Redacción. Hay noches especiales y eso fue lo que ocurrió ayer en la capilla de la Real Real Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío de Huelva, con la extraordinaria exaltación realizada de Jerónimo Garrido ‘Jero’ y las magníficas voces hechas oración del Coro Joven de la Hermandad de Huelva.
Iniciaría la hermosa velada el vocal de Cultos y Espiritualidad de la filial rociera, José Antonio Gallardo, quien dirigió un rezo para encomendar al exaltador y al coro a la Santísima Virgen del Rocío, pudiéndolo seguir los hermanos y devotos por las redes sociales de la filial rociera.
Un Rocío diferente
Jero, como le gusta que le llamen, y, además, el encargado en los últimos tiempos de portal el Simpecado de Emigrantes, señala al inició de su plegaría, señalando: “pero diferente, Jamás podréis entender el orgullo que siento por todos y cada uno de los que estáis ahí arriba… No os podéis imaginar el vértigo que produce en mi alma este atril en este bendito lugar. Posiblemente en cualquier circunstancia supondría la misma responsabilidad, pero creo que todos sabemos que estas son circunstancias distintas, es un tiempo en el que solo la fe que tenemos en Ella es capaz de llenarnos de su alegría.
Es como si nos ahogáramos, nos agarramos a nuestra devoción para seguir sacando la cabeza y respirar su aire, huyendo de la oscuridad que quiere rodearnos…Hace un año buscábamos su luz, y fiel a su voluntad, este año nos toca buscar su esperanza… Ese es mi trabajo en este atril, así que dejadme buscar esa esperanza en el recuerdo, en la certeza de lo vivido…”.
El Coro Joven de la Hermandad de Huelva ponía, tanto al inicio como hasta el final toda su alma para acompañar en tan difícil misión al exaltador, que finalizaba su exaltación poniendo el punto y final el canto por parte del joven de Huelva de la Salve y los vivas del hermano mayor, José Antonio Ortiz ‘Nono’ de los vivas.
Tanto el presidente de la Hermandad de Emigrantes, Francisco José Garrido, como el hermano mayor resaltaron la vida de Jerónimo Garrido y narraron más de una anécdota con “el grandullón” de la hermandad.