Redacción. La superficie cultivada durante la actual campaña 2021 en los 11 municipios de Huelva y Sevilla que conforman el territorio de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ ha subido un 11 por ciento respecto al pasado año 2020, al pasar de 584 a 646 hectáreas. Escacena del Campo y Paterna del Campo son los dos municipios que concentran la mayor superficie -un 68 por ciento del total- dedicada a la siembra de garbanzos de esta IGP, la única de Andalucía vinculada a la actividad de las legumbres.
Sin embargo, el aumento de la superficie de siembra no va a suponer en esta nueva campaña una mejora de los datos de producción de garbanzos. Las estimaciones que maneja el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ apuntan a una disminución de un 25 por ciento en la producción. El motivo de esta caída es la primavera extremadamente seca y la falta de lluvias que se ha vivido en la zona de campiña amparada por la IGP ‘Garbanzo de Escacena’, aspecto que incide directamente sobre un cultivo tradicional de secano.
Desde marzo, mes en el que se inicia la siembra el garbanzo, hasta la fecha de hoy, las lluvias en este territorio apenas han superado los 81 litros por metro cuadrado, cuando en 2020 durante el mismo periodo las precipitaciones alcanzaron los 238 litros por metro cuadrado.
Atendiendo a este descenso las previsiones es que la producción de garbanzos en el territorio de esta IGP pase del 1,1 millón de kilogramos alcanzados en 2020 (cifra récord de
producción) a una cifra que oscilará entre los 750.000 y los 850.000 kilogramos. Esto significa pasar de un rendimiento medio de unos 1.900 kilogramos por hectárea registrado en 2020 a unos 1.100-1.200 kilogramos por hectárea previsto para este 2021.
El dato más positivo es que se prevé que la calidad de los garbanzos cultivados en esta
campaña en el espacio amparado por el sello de calidad de la IGP ‘Garbanzo de Escacena’ sea excelente. Ello está también vinculado a las condiciones meteorológicas que se han dado durante los meses de abril y mayo, ya que aunque no ha habido índices de lluvias normales, sí ha predominado el viento del Sur-Suroeste, llamado “marea” en estos pueblos, el cual llega cargado de humedad y de tardes-noches frescas.
Estas condiciones dan más valor al microclima especial que caracteriza al territorio de esta
IGP, uno de los valores del Garbanzo de Escacena frente a otras zonas de producción del
garbanzo gracias a la influencia del Océano Atlántico y la proximidad del espacio natural de
Doñana. De hecho todos estos factores configuran las características que hacen a este
garbanzo único y diferente en cuanto a su tamaño extra, su blandura, cremosidad y finura.
El Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ también ha anunciado hoy que recuperará una vez que se superen las restricciones por la pandemia el proyecto para dar a conocer el enorme potencial que el garbanzo verde tiene en la cocina y en el sector restauración. En este proyecto estaba trabajando el chef Xanty Elías, quien ha detallado la fuerza del garbanzo verde en canto a sabor y propiedades nutricionales para abrir una nueva vía que permita al Garbanzo de Escacena crecer en actividad aportando valor añadido al producto.
‘Garbanzo de Escacena’ es la única Indicación Geográfica Protegida de legumbres que existe en Andalucía y forma parte de las ocho IGP vinculadas a estos cultivos que existen en España. El Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’ es el órgano que certifica la calidad, las propiedades y el origen del producto.
La zona de producción se encuentra en un espacio de campiña, entre las provincias de Huelva y Sevilla. Los municipios que la integran son: Escacena del Campo, Paterna del Campo, Manzanilla, Villalba del Alcor, La Palma del Condado y Villarrasa en la provincia de Huelva; y Castilleja del Campo, Aznalcóllar, Sanlúcar la Mayor, Albaida del Aljarafe y Olivares en la provincia de Sevilla.