Redacción. En la tarde de ayer, 6 de octubre, fruto de los trabajos enmarcados en el ‘Plan de Recuperación de Memoria Democrática’ de la FEMP que se están desarrollando en el cementerio de La Soledad, se localizó una fosa común, que aún en fase de investigación, parece confirmar que se trata de víctimas de la represión franquista. El alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, tras la visita realizada ayer, se ha mostrado satisfecho con el trabajo que está desarrollando el equipo de arqueólogos contratado, felicitándolos por un “hallazgo que da sentido a todo este proyecto, porque se trata de dar respuestas no sólo a nivel general, sino también personal, a familiares que necesitan saber qué pasó con sus padres y abuelos”.
De esta forma, Gabriel Cruz, ha destacado que “tras varios intentos, parece que las investigaciones empiezan a dar sus frutos y estamos en el camino de poder devolver la dignidad a quienes se la negaron”. El hallazgo, según el alcalde, “viene a confirmar la sospecha del fusilamiento de cientos de represaliados en las tapias del cementerio que fueron enterrados de manera indiscriminada en una fosa común que ahora hemos detectado y debemos delimitar y testar antes de continuar con las investigaciones”.
El alcalde de Huelva ha asegurado que “vamos a seguir adelante con nuestro Plan de recuperación de la memoria Histórica porque se lo debemos a los fallecidos, a las familias y a nosotros mismos, para avanzar en un espacio de convivencia, concordia y unión, pero desde la dignidad y el reconocimiento a las víctimas”.
En el sexto sondeo realizado durante estos días, se localizó la fosa común que, según el arqueólogo responsable de la intervención, Jesús Román, “muy probablemente se corresponda con el verano caliente del 36, porque en principio, en los 2×2 metros excavados, se aprecian cinco cuerpos agolpados, amontonados y con signos en el cráneo de un tiro en la cabeza, que guardan mucha similitud con sepulturas encontradas en otros cementerios”.
El objetivo del proyecto actualmente en marcha es delimitar la superficie de la fosa común, para conocer sus dimensiones y detectar la manera en que están dispuestos los cuerpos, partiendo de la base que el Cementerio de La Soledad, según Román, “contaba desde antes del inicio de la Guerra Civil con una organización para los enterramientos en esta zona, en forma de parrilla, aunque también ha quedado probado que el espacio se ha reutilizado, ya que se han encontrado enterramientos mucho más recientes, a unos 70 centímetros, pero sepulturas normalizadas, individuales, con caja, bolsas de cadáveres y otras características que apuntan a enterramientos de caridad de no hace más de 40 años, por lo que habría que estudiar si debajo de ellos, hay restos anteriores”.
La intención es continuar con el proyecto, haciendo sondeos y catas, tanto perimetrales, como centrales, para a continuación presentar un proyecto independiente para proceder a las exhumaciones.