Redacción. El Castillo de Aroche, una fortificación construida entre finales del siglo XI y principios del siglo XII, en época almohade, ha pasado en los últimos años por diversos trabajos de restauración, con el objetivo de mantener uno de los símbolos más emblemáticos de la localidad.
De esta forma, tras la restauración llevada a cabo en el Castillo en 2007 a través de la Junta de Andalucía, bajo el plan de arquitectura defensiva, quedaron tres torres y tres lienzos por rehabilitar, siendo el Ayuntamiento de Aroche quien diera cuenta de estos trabajos debido al mal estado de algunos paños de muralla y su proximidad con las viviendas. Así, en la obra perteneciente a este año, se ha procedido a la restauración de una torre y un lienzo a través de financiación de PFEA, Diputación de Huelva y Ayuntamiento de Aroche.
El proyecto arquitectónico ha sido firmado por Samuel Carballar, siendo la parte arqueológica redactada por Nieves Medina, arqueóloga municipal. No obstante, el seguimiento arqueológico de la primera fase lo ha llevado a cabo Eduardo Romero, arqueólogo de Aracena. Los proyectos de obras han pasado también por la comisión provincial de patrimonio, por la delegación territorial de cultura, y los criterios siguen los mismos que se habían empleado en la restauración del año 2007.
A nivel arqueológico, tras los resultados obtenidos, se sigue confirmando que el castillo es de época almohade, destacando entre las piezas aparecidas restos de las agujas de madera del encofrado de los tapiales y un trozo de cuerda.
Los trabajos se están realizando a través de mano de obra municipal, dirigida por el oficial Policarpo Acedo, especializado en las obras de restauración arochenas.
La ejecución de este primer proyecto, que ya ha finalizado, dará paso el próximo mes a la siguiente fase, en la que se restaurará un nuevo lienzo y una torre. Por consiguiente, será el próximo año cuando se complete la restauración del Castillo con una tercera fase.
DATOS HISTÓRICOS
Aroche fue conquistada a mediados del s. XIII, por la Orden del Hospital de San Juan. A partir de este momento fue reivindicada tanto por Portugal como por España, quedando zanjada la disputa a través de la forma del tratado de Alcañices. Tras la conquista cristiana, sufrió diversas reformas, siendo la más importante la conversión de su plaza de armas en plaza de toros en 1802.
Esta es solo una de las muchas curiosidades que descubre el visitante en el Castillo de Aroche, pudiendo encontrar también en su interior la Sala del Alcaide o imaginar en cada recodo el trascurso de la leyenda de la Reina Saluquia.
