Cristina Morales. Un suceso sacudía la tranquila tarde del pasado miércoles 14 de abril en la capital onubense: un edificio ardía en llamas en la calle Nicolás Orta, del Barrio de Viaplana.
Los Bomberos acudieron al lugar de los hechos y consiguieron sofocar las llamas de un fuego que se había generado en el salón de una de las viviendas y que estaba bastante extendido cuando recibió el aviso el servicio de extinción de incendios de la capital. Hasta la vivienda, situada en una primera planta, se trasladaron 7 bomberos y 2 mandos, con una bomba ligera, otra pesada, un vehículo autoescala y un coche de apoyo.
A consecuencia del incendio, cinco personas tuvieron que ser atendidas por los servicios de emergencias, de las cuales tres fueron trasladadas al hospital. Asimismo, se desalojó el bloque al completo por el fuerte olor a humo y una importante suciedad de escombros. Ahora la Policía Científica se personará mañana en la vivienda para investigar las causas del incendio.
Pero en medio de todo este caos y la incertidumbre que genera un suceso de este tipo, un joven no dudó en arriesgar su vida, accediendo al edificio en llamas para ayudar a dos personas a salir, que estaban atrapadas en el último piso. Juan Cumbreras, estaba viendo el suceso desde su casa y decidió que si no hacía algo para colaborar en ese momento, no iba a perdonárselo. Por ello, viendo que el fuego se estaba propagando muy rápido y que los vecinos de los pisos superiores no podían salir, le pidió las llaves a una vecina y saltó la azotea para ayudar a las personas que estaban atrapadas en el ático.
Para ello, contó con la ayuda de otro chico, llamado Sergio Pérez, que también se saltó y juntos pudieron echarle una mano a una mujer mayor llamada Charo, y un hombre de mediana edad que se encontraba en estado de pánico, ya que había perdido en el incendio a sus dos perros. Una hazaña que les ha convertido en héroes y de la que hablan todos los vecinos del barrio. Juan Cumbreras nos cuentan que, en un principio, tanto su familia como las autoridades les regañaron por haber arriesgado sus vidas, pero finalmente han aplaudido su acto heroico.
Si fueras testigo de algo así, ¿Qué harías? Este joven no se lo pensó dos veces: «mi familia no quería pero yo pensé que ese era el momento de ayudar, no podía soportar escuchar los gritos de la gente diciendo que iba a morir y no hacer nada», nos cuenta. Cuando todo acabó, su acto sí fue reconocido y su valentía es ahora aplaudida. Le gustaría saber cómo se encuentran las dos personas a las que ayudó a escapar de las llamas, ya que se jugó la vida por ellos sin ni siquiera conocerlos.
Juan Cumbreras trabaja en el Polo Químico de Huelva y además es escritor. Siempre le ha gustado escribir, desde niño lo hacía pero en la cuarentena vio el momento adecuado para dedicarse en cuerpo y alma a su pasión. Escribió así su primera novela completa, consiguiendo poco después que una editorial se interesara por ella y viera la luz. ‘Tu eres mi deseo’ es una historia de amor en el marco de la pandemia. Trata sobre un joven influencer que en la cuarentena vuelve a casa de sus padres, a su ciudad natal donde también tiene temas sin resolver. Y es que su primer amor, que también es su vecina, vuelve a florecer, esta vez desde sus balcones, debido al confinamiento domiciliario.
Una novela que narra esta historia de amor en dos tiempos, el pasado y el presente, y que mezcla el amor con la realidad que estamos viviendo. Ya puede adquirirse a través de Amazon, La Casa del Libro y el resto de librerías bajo encargo. Una historia a la que le dedicó todo su tiempo durante los meses más duros de encierro a causa de la pandemia y que le ayudó a sobrellevarlo mejor. El tiempo libre le ayudó a decidir retomar su gran pasión y ahora segura que continuará en el mismo camino, dedicándole más tiempo y viviendo con más calma el proceso de creación de su segunda novela, que será una continuación de la historia.
Aunque hay que ser conscientes de que en situaciones de riesgo hay que ser prudentes y dejar trabajar a los profesionales, es de admirar acciones así. A veces, alguien puede perder la vida en un segundo y un simple acto puede ser decisivo para evitarlo. Por ello, y en un mundo lleno de injusticias y malas noticias, contar las hazañas de buenas personas como esta nos hace más felices que nunca.
