Redacción. Buscándose la vida en Mazagón. Hay una frase en marketing asociada al transcendental concepto de visibilidad del producto, «fuera de la vista, fuera de la mente». No sabemos si este vecin@ de Mazagón ha estudiado técnicas de venta pero, como si estuviese inspirado por Kotler, ha pensado «la mejor manera de que puedan adquirir esto que ofrezco es que lo vean».
Así de simple y así de efectivo, posiblemente. La fachada del domicilio, su balcón, lugar para colocar muestras de su género y el viandante que pase por al lado -arteria en cierta medida concurrida, la calle Ancla– se transforma en diana de su flecha comercial, al menos en términos de conocimiento.
La acción comercial de est@ artesano se ve favorecida porque la casa y su balcón se encuentran tan solo en el primer piso, a ras de ojos. Un pequeño inconveniente, sin embargo, es que la privilegiada posición de la fachada, orientada al sur, queda de espaldas al sentido de la circulación en esa calle para los vehículos. Esto es menor, desde luego, porque lo importante son aquí los peatones.
Otra ventaja es la proximidad de la calle del Negro -transversal de Ancla-, que convoca a verdaderas multitudes a las horas cerveceras y que si vienen de la mayor parte de la urbe tienen necesariamente que pasar por allí a la vuelta de esos momentos felices de convivencia que concita el popular enclave.
‘La boutique artesanal‘ es el nombre que ilustra el negocio, que se proyecta, además de con varias macetas decoradas como ejemplo, con el cartel que las anuncia indicando teléfono móvil. Y la escritura del propio cartel, de varios colores y a mano, ya te está indicando la naturaleza manufacturera de lo que puedes adquirir.
Recuerda un poco esta iniciativa a los quioscos de acera que poníamos en verano los niños con una mesita plegable cubierta con un mantelito. Tradición que aún hoy de mantiene. Ese ‘mostrador’ solía montarse para los ‘mayores’ -únicos posibles clientes, desde luego-. La oferta era una gama de conchenas cogidas de la playa y pintadas con el mayor arte posible. Recuerda a ello, pero en este caso en serio, obviamente.
No sabemos si este pequeño artículo, que bien podría enmarcarse en una estrategia de publicity, generará utilidades para el o la artesan@ del balcón de la calle Ancla. Así se lo deseamos y le felicitamos por dar color y simpatía a su espacio vital.