José Antonio Mayo Abargues. Los primitivos ranchos de los pescadores que se instalaron en la playa de Doñana estaban construidos con materiales de la propia vegetación, sobre una estructura de sabina o enebro.
Los más utilizados eran, el barrón, el junco y la castañuela. A lo largo de los años estas construcciones han sufrido algunas modificaciones, empleando la madera industrial, el metal y el material plástico.
Y como podemos ver en este innovado rancho, también cuenta con placas solares y antena de televisión. Como decía Miguel de Unamuno, “el progreso consiste en renovarse”.