José Manuel Alfaro/ Sección de ficción ‘Cuaderno de Muleman’. La empresa “Cinco semanas en globo” de San Silvestre de Guzmán se encuentra inmersa en la concesión de un contrato que podría hacer volar el Andévalo, con uno de los proyectos empresariales más ambiciosos de la última década, en una comarca que en se está convirtiendo en un referente del despoblamiento rural en la provincia. Una tendencia que podría cambiar con esta empresa que pretende convertirse en proveedora de globos de una de las empresas tecnológicas más importantes del mundo, con la que firmará en los próximos meses el mayor contrato de diseño, construcción y mantenimiento de globos aerostáticos de la provincia.
Un contrato que podría convertir a San Silvestre en un polo de desarrollo económico de esta comarca y en una referente mundial en este tipo de equipos donde se construiría el primer complejo de mundo en investigación y desarrollo de este tipo de elementos que en los últimos años está adquiriendo un gran desarrollo, gracias a las numerosas aplicaciones en las que se están utilizando, especialmente en el campo de la industria militar, aeroespacial y comunicación, donde su bajo coste y su versatilidad están convirtiéndolo en un elemento indispensable en labores tan importantes como las de toma de datos y vigilancia.
Aunque todo el mundo conoce la aplicación civil de estos globos que nos puede permitir realizar un excitante viaje en globo, como el que realizo el protagonista del libro “Cinco semanas en globo” que fue escrito y publicado por el escritor francés Julio Verne en 1863. Y que cuenta la historia de un doctor y explorador inglés llamado Samuel Ferguson que acompañado por su criado Joe y su amigo Dick Kennedy, decidieron atravesar África usando un globo hinchado con hidrógeno. Un viaje que les permitió no solo conocer el continente africano, sino vivir numerosas aventuras desde isla de Zanzíbar desde la que partieron, hasta las cataratas de Güina en el río Senegal, donde aterrizaron antes de volver a Inglaterra, donde recibieron la medalla de oro por la mejor aventura del año 1862.
Nadie sabe hasta ahora que los globos de la Compañía sansilvestrera “cinco semanas en globo”, estaría diseñando, no solo globos para hacer paseos por sus cielos limpios mientras sobrevuelas las bellas lomas del Andévalo, sino globos que servirían para llevar bienes al país vecino, transportar gente al centro de salud más cercano, vigilar los venados desde el aire, tirar confeti desde el cielo la noche de fin de año, hacer fotografías de la casa de los tejados de los vecinos o buscar animales perdidos. Sino que desde este centro de vuelo podrían despegar los globos equipados con los equipos de telemetría y las cámaras con resoluciones impensables que podrían permitir conocer al detalle desde la evolución al milímetro y en tiempo de real de una zona en deforestación en la Amazonas a las características de las instalaciones militares secretas más importantes del mundo, pasando por la identificación en el Andévalo de un pastor acostado a las tres de la tarde en el mes de agosto debajo de una encina.
San Silvestre de Guzmán se prepara ya, no solo para que los mejores globos nos permitan ver desde el aire la belleza del Andévalo, sino para ser parte de una nueva industria aeroespacial que podría convertirla en capital internacional del espionaje en los próximos años.