RFB. Subimos a la Cinta y allí nos encontramos a Jesús Manuel Flichi Redondo. No es de extrañar, este lugar de paz es uno de los suyos, como el de mucha gente de Huelva de auténtica raíz.
A Flichi le precede algo más de una cincuentena de primaveras, de calle onubense, de esencia huelvana. No hay que ser de Huelva, ni muchísimo menos, para ser buena gente. También los hay ‘malajes’, como es natural. Pero cuando se es y se vive con este acento de una forma tan marcada a nosotros nos resulta particularmente entrañable.
Criado en la Plaza de San Pedro, el auténtico corazón de Huelva, en ese ambiente con solera de los altos de una antigua villa coronada por la Parroquia Mayor, Jesús Flichi se nos muestra feliz de su trayectoria vital, con sus baches como todo el mundo pero satisfecho y agradecido por la gente que la Providencia ha dictado que le acompañara.
Decíamos que coincidimos en el Santuario de la Cinta pero también podríamos haberlo ‘pillado’ en la Parroquia de Cristo Sacerdote, allí en las Tres Ventanas, que suele frecuentar. Mantiene una estrecha relación con Andrés Vázquez Martínez, que es el párroco pero además rector del Santuario de la Cinta.
Es en su parroquia donde se enteró de que había sido nominado para los premios Buena Gente de Huelva, con verdadera sorpresa. Considera inmerecido el reconocimiento pero manifiesta que se siente muy honrado. A parte de la nominación por el hecho de estar en ese grupo de personas señaladas, a las que estima maravillosas. «A ninguno de ellos le llego a las suelas de los zapatos, sobre todo a don Teodoro, por quien siento una gran admiración y cariño. Pero nunca negaré que sentirse querido emociona«.
Entiende como primer modelo de educación y de transmisión de valores a la propia familia. Ahí están sus principales referentes. Su abuela Antonia y sus padres, en particular su madre. Se emociona muchísimo cuando alguien le dice que se parece a ella. «Ahora tengo el mejor modelo a seguir, mi mujer Mari Carmen, sin ella no sería nada de lo que soy ni hubiese conseguido las metas que alcancé«.
Valores como la humildad, la sencillez, la honestidad, la educación son los de las personas con las que Jesús Flichi expresa que le gusta compartir su vida. Y esos son, entre otros, los que se afana en transmitir a sus dos grandes tesoros, sus hijos Ángeles y Jesús.
Estudió en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús y en el Instituto Alto Conquero. Luego Flichi trabajó durante 30 años en las oficinas de Astilleros de Huelva, donde se tuvo que jubilar por una enfermedad que le impedía la actividad laboral normal. Pero lo académico y el trabajo, siendo importantes, no están en el plano más definitorio de Flichi. Su vida no se entiende sin las Hermandades. De Gloria y de Penitencia.
La cuna cofrade de Flichi se encuentra en La Borriquita de Huelva, donde ingresa nada más nacer. Pasa en esta Corporación por todo tipo de cargos y desempeños, excepto por el de Hermano Mayor, porque se considera más un hombre de trabajo y dedicación que para dirigir.
Allí curtió su esmero en el trabajo con enseres y en la vida cofrade. Nazareno y costalero, hermano también de La Esperanza y la más joven y donde hoy fija más atención -llevando las demás en el corazón de igual manera- la Hermandad de La Redención.
Rociero y cintero además -quizá sea inevitable- nos comenta allí en el Santuario del Conquero que ese espacio es muy muy especial, un lugar de devoción único y rotundamente onubense, muy asociado a nuestra identidad. En torno a la Virgen de la Cinta es otra cosa lo que se siente. Ahora está enfrascado, desde su parcela de Mayordomo de la Corporación, en los preparativos de la bajada de la Virgen, que prácticamente se nos echa encima.
Tras una dilatada experiencia de responsabilidades cofrades ha vivido en este 2022 un año muy especial como Pregonero de la Semana Santa Onubense. Ha sentido a raudales el cariño de la gente y se siente muy agradecido.
Jesús Flichi es un onubense sencillo, buena gente, amable y cariñoso, volcado desde siempre con las hermandades de Huelva, que se siente muy ilusionado por la vida, «pasar el mayor tiempo posible con mi familia, con mis amigos, y con todas esas personas que me hacen sentirme feliz, aunque tengo que reconocer que me ilusiona mucho poder seguir al servicio de La Iglesia a través de mi Parroquia de Cristo Sacerdote, de mi barrio, y al servicio de La Patrona de Huelva, La Virgen de la Cinta».
Felicidades, Flichi.
Premios Buena Gente de Huelva. Fundación Cajasol. Huelva Buenas Noticias.