Redacción. El calendario de actividades paralelas de la XIV edición del Festival Internacional de Cine bajo la Luna de Islantilla ha servido como marco para la presentación, hoy viernes, del libro 100 miedos del actor-iz escrito por la directora, coach y profesora de interpretación onubense Carmen Rico. Un acto que ha tenido lugar en los jardines del Hotel Estival Islantilla, sede oficial de esta muestra cinematográfica organizada por los municipios onubenses de Isla Cristina y Lepe.
La obra, que forma parte de la nueva colección Fundamentos de Actuación que edita la fundación AISGE (Artistas Intérpretes, Sociedad de Gestión), exhibe a modo de manual de experimentación los principales temores a los que se enfrenta un actor o una actriz a la hora de crear un personaje. Parte de tres enfoques: el Entender, el Elegir y el Exponerse.
Asimismo, sus 300 páginas exponen un cuidadoso estudio basado en la experiencia de la propia profesora de interpretación. Años de trabajo con multitud de profesionales de la escena le conducen a considerar la importancia de la autoría de los actores sobre sus personajes. A estos dan forma y espíritu. El trabajo aborda los diferentes retos a los que se enfrentan los actores ante semejante tarea creadora.
El libro nace como concepto en 2011, pero no ve la luz hasta el pasado mes de marzo, diez años después, tras toda una década de investigación y de recopilación de información y experiencias que han fraguado lo que hoy se ha presentado en Islantilla.
Carmen Rico, que se autodefine como “cardióloga de la escena” y aplica en sus sesiones una técnica denominada ‘sucursales emocionales’ creada por su hermano, el desaparecido cineasta Carlos Rico, ha querido dedicar un momento a su memoria recordando que “este proyecto es, como tantos otros, una labor llevada a cabo por ambos, porque cada día siento que seguimos somos dos, aunque sólo esté uno”.
El Director del Festival de Islantilla, Esteban Magaz ha compartido mesa con Carmen Rico durante esta presentación. Ha introducido a la cineasta onubense recordando el importante legado que los Hermanos Rico han dejado a la industria audiovisual. y ha destacado especialmente la trayectoria de la autora en su faceta de directora, de coach o, incluso, al frente de desafíos profesionales como la producción de la Ceremonia de los Premios Goya, entre otros proyectos.
Carmen Rico ha desgranado algunos de los conceptos más destacados de su obra. Y ha confesado haberse sorprendido, durante sus muchos años de experiencia como profesora de interpretación, al descubrir “las múltiples caras que puede tener el miedo». «Dicen que hay 11.000 tipos diferentes y en el caso de los actores, elegir sólo cien no ha sido tarea fácil”.
Para Rico “Un actor, un profesional que se expone de esa forma ante el público y asume esa profesión de alto riesgo emocional. Pero solemos creer que no puede tener miedo. Que ha de ser muy valiente. Pero detrás de ese prejuicio todo es muy diferente. El actor, cuando se enfrenta a cualquier personaje, se enfrenta a sus propios temores, y debe vencerlos mirando cara a cara a su propia herida».
«Ello no es más que lo que arrastramos de nuestro pasado, y a lo que muy pocas veces queremos enfrentarnos. El actor profundiza en esa herida, la mira de frente. Y la pone al servicio de su personaje para fundir sus latidos con los de él. Eso no deja de ser muy duro, pero resulta catárquico y sanador al mismo tiempo”.
Entre los miedos más frecuentes anotados por Rico en su libro, la autora destaca el síndrome del impostor o “miedo a ser un fraude, a no estar a la altura de las expectativas y a ser descubierto en plena ejecución. Se trata de un temor muy habitual entre los actores. Y no creo que se dé en otras profesiones como las de médico o astronauta, por mencionar algunas. Tiene mucho que ver con el permanente reto emocional que supone exponerse al público, a la crítica, a las audiciones, etcétera”.
Carmen Rico ha tenido palabras de agradecimiento para la Fundación AISGE y para su presidente, el actor Emilio Gutiérrez Caba, “por haber supuesto el mejor de los apoyos que podría haber tenido este proyecto, cuyos beneficios se van a donar a la labor que desde esta entidad se lleva a cabo. Ofrece una ayuda imprescindible para que muchos actores puedan salir adelante en un momento tan difícil. Que puedan afrontar unas condiciones tan duras como las que ha provocado la pandemia en la profesión. Favorece así que la cultura vuelva a convertirse en nuestro sistema arterial, y que tengamos un sistema nervioso mejor como país”.
También ha agradecido al Festival de Islantilla que sirva de plataforma para la industria, “pero, sobre todo, que ofrezca un respiro tan necesario a la cultura. Y que haya sido valiente y pionero rompiendo esa quinta pared apostando por las proyecciones al aire libre. Algo que ahora consideramos normal, pero que en su momento era una apuesta fresca e innovadora dentro del formato tradicional de los festivales”.