HBN. Conocer que personas que trabajan en el sector público lo hacen movidos por la vocación es siempre gratificante. Nos hace ver la calidad de personas que tenemos a nuestro servicio y que ofrecen una atención de calidad. Hoy conocemos la figura de un componente más del sindicato CSIF en Huelva, Rafael Lozano de la Banda.
Natural de la Cuenca Minera onubense y de 49 años, Rafael Lozano de la Banda es diplomado en Magisterio por la Universidad de Huelva, Posgrado universitario en entrenamiento deportivo y psicología del deporte por la Facultad de Psicología Madrid y licenciado en Ciencias de la Actividad Física por la Universidad de Sevilla.
Su trabajo actual consiste en orientar la acción sindical de CSIF en las administraciones locales de la provincia de Huelva, pero lleva media vida al servicio del ciudadano. Está claro que el mundo del deporte y prestar servicio público son sus dos grandes pasiones.
Antes de entrar al mundo sindical, Rafael Lozano de la Banda trabajó en el sector público en el centro penitenciario de Huelva, en el área de tratamiento, y como técnico de la gestión de actividades deportivas de la prisión. También fue docente de cursos formativos que impartía la Junta de Andalucía dirigidos al sector de la formación deportiva a través de FPO. Y en 1999 se incorporó al Ayuntamiento de Huelva en el servicio deportivo, donde permanece hasta la fecha. Sin pasar por alto que su curriculum se completa en el sector privado, dónde ha trabajado con diversas asociaciones, federaciones deportivas, clubes y entidades relacionadas con la promoción y práctica deportiva.
Hablamos con Rafael Lozano de la Banda para que nos cuente más sobre su trayectoria y su labor actual dentro de CSIF.
– ¿Cómo comienza en el sector público?
– En 1996 empecé a trabajar en el Ministerio del Interior, concretamente en el centro penitenciario de Huelva en el área de tratamiento y como técnico de la gestión de actividades deportivas de la prisión. Fui docente de cursos formativos que impartía la Junta de Andalucía dirigidos al sector de la formación deportiva a través de FPO. En 1999 me incorporé al Ayuntamiento de Huelva en el servicio deportivo donde permanezco hasta la fecha. También he tenido experiencias laborales en el sector privado con asociaciones, federaciones deportivas, clubes y entidades relacionadas con la promoción y práctica deportiva.
– ¿Siempre tuvo vocación de servicio público?
– Mi vocación desde joven ha sido el mundo del deporte y el de la formación. Un día me llamó la atención el servicio público y como se gestionaba la promoción de hábitos saludables a través de las diferentes administraciones. También me formé sobre la promoción de actividades deportivas en colectivos que necesitan una especial atención (barrios desfavorecidos, jóvenes en riesgo, tercera edad, personas con necesidades especiales o de capacidades diferentes, etc..). La fórmula perfecta en la que me sentía reflejado la encontré en mi primer trabajo, en el Centro Penitenciario de Huelva, y tanto en el servicio deportivo del Ayuntamiento como en el área de tratamiento del Centro Penitenciario he podido verme realizado profesionalmente enlazando mi formación académica con mi interés por atender a colectivos con necesidades especiales de atención.
En mi vida laboral, como empleado público, he podido experimentar la trascendencia que tiene la práctica del deporte en colectivos que basan su día a día en otros intereses que son a menudo poco saludables. Es muy interesante ver como la promoción de actividades saludables puede cambiar la vida de internos en prisión, mujeres de barriadas desfavorecidas o jóvenes sin recursos. En mi opinión, la Administración tiene la obligación de fomentar hábitos saludables a toda la población y prestar especial interés en los colectivos o las personas que tienen más dificultades para acceder a la práctica deportiva. Las administraciones deberían apostar con más recursos al fomento de las actividades saludables entre colectivos de especial atención.
– ¿Cómo fue el salto al mundo sindical?
– Mi padre era Ingeniero de Minas y a su vez sindicalista activo. Soy de la cuenca minera y las reivindicaciones de derechos laborales eran duras en los años 70-80, las viví en mi familia en primera persona. Desde mi incorporación al Ayuntamiento de Huelva me interesó la defensa de los derechos de los trabajadores y después de que algunos compañeros me animaran, me presenté con CSIF en las elecciones sindicales. Desde entonces soy miembro del Comité de Empresa del Ayuntamiento de Huelva, hace ya 17 años.
Haciendo balance de estos años en mi trabajo en el sector público, en el privado y en el mundo sindical, he podido encontrar un factor común: trabajar para ofrecer a los demás ayuda en mejorar su estabilidad de salud, social o laboral.
Trabajar en el mundo sindical es complicado y muchas veces poco entendido por algunos. Tiene mucho tiempo de dedicación y responsabilidad y, a veces, poco de reconocimiento. Mi implicación con la labor sindical viene de mi carácter reivindicativo y de la lucha contra las injusticias en la merma de derechos. Me considero una persona honesta y fiel con los que necesitan ayuda. Nunca le dije a nadie lo que quería oír, sino lo que debía saber con objetividad; a partir de ahí, si la reivindicación es consecuente, iré hasta donde haya que ir apoyando al compañero o compañera para hacer justicia.
– Cuéntenos acerca de su trayectoria en el sindicato CSIF.
– Hace 12 años me vinculé a CSIF con más dedicación y he pasado por varias áreas y cargos en la estructura del sindicato: Delegado de personal de CSIF en el Ayuntamiento de Huelva, secretario del sector de Administración Local, secretario de Acción Social del Unión Provincial de Huelva, miembro de la ejecutiva de CSIF Huelva y en la actualidad soy responsable del sector de Administración Local de Huelva y miembro del consejo de Administración Local en Andalucía. Mi trabajo consiste en orientar la acción sindical de CSIF en las administraciones locales de la provincia de Huelva (todos los ayuntamientos, diputación, mancomunidades y empresas públicas locales).
– ¿Cuál es la labor del sindicato en su área de acción?
– Atendemos a colectivos tan diversos como policía local, bomberos, administración, servicios, cultura, deportes, servicios sociales…todos los trabajadores públicos. Actualmente CSIF tiene en Administración Local de Huelva a más de 130 delegados y mi tarea es coordinar su acción sindical en sus administraciones y la atención a los afiliados de las distintas secciones sindicales de Huelva. Es una misión compleja por la diversidad de problemas que se plantean y por la variedad de colectivos a la que atendemos, pero afortunadamente CSIF está creciendo todos los años en representatividad y afiliación. Nuestra atención a los trabajadores de la Administración Local es muy variada, desde un asesoramiento técnico o jurídico, la negociación de acuerdos, las negociaciones de RPT, OPE, VPT, las consultas y dudas sobre derechos convenidos, y multitud de reivindicaciones justas contra la administración.
– ¿Qué es lo más gratificante de su labor sindical?
– Lo más gratificante de la labor sindical es sin duda ver cómo se hace justicia cuando una reivindicación llega a buen puerto. A veces los trabajadores tienen la sensación de que el sindicalista tiene la obligación de conseguir todas y cada una de las reivindicaciones sin saber que nuestra labor es tediosa y a menudo nos topamos con una administración inoperante. La labor sindical desgasta mucho, afecta a tu vida laboral e incluso personal ya que se trata de enfrentase a la administración con toda su maquinaria en marcha. Es mucha la responsabilidad cuando te sientas en una mesa con un político y representas a cientos de trabajadores y su futuro laboral. Cuando todo sale bien y ayudas a conseguir logros sindicales es reconfortante.
– ¿Qué experiencias ha vivido dentro del sindicato?
– Durante todos estos años que llevo de representante de los trabajadores he tenido experiencias de todo tipo, desde la amargura de ver como se hacían EREs en ayuntamientos, impagos de nóminas durante muchos meses, merma de derechos, manifestaciones por recortes, expedientes disciplinarios, etc… hasta buenos momentos como firmas de convenios históricos, recuperación de derechos perdidos o victorias judiciales después de años de reivindicaciones.