Redacción. Gran día de la Semana Santa en Huelva. Gente en la calle, menos que otras jornadas porque hay quien se va a la playa… y se lo pierde. Cuatro cofradías que crecen cada año y demuestran que aún queda mucho más cruzando el umbral de la Madrugá en Huelva.
Sagrado Descendimiento
La Hermandad desciende desde la Mayor de San Pedro para anunciar que el Sacrificio ya se ha consumado. Prosigue con los trabajos de restauración del conjunto de orfebrería de su paso de palio y este año se han centrado en los faroles de cola de la Virgen de la Resignación. Es el único paso de Palio de la Semana Santa onubense que lleva faroles de cola.
La Fe
Una hermandad de barrio que trata de seguir los pasos de su Virgen y ser ejemplo de caridad cristiana, de servicio al prójimo, prestando su ayuda a las personas en situaciones de vulnerabilidad. Este Viernes Santo han dado buena muestra de esa humildad los 300 nazarenos que conforman el cortejo, y que representan un tercio del total de hermanos.
Santo Entierro
Noventa hermanos, representantes de otras hermandades, autoridades civiles y militares procesionaban junto a Nuestra Señora de las Angustias, el Santo Entierro de Cristo y la Soledad de María por las calles onubenses. Los tres pasos pertenecientes a la Hermandad de Semana Santa más antigua de Huelva. El Santo Entierro. Una Madre de luto con su Hijo entre los brazos tras ser crucificado por Amor a nosotros. Cristo en su tumba, de la que se alzará para resucitar al tercer día. Imágenes que conmueven a su paso. Cofradía onubense con mayor tradición penitencial, sitúa en un punto crucial el desarrollo evangélico del padecimiento de Cristo, llamando al recogimiento en los rincones de la ciudad.
Soledad
Nazarenos con túnica negra y capirote verde que culminan las estaciones de penitencia de una intensa y apasionada Semana Mayor onubense. La Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en su Soledad, Conocida como ‘Silencio’ por la ausencia de acompañamiento musical, ha sido la encargada, un Viernes Santo más, de poner el broche de oro a la Semana de Pasión onubense.
