Redacción. El hall edificio José Isidoro Morales, en el Campus de El Carmen de la Universidad de Huelva, acoge desde el pasado día 8 –hasta el 19 de mayo– la exposición ‘Fractales en la Dinámica Compleja’, muestra promovida por el ex profesor –ya jubilado– de la Universidad y catedrático de Matemáticas, Cándido Piñeiro Gómez, y que cuenta con la colaboración del Departamento de Ciencias Integradas (Facultad de Experimentales) y de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSI).
Cándido Piñeiro, matemático y apasionado confeso del mundo de los fractales, es autor del libro homónimo ‘Imágenes Fractales de la Dinámica Compleja’, y destaca de la muestra que puede verse estos días en la Universidad de Huelva que “si bien se dirige a alumnos de ingeniería o de disciplinas de base matemática, tiene como objetivo mostrar la belleza y la singularidad de un área que hasta hace apenas medio siglo no logró captar la atención de los matemáticos”.
Como explica Piñeiro, al hablar de fractales “nos referimos a figuras geométricas, que pueden ser planas o tridimensionales, que tienen la propiedad de ser ‘autosemejantes’, esto es, que un trozo de la figura, por diminuto que sea, convenientemente ampliado se parece completa o parcialmente a la figura original”. “El fractal –añade el ex profesor– se basa en un patrón común que algunos han definido como la huella de dios”.
Figura central en esta concepción matemática de los fractales –y que acuñó el mismo término de ‘fractal’– es el matemático Benoi?t B. Mandelbrot, principal responsable del auge de este campo disciplinar desde principios de la década de los setenta, a través de la geometría fractal.
En este sentido, el ex profesor de la Onubense afirma que la exposición tiene, lógicamente, una vertiente matemática, pero también una vertiente estética, a partir de la contemplación de la belleza de los fractales. Recuerda Piñeiro los argumentos de Mandelbrot, quien “explicaba que los fractales no eran meras figuras artificiales, sino que estos se manifiestan en la misma naturaleza en multitud de casos, como por ejemplo la línea costera de un país, en una cadena montañosa, en la copa de un árbol, en la hoja de un helecho o en el brócoli, e incluso podemos observar esa estructura fractal en nuestro sistema circulatorio sanguíneo o en nuestro sistema respiratorio (bronquios y alveolos)”.
La muestra versa sobre uno de los métodos que existen para producir o trazar fractales en la geometría fractal: la dinámica compleja. “La belleza de las imágenes que se muestran, conjuntos de Julia, Mandelbrot y otros, es consecuencia de la regularidad que, a pesar de todo, hay en el caos”.
Como resalta Cándido Piñeiro, la teoría de la iteración de funciones complejas es “una de las teorías matemáticas más bellas, que además ofrece la posibilidad de crear espectaculares imágenes”.