Ángel Rivas. Sergio Contreras lo cantó en su canción, Huelva está llena de luz y de sal. Y Manuela Gómez lo vive cada día en su mágico rincón de Isla Cristina. Este mineral blanco es indispensable para crear productos como los Jamones de nuestro artículo anterior.
Para hablar en Huelva de la sal es obligatorio citar a Manuela y la historia de su salina, La Salina del Alemán. Fueron construidas en el año 1954 por jóvenes de la zona. Entonces los propietarios de las mismas eran unos empresarios alemanes (Biomaris) y el encargado de su construcción fue un español conocido como Manolo ‘el del guano’.
Tras su finalización queda Manuel Gómez de encargado de la producción. La sal se exportaba en su totalidad a Alemania, para la creación de cosméticos, aunque según habladurías tenían usos militares.
En 1985 las salinas pasan a ser propiedad de Manuel Gómez, que las explota hasta el año 2003, donde por motivos de la edad se dan de baja provisional por el periodo de un año.
Aquí aparece la figura de Manuela Gómez, una de sus hijas y protagonista de este artículo, que por amor al trabajo que había realizado su padre, y para seguir disfrutando de este paraje natural de las salinas, no permitió que se abandonaran.
Manuela da un giro a la empresa poniendo en valor la producción de los diferentes tipos de sal de manera artesanal. Los tipos de sal que se extraen de las salinas son flor de sal, escamas de sal y sal marina virgen.
Manuela Gómez además fue única mujer salinera de España y la introductora de la flor de sal en nuestro país, ya que no se vendía antes aquí, aunque si en otras partes Europa. Según nos cuenta su padre, Manuel, traía a su casa esa “nata” que se creaba en las piscinas de sal. Esa “nata” es la preciada flor de sal.
En 2013 se crea Biomaris Ambiental, con la que ofrece a los visitantes un tour por las salinas en la que se informa de los procesos productivos, la fauna y flora autóctona de la marisma tales como el llamativo flamenco rosa, así como de algunas curiosidades que con el paso de los años salen a la luz sobre aquel encargado alemán, ‘Juan el alemán‘, quien da nombre a Las Salinas.
Tras probar estos productos nos sorprende bastante que la flor de sal sea menos salada de lo que se espera, lo que la hace ideal para personas que tenga que reducir la ingesta de este alimento.
Algo que también nos gustó mucho es la variedad de productos que tienen, como sales de sabores, magnesio, jabones naturales o artículos de artesanía.
La verdad que merece la pena la visita, ya sea para adquirir lo productos de la única salina artesana de Huelva, para sus baños de fango o para conocer su interesante historia.
Aquí dejamos una receta donde la sal, esa excelente sal de Manuela Gómez, es un ingrediente indispensable:
DORADA A LA SAL ESTILO DE ÁNGEL
Ingredientes:
- Una dorada de 400 a 500 g limpia y sin escamas
- 750 g de sal marina gruesa de salinas del Alemán
- 1 limón Mediterráneo
- Hojas de albahaca
- 1 vaso de vino DOP Condado de Huelva
- Pimienta
Elaboración:
1. Pelamos el limón y hacemos un majado con albahaca y pimienta.
2. Hidratamos la sal con el vino del Condado.
3. Introducimos en la barriga de la dorada el majado.
4. Añadimos una capa de sal a la base de una bandeja de horno. Sobre ella ponemos la dorada y la cubrimos de sal.
5. Cocinamos a unos 200 grados unos 25 min en el horno.
6. Sacamos del horno y retiramos la sal con cuidado, ya que el pescado estará cocinado, y lo servimos.
1 comentario en «Manuela Gómez, la mujer de la Sal»
Excelente reportaje