Redacción. El alcalde de Huelva, Gabriel Cruz y Leopoldo Sánchez Pallarés, presidente de la asociación Major William Martin, acompañados de la alcaldesa de Punta Umbría, Aurora Águedo, y representantes de la Embajada Británica en Madrid presiden hoy domingo, 30 de abril, el acto organizado para conmemorar el 80 aniversario de la aparición del cadáver de ‘El hombre que nunca existió’. La jornada dominical arranca con un solemne acto homenaje de recuerdo en el Cementerio de La Soledad, previsto a partir de la 11.00 horas.
El 80 aniversario de esta efeméride se convierte en una nueva oportunidad para poner en valor la enigmática historia del soldado británico aparecido ahogado en la Playa de la Bota, y descubierto por el marinero puntaumbrieño José Antonio Rey María, en la madrugada del viernes 30 de abril de 1943, cuyo cadáver está enterrado en el Cementerio de La Soledad de la capital.
El solemne acto homenaje de recuerdo en el Cementerio de La Soledad, incluirá además de los discursos protocolarios del alcalde de Huelva y la alcaldesa de Punta Umbría, como localidades protagonistas de la trama; la intervención de Sarah Cowley de la Embajada Británica en Madrid y del presidente de la Asociación Major William Martin. Asimismo, se procederá a la lectura de un poema a cargo del Capitán Stephen McGlory, agregado militar, también de la Embajada Británica. Además, se elevará una oración por parte de Jaime Jesús Cano, vicario episcopal para la Administración de los Bienes Diocesanos y Relaciones Institucionales y tras una ofrenda de flores; Tony Burton, presidente de la Royal British Legion para el Sur de España realizará una oda de recuerdo, para terminar con un minuto de silencio, anunciado por el toque de corneta y epitafio.
La ceremonia en el Cementerio coincide con el estreno del Plan de Señalización de la Tumba de William Martin desarrollado por la concejalía de Turismo, Promoción de Huelva en el Exterior y Universidad del Ayuntamiento de Huelva que ha incluido la instalación de un monolito con panel informativo a la entrada, una placa en la propia tumba y la señalética del recorrido, con ocho indicaciones marcando el camino de acceso a la tumba para guiar al interesado.