HBN. Muchos la llaman la ‘ceguera silenciosa’ porque no causa dolor y se caracteriza por dañar el nervio óptico como consecuencia, en muchos casos, de una presión intraocular elevada -que es el factor más conocido y controlable que deteriora el nervio óptico-. Es el Glaucoma, que a día de hoy ostenta los primeros puestos como causa de ceguera según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Durante esta semana (del 8 al 14 de marzo) se celebra la Semana Mundial de esta patología ocular que afecta a unos 186.620 andaluces, aunque la mitad de ellos (alrededor de 93.310) no saben que la padecen porque es asintomática en sus primeras fases.
Según informa la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), se trata de una patología incomprendida: los que la padecen tienden a quitarle importancia y no se acogen a los tratamientos y los grupos de riesgo no se realizan las revisiones periódicas para un diagnóstico precoz que evitaría la ceguera total de muchos pacientes. Uno de los graves problemas que presenta el Glaucoma es que casi un 45% de sus pacientes no se adhieren de forma estricta y correcta a los tratamientos pautados por sus oftalmólogos. Una situación que ha empeorado considerablemente en estos tiempos con la Crisis Sanitaria de la Covid-19.
El Glaucoma produce la pérdida paulatina de la visión periférica, como si miráramos por un túnel, y a día de hoy, no tiene cura, pero los pacientes cuentan con colirios y medicamentos para evitar esa tendencia a la ceguera total. No obstante, en ningún caso la persona recupera el campo de visión perdido, al tratarse de una enfermedad degenerativa, pero los tratamientos consiguen evitar un deterioro mayor del campo visual y, por tanto, de la calidad de vida.
Aunque se calcula que el Glaucoma afecta a casi a un millón de personas en nuestro país, lo cierto es que aproximadamente la mitad de ellos no saben que lo padecen. El cerebro se encarga de compensar el déficit visual hasta las fases terminales de la enfermedad en las que se pierde la visión de forma irreversible. El diagnóstico precoz en el caso del Glaucoma es fundamental para evitar que la pérdida de visión sea muy elevada, de ahí, la importancia de realizarse una exploración oftalmológica una vez al año a partir de los 40 años.
Alrededor de 186.000 personas sufren Glaucoma en Andalucía y aproximadamente la mitad de ellos no saben que la padecen porque es asintomática en sus inicios. A pesar de estas cifras, el Glaucoma se caracteriza por la falta de adherencia al tratamiento por parte de los pacientes y el bajo índice de diagnóstico precoz debido a que los grupos de riesgo no se hacen sus revisiones periódicas. Casi un millón de españoles sufren esta enfermedad oftalmológica que ostenta el primer puesto de causa de ceguera irreversible. En Huelva, un total de 11.625 personas han sido diagnosticadas de glaucoma y alrededores de 5.813 no saben que lo sufren.
Por ello, cada año la Clínica Oftalmológica Gil Piña, situada en el Hospital Quirón de la capital, celebra la semana del Glaucoma para concienciar a los onubenses de la necesidad de hacerse revisiones periódicas cumplidos los 40 años, para atacar a tiempo esta común y grave enfermedad. Una dolencia cuya incidencia aumenta con la edad. Así, en torno al 2% de las personas lo sufren a partir de los 40, y más de un 5% entrados los 65 años. Los doctores Rafael Gil Piña y María del Mar Banda son los especialistas en glaucoma de la clínica. Hablamos con la oftalmóloga que nos cuenta la necesidad de su diagnóstico precoz, ya que es una enfermedad reversible.
La principal causa de ceguera es la catarata, pero con una operación se cura, mientras que el glaucoma, que es la segunda causa, produce un daño irreversible. El tratamiento ayuda a mitigar y paralizar sus estragos, pero no cura lo dañado, lo que hace que sea primordial que se detecte a tiempo.
Tal y como nos asegura la Dra. Banda: «algunos pacientes vienen a hacerse revisiones porque están concienciados o porque tienen antecedentes familiares, pero más del 50% de los casos se detecta por casualidad«. Una vez se detecta se hacen pruebas específicas para conocer el estado del nervio óptico, el principal dañado en esta patología, para después conocer qué tipo de glaucoma tiene el paciente. En cuanto al tratamiento: «va a depender del estadio de la enfermedad. Se comienza con gotas y a veces es necesario tratar con láser e incluso la cirugía, no para curar el daño causado, sino para paralizarlo y que no siga avanzando hasta una ceguera total».
Cada año, la Clínica Gil Piña lidera una serie de actividades para concienciar, durante la semana del glaucoma (que se celebra en torno al 12 de marzo que es el Día Mundial del Glaucoma), sobre la importancia de la prevención, ya que su diagnóstico precoz es vital. Mediante mesas informativas, campañas en la calle o consultas gratuitas, se daba visibilidad a esta enfermedad. Sin embargo, la pandemia de la Covid-19 ha imposibilitado la realización de iniciativas de este tipo, lo que ha llevado a la clínica a emprender una campaña en redes sociales y en medios de comunicación. A pesar de la situación actual, no hay que olvidar que existen otras enfermedades a parte del coronavirus y que la prevención es muy importante.
La doctora Banda aprovecha para dirigirse a los onubenses y pedirles que «sean conscientes de que existe, y que se hagan revisiones a partir de los 40 años, que es cuando suele aparecer la enfermedad. El glaucoma más frecuente es el de causa desconocida, que suele depender de factores genéticos y ambientales, pero queda aún mucho por conocer de esta enfermedad«.
