Cristina Morales. Tener una familia y vivir bajo su amparo en un hogar parece algo natural para todos aquellos que hemos tenido la suerte de disfrutarlo. Pero lo cierto es que hay muchos pequeños que no nacen con ese derecho cubierto y que tienen que buscar la estabilidad lejos de su familia biológica. A veces, se quedan en desamparo solo por un tiempo, mientras sus padres o familiares más directos arreglan su situación y se preparan para cuidarlos, pero a veces tienen que pasar su infancia en un centro o ser adoptados.
El acogimiento familiar es la convivencia e integración de un niño en una familia, cuando debe ser separado temporal o permanentemente de sus padres o tutores. Es una medida de protección solidaria con los niños y sus familias biológicas, que evita su estancia en centros de protección de menores, les ofrece la posibilidad de desarrollarse en una familia, y mantener la vinculación con sus padres y hermanos. Hoy 31 de mayo, es el día de su conmemoración, ya que se celebra el Día Internacional del Acogimiento familiar.
Desde la Delegación de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en Huelva se trabaja cada día para que estos menores puedan disfrutar de un acogimiento familiar por los beneficios que esta situación les conlleva. Sobre todo, el hecho de vivir en el seno de una familia y recibir directamente el afecto de sus miembros. Junto a ellos, la Asociación Alcores lleva desde el año 2002 desarrollando el Programa de Acogimiento Familiar de Menores, con el objetivo de buscar familias que colaboren y sean idóneas para aportar un hogar a estos niños.
El Delegado Territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Consejería en Huelva, Manuel Antonio Conde, remarca que “desde la Delegación trabajamos cada día para que estos menores alcancen la mejor situación posible debido a sus circunstancias familiares, y el acogimiento familiar les permite convivir en el calor de una familia mientras se determina si el menor puede volver con su familia biológica o no”.
Por ello, Manuel Antonio Conde anima “a todas las personas que puedan a ser familias de acogida ya que es una experiencia muy gratificante el poder ofrecerles a los menores la atención que necesitan en un momento muy importante de su vida”.
¿Qué es el acogimiento familiar?
Tal y como nos cuenta Cristina Hidalgo, directora de Alcores, la asociación pone a disposición de las familias de acogida un conjunto de recursos técnicos, humanos y materiales con el fin de acompañar a las familias en su proyecto solidario. Psicólogos trabajadores sociales, educadores o abogados por si necesitan de sus servicios.
El proceso es muy sencillo. Cuando una persona, una pareja o una familia quiere hacerse de acogida, debe pasar por una serie de filtros, entre ellos sesiones de formación, entrevistas personales, en el domicilio y un estudio psicosocial. El Servicio de Protección de Menores de Huelva es el encargado de emitir una resolución definitiva, valorando su idoneidad y para qué tipo de acogimiento: de urgencia, temporal o permanente.
El acogimiento de urgencia es para niños de 0 a 6 años y dura un máximo de 6 meses, el tiempo que tiene la administración para asegurarse de su situación y ver si algún familiar se puede hacer cargo. Así se evita que el niño tenga que ir a un centro. Suelen ser bebés y no se puede solicitar que sea sano ni la edad. El acogimiento temporal tiene un máximo de dos años y está pensado para cuando se prevé que la familia del menor se va a recuperar en un corto tiempo, a veces viene después del de urgencia. Y el acogimiento permanente, no es para toda la vida pero está pensado para niños mayores de 7 años y es cuando no existe una previsión de que el niño vuelva con su familia a corto plazo y puede ser que llegue a cumplir la mayoría de edad, por eso se llama así. En estos dos últimos casos de sí se puede elegir la edad.
Durante este proceso, puede surgir un familiar que lo reclame. En este caso, también deben someterse a un estudio para ver si es idóneo para el niño y, si resulta positivo, lo acogería. Lo idóneo es que el pequeño permanezca con su familia directa, por ello se espera el tiempo necesario para que solucionen sus problemas y sean aptos para el cuidado del menor.
Una vez que se realiza el acogimiento, se hacen seguimientos para comprobar que se está desarrollando bien y que, tanto el niño como las familias, están bien o necesitan algún tipo de ayuda. Además de esto, aunque el niño viva con su familia de acogida, tiene visitas con su familia directa. La familia de acogida lleva a Alcores al niño para que se encuentre con la persona que desde menores han considerado. Ellos recepcionan y tutelan estas visitas, para ver cómo se desarrollan, con el objetivo de que el niño no pierda el contacto con sus padres, abuelos o familiares directos, ya que muchos volverán con ellos, y el objetivo es que no sean extraños para el niño cuando eso ocurra.
Los requisitos que se deben cumplir son: ser mayor de edad, disponer de recursos mínimos para solventar las necesidades del niño, una motivación adecuada y saber que no es una adopción, que el niño tiene sus padres. La motivación debe ser ofrecer un hogar a estos pequeños hasta que puedan volver con sus familiares, otorgándoles estabilidad y ofreciéndoles afecto, que es lo que más necesitan. Está claro que es importante lo material y que tengan sus necesidades cubiertas, pero lo que más necesitan realmente es sentirse miembros de una familia y sentir ese afecto que es más difícil de obtener en otro ambiente.
La historia de la familia León Romero
Estebi Romero (49 años), su marido Antonio León (59 años) y sus dos hijas, Victoria (29 años) y Paula (19 años), son una familia de Zalamea la Real que han acogido ya a siete niños, en menos de 5 años. Actualmente, están cuidando de un bebé que llegó a su hogar con días de vida y bajo de peso.
Estebi conoció por una vecina del pueblo que existía la posibilidad de ofrecerse para acoger a niños y, con sus dos hijas mayores y tras perder a su madre, convenció a su familia para dar el paso. Antonio era un poco más reticente, ya que intuía que las despedidas serían horribles, pero les ganó su deseo de ayudar a los demás y la insistencia de sus hijas. Son una familia de acogida de urgencia, por lo que cuidan niños menores de 6 años y por un periodo menor a 6 meses. Sin embargo, la llegada hace unos años de un pequeño de dos al que le costó mucho integrarse pero que se terminó convirtiendo en uno más, hizo que dieran el paso para hacerse también familia de acogida temporal. Así, pudieron cuidarlo más de dos años, pero el pasado mes de diciembre el pequeño se fue con su familia, un duro golpe para todos.
Sin embargo, tras unos meses para recuperarse, han vuelto con más ganas que nunca. Estebi nos cuenta emocionada que es una «experiencia maravillosa, que te cambia la vida, te enseña nuevos valores y hace que dejes a un lado el egoísmo. Te vuelve más humano y hace que valores lo afortunado que eres de no haber sufrido esto en la infancia».
Llevan más de 5 años y han acogido a 7 niños, llegando a tener hasta dos a la vez. Cuando llegó el niño que se convirtió en temporal, les llamaron para una acogida de urgencia y se encargaron de una bebé de 9 meses, que a los 3 volvió con su madre. Una gran experiencia porque vieron cómo el pequeño se adaptó mejor. Algo que les volvió a pasar en diciembre de 2020, con otro bebé recién nacido y ese mismo pequeño.
Sin duda, es una experiencia que marca un antes y un después. «Somos una familia feliz, con nuestros problemas pero felices y estos niños incrementan nuestra felicidad. Los niños necesitan mucho afecto y lo peor son las despedidas. La experiencia más dura ha sido la del niño que estuvo dos años, porque además él no se quería ir. Duelen mucho todas las despedidas». Por ello, guardan un álbum de fotos de cada pequeño con la frase: «Agárrate que no vamos a soltarte hasta que lo necesites». Un bonito gesto que les recuerda el porqué de esta acción: ayudar a quienes lo necesitan. Aunque nos cuentan que reciben mucho más de lo que dan.
Una experiencia que animan a vivir a todos, advirtiéndoles de que «si se animan y prueban van a seguir, no solo se quedarán con un acogimiento, ya que es algo que aporta muchísima felicidad, buenos valores, cambia la forma de ver la vida y te enriquece como persona. Cada niño trae su historia y eso te hace saber lo afortunado que eres por tener una familia sólida», nos cuenta la madre de esta solidaria familia.
¿Cómo puedo hacerme familia de acogida?
Cualquier persona que pueda ofrecer una estabilidad y una estancia para el niño o la niña que vayan a acoger. Las circunstancias personales de la familia acogedora son indiferentes. Da igual que se trate de una familia de cinco, una persona soltera, una pareja con hijos, sin hijos, formada por dos mujeres, formada por dos hombres. Lo único que importa es que sea una familia que quiera y pueda ofrecer amor a un menor que lo necesita.
Para las personas que se están pensando convertirse en familia acogedora pueden consultar todo en la web www.quierounhogar.org. También puede llamar a la Asociación Alcores en el teléfono 900 701 162.
Datos actuales provincia de Huelva
En razón de la vinculación del menor con la familia acogedora el acogimiento podrá tener lugar en la propia familia extensa del menor o en familia ajena. En la provincia, existen un total de 46 menores acogidos en familia ajena, de los cuales 10 están en acogimiento de urgencia, 13 menores en acogimiento temporal, y 23 en acogimiento permanente.
Los menores acogidos en familia extensa, a fecha de 1 de mayo del presente año, son 143. De los cuales, 139 son menores en acogimiento permanente y 4 en acogida temporal. En Huelva hay 40 menores de menos de 14 años en centros residenciales susceptibles de acogimiento familiar, 15 con edades comprendidas entre los 7 y 10 años y 25, de entre 11 y 14 años.
Actualmente, hay 140 menores en centros de protección, se necesitan aproximadamente más de 100 familias de acogida para menores que residen en centros porque no pueden estar con sus familias biológicas. Aunque en los centros son atendidos con el mayor de los cuidados, un ambiente familiar siempre es mucho mejor para normalizar, cuanto antes, su situación. Sobre todo se necesitan familias para menores a partir de 7 años, grupos de hermanos y/o hermanas, menores con problemas de salud, problemas emocionales o algún tipo de discapacidad física, psíquica o sensorial.
En el presente año son 50 las familias ajenas las que disponen a día de hoy la resolución de idoneidad para el acogimiento. De estas 50 familias, 18 tienen la tipología de acogimiento permanente (de larga duración, que puede llegar hasta su mayoría de edad), 9 de acogimiento temporal (acogen menores durante un tiempo no superior a 2 años, mientras que se adopta una medida definitiva para ellos) y 12 familias para acogimiento de urgencia (acogen a menores hasta 7 años de manera inmediata tras su separación de la familia biológica con el fin de evitar su ingreso en un centro, hasta un máximo de 6 meses).