Mari Paz Díaz / HBN. Es cierto que cuando pensamos en las fábricas de salazones que los romanos construyeron en la Península Ibérica solemos dirigir nuestra mirada a Cádiz, al tener referentes como Baelo Claudia (Tarifa), que cada año recibe a cientos de visitantes para conocer in situ uno de los más famosos yacimientos arqueológicos en el que se producía el garum, una salsa de vísceras de pescados muy consumida en el Imperio Romano. Sin embargo, como ya se ha venido difundiendo en diversas ocasiones, la Costa de Huelva también es un enclave de enorme interés cuando se trata de conocer las factorías romanas de salazones y conservas de pescado.
El establecimiento de industrias pesqueras, salineras y bataneras por todo el litoral onubense por parte de los romanos ha quedado demostrado por la riqueza de varios yacimientos arqueológicos que se han venido estudiando por diversos investigadores desde los años setenta hasta la actualidad. Punta del Moral y La Viña (Ayamonte), Urberosa (Cartaya), Las Cojillas (Aljaraque), Saltés, el entorno de la Plaza de las Monjas y El Rincón (Huelva), La Fontanilla, el Poblado y la Torre del Loro (Mazagón) o El Cerro del Trigo (Almonte) son algunas de estas factorías, si bien, las mejor conservadas se localizan en El Terrón (Lepe) y El Eucaliptal (Punta Umbría).
Especialmente en este último caso, los investigadores han llamado la atención sobre la importancia del yacimiento arqueológico de ‘El Eucaliptal’ de Punta Umbría, puesto que, según han recogido los profesores de la Universidad de Huelva Juan Manuel Campos, Juan M. Pérez Macías, Juan Aurelio Pérez Macías y Nuria de la O Vidal en publicaciones como la titulada ‘Las cetarie del litoral onubense en época romana’, esta factoría es «la que hasta el momento más y mejor información ha proporcionado», de ahí la importancia de este espacio al que hoy queremos dirigir nuestra atención en este reportaje.
En concreto, el yacimiento romano de ‘El Eucaliptal’ se encuentra situado en la flecha de Punta Umbría, a las afueras del casco urbano, llegando hasta la zona de La Peguera, frente al asentamiento de la Isla de Saltés, estando limitado por la Ría y el camino de prolongación de la Avenida de la Marina. Un lugar que fue objeto de estudio especialmente desde mediados de la década de los noventa del siglo XX, -aunque su existencia ya era conocida por los habitantes del lugar con anterioridad, sin olvidar campañas desarrolladas con anterioridad y posterioridad–, que pusieron de manifiesto que se trata de un yacimiento que sigue «el modelo de asentamiento Cetaria, dedicado a la pesca y transformación de recursos marinos (elaboración de salazones, púrpura, etc), y que presenta una ocupación desde mediados del siglo II d. C. hasta inicios del siglo VII d. C. De todo el conjunto excavado por el momento destaca su necrópolis en la que se han documentado hasta tres fases de enterramientos diferenciados», tal y como reseñan Juan Manuel Campos y Nuria de la O Vidal en el artículo ‘Los salazones del litoral onubense: La Cetaria de El Eucaliptal’.
Así lo ha confirmado también a Huelva Buenas Noticias el propio catedrático de la Onubense Juan Manuel Campos, que nos asegura que «‘El Eucaliptal’ es uno de los yacimientos más destacados de la Costa de Huelva, dado que en el litoral onubense se localizaron una veintena de factorías romanas, aunque de ninguna de ellas se ha conservado nada destacable. Pero, en esta ocasión, Punta Umbría presentaba un nivel de conservación muy llamativo, además de ser una de las de mayor dimensiones, con áreas domésticas nobles, un conjunto de piletas destinadas a elaborar conservas y salazones y una interesante necrópolis, de ahí su interés y atractivo».
Un asentamiento romano datado entre los siglos II y VI d.C., que parece que estaba especializado en la elaboración de púrpura, un tinte muy apreciado de la antigüedad y que se obtenía de la cañaílla -murex brandaris-, un dato que se ha confirmado tras aparecer enormes cantidades de caparazones de esta especie marina, de cuyo interior se extraía una pequeña bolsa de color púrpura.
Un espacio arqueológico donde se hallaron un total de 70 enterramientos, 22 piletas de salazón, un horno y diversas estructuras murarias -uno de esos muros de siete metros de longitud- y de pavimentación, aspectos que dan cuenta de la riqueza del enclave. Por lo general, la zona más cercana a la playa es donde aparecieron más ánforas, dedicadas a la factoría, mientras a medida que nos alejamos del litoral se encontraba el ámbito doméstico, con muros de piedras y ladrillos.
En cuanto a la necrópolis, uno de los espacios de mayor interés del yacimiento al ser la más importante y mejor estudiada de todo el territorio onubense, se ubica en la zona central del yacimiento, hasta la prolongación de la Avenida de la Marina. Se trata de una necrópolis con tres sectores de enterramientos: una primera parte en la que conviven la inhumación y la incineración; un conjunto de enterramientos infantiles realizados en ánforas de los siglos IV y V d. C. en una segunda área; y una serie de tumbas rectangulares construidas con ladrillos y piedras, donde se depositaban los restos humanos inhumados y sin ajuar, de cronología tardorromana.
En conjunto, la tipología de las tumbas que constituyen esta necrópolis es muy diversa, con siete tipos de sepulturas. Eso sí, parece que habría que descartar ritos de tipo cristiano, al aparecer monedas en algunas tumbas, relacionadas con la creencia romana de pago a Caronte para que transporte al alma a través de la laguna Estigia y así conseguir una nueva vida tras la muerte.
Sobre la principal actividad económica de sus habitantes, parece claro que ‘El Eucaliptal’ se dedicaba a la pesca y la industria pesquera, estando especializado en la fabricación de salazones y conservas de moluscos, así como en la púrpura, como así lo atestigua la aparición de ánforas y el horno de cerámica. Siendo así, para los investigadores, «trabajo duro y mala alimentación, fueron los factores que condicionaron la existencia de los habitantes de Punta Umbría de hace casi 2000 años», basándose su gastronomía en pescados como el atún, las sardinas o las almejas.
Sobre la cronología del yacimiento, como se ha indicado, todo parece indicar que se inicia cuando comienzan a desarrollarse este tipo de factorías en el Golfo de Cádiz, es decir, en el siglo II d. C., mientras que a finales del siglo IV d. C. la factoría dejó de funcionar, si bien seguiría utilizándose en el siglo VI y VII d. C. Es decir, el asentamiento abarca una banda cronológica que cabría situar entre los siglos II y VII d.C., registrándose un momento de crisis en el siglo III d. C. Una cronología propia de este tipo de industria en el sur de la Península Ibérica.
En cualquier caso, la existencia de este asentamiento pone de manifiesto que el entorno que ocupa en la actualidad Punta Umbría estaría inserta dentro de la intrincada red de relaciones y rutas comerciales que se dirigían desde Roma y cuya dirección principal eran los puertos más importantes del Imperio, como Ostia (Roma), Cartago (Túnez), Hispalis, Gades o El Pireo en Atenas.
Ante estos interesantes datos, Juan Manuel Campos recuerda que «existía un proyecto de conservación de este yacimiento arqueológico para poner en valor un ejemplo de factoría romana en la Costa de Huelva, un espacio que podría haber tenido un enorme atractivo para los visitantes y turistas que llegan a la localidad puntaumbrieña, especialmente durante el verano. Sobre todo, porque es el único ejemplo posible que se podría haber salvado, al ser la factoría mejor conservada de todo el litoral. Una singularidad que, sin duda, era necesaria dar a conocer. Por este motivo, es una verdadera pena que se haya perdido esta oportunidad».
De hecho, hasta hace sólo unos años, la parte más importante del mismo se encontraba sin construir, un área cubierta por un depósito de dunas, poblado con pinos, que hasta la década de los ochenta lo estuvo por un eucaliptal, que da nombre a los restos. Hoy, «la mayor parte del yacimiento está ocupada por las construcciones del polígono, así como por otras edificaciones diversas y, sobre todo, por la reciente urbanización para la instalación de un complejo lúdico, en el que se ha reservado una zona para integrar parte del yacimiento, del cual aún permanecen áreas sin excavar», según recogían Campos y Vidal.
El Ayuntamiento de Punta Umbría adjudicó a la empresa Arqueovalia, Patrimonio y Gestión Cultural, S.L.U, la obra civil para la puesta en valor de ‘El Eucaliptal’, por un importe de 30.500 euros, sin IVA, y un plazo de ejecución de dos meses.
De modo paralelo correrá la obra arqueológica, a cargo de la Universidad de Huelva (UHU), que resultó adjudicataria del procedimiento para la restauración y puesta en valor de este yacimiento arqueológico. El Consistorio puntaumbrieño obtuvo para ello una subvención de 84.535,28 euros de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía. La alcaldesa de Punta Umbría, Aurora Águedo, considera que es “muy buena noticia que ya vayan a empezar a trabajar en la zona” y estima que el próximo verano “disfrutaremos de este nuevo atractivo turístico demandado desde hace mucho tiempo por nuestros ciudadanos”.
La mencionada obra civil consistirá en la creación de una plataforma de acceso previa al yacimiento, que servirá de área de descanso y antesala o recepción para el visitante. También se ejecutará una pasarela perimetral al yacimiento para su recorrido, la delimitación física del mismo, la señalización turística adecuada y la iluminación del entorno.
Por su parte, la Universidad de Huelva se encargará de volver a excavar y limpiar los restos que se encuentran en la actualidad al aire libre: trece piletas de salazón, dos canalizaciones de ladrillos, dos estancias y cuatro estructuras murarias, a las que aplicarán una serie de productos para que se mantengan limpias. Además, se tratarán los perfiles de la zona arqueológica de tal manera que se proteja la superficie actual, pero sin comprometer una futura excavación o ampliación.
Sea como sea, en este artículo hemos querido poner de manifiesto el resultado de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo desde la Universidad de Huelva en los años noventa y que vinieron a completar otras campañas anteriores, sin olvidar que en Punta Umbría era bien conocido el pasado romano del municipio, ante la frecuente aparición de restos de la época en las diferentes obras que se llevaban a cabo, de ahí que haya algún bar que hace referencia a este hecho, como ‘El Agripina’, o espacios como el denominado ‘Callejón de los romanos’. También en 2002 se llevó a cabo otra excavación con motivo de la urbanización de la zona lúdica, excavaciones que pusieron al descubierto más enterramientos y un área industrial.
En definitiva, todos estos trabajos permitieron, «no sólo conocer los orígenes de Punta Umbría, sino además, para ayudar a dilucidar el fenómeno general de la industria de salsas de pescado y púrpura, uno de los pilares fundamentales de la economía romana en la etapa imperial», según apuntan Juan Manuel Campos y Nuria de la O Vidal, que ratifican que Punta Umbría jugó un papel fundamental en la época, siendo un lugar estratégico en el ámbito de la industria conservera en la Antigüedad, y formando parte del entramado económico de los salazones del Golfo de Cádiz, uno de los lugares con mayor densidad de factorías. Razones más que suficientes para recordar la importancia de unos restos arqueológicos que forman parte de la historia y el patrimonio de la provincia de Huelva.