La Semana Santa es una mezcla inexplicable de alegrías y tristezas, alegría que nace en las cándidas almas nazarenas de los niños que acompañan a Jesús en la Triunfal entrada en esta bendita tierra y que nos llevaran a las fuentes del dolor con la Pasión y Muerte de Cristo, que nacen en la misma raíz, es la paradoja de la Semana Santa.
Las palmas en las manos infantiles son una promesa de futuro que el mismo Jesús bendice desde el porche mudéjar, sabiéndoles herederos de vivencias y tradiciones. Toda la Plaza se ha llenado con la algarabía de los inocentes corazones cuando se han abierto las puertas de la Mayor de San Pedro, para que unas filas de rojos nazarenos con cíngulos hebreos en sus cinturas den escolta a un Dios, que es Dios entrando en la Jerusalén.
Pepe Zamora. Cuaresma 2022.