después de caer de Pegaso, este se quedó guardando el rayo y el trueno, además de ser el encargado de tirar del carro de Aurora cada amanecer y dar nombre a la constelación de Pegaso.
Durante todos estos años se han llevado a cabo, como recoge los cientos de papeles desclasificados experimentos y ensayos en las que un grupo de veterinarios han buscado en los genes de cientos de caballos de la zona ese linaje de Pegaso que pudiera hacer indestructibles a esos caballos sobre los que cabalgan jinetes sin casco durante el día y la noche en las romerías mientras corren por sus venas refrescos y alcohol destilado llevando al límite a unos équidos que no son inmortales como Pegaso.
Se busca con esta desclasificación de estos documentos que la comunidad científica se sume a la investigación de este grupo de veterinarios que podría hacer posible con su conocimiento y la aportación de un nuevo enfoques que Paymogo se convierta en el Jurasic Park del caballo donde se puedan crear los genes de Pegaso para ser implementados en toda la ganadería equina de las romerías con el objetivo de hacerlos casi indestructibles, porque solo así podremos acabar con esta lacra que supone la muerte todos los años de numerosos équidos en todas las romerías.
Puede que estemos aún lejos de conseguirlo, pero a día de hoy Paymogo se ha convertido, no solo en uno de los lugares más destacados en los que se puede ver d noche en su cielo despejado con toda claridad una de las constelaciones de estrellas más hermosas que lleva el nombre de este caballo mágico alado, sino en uno de los únicos lugares del mundo en el que podríamos ver muy pronto volando a Pegaso de la Iglesia Castillo Santa María Magdalena a la ermita de la Santa Cruz.