Benito A. de la Morena
Colaborador del Grupo Azoteas
Hablar de física y de su relación con las matemáticas, siempre ha generado cierta complejidad, por ello me atrevo a sugerir este libro de Desiderio Papp, “Historia de la Física”, editado por Espasa Calpe SA, que nos introduce a esa otra visión donde la lógica suaviza su contenido de ciencia pura.
Filosofía de la ciencia es el nombre más adaptado a su contenido, pues detalla conceptos y formas de una manera puramente literaria, donde las formulas brillan por su ausencia y hacen sencilla su lectura y comprensión.
Su recorrido histórico comienza en la antigua Mesopotamia y paraísos egipcios, cuando de la observación de la naturaleza y tomando como guía la experiencia y el sentido común, se adquiría un fondo de saber técnico.
De ahí, pasando por el mundo jónico de Tales, llegaremos al periodo helénico, donde la retórica era el arte de razonar sobre la existencia, considerando las dudas, el fundamento central del proclamado pensamiento libre y a través de Aristóteles, Pitágoras, Arquímedes, Filón, Tolomeo…, se intentará reducir la complejidad del mundo físico a la metamorfosis de una sustancia única, como el agua, el aire, o el “fuego etéreo” de Heráclito, pues todos intentaban atraer al mundo físico, la fuerzas naturales y buscar una explicación accesible a la razón.
Los árabes y la transmisión de la ciencia griega hacia Occidente, ocupan uno de los capítulos más interesantes de esta historia que Dionisio, Platón, Sócrates… ayudaron a construir previamente.
Pero las conquistas y las guerras también permiten la transmisión del conocimiento y sería durante los califatos de Abderraman III y Al Hakim II cuando sabios e investigadores de la corte de Córdoba, crearon escuelas y bibliotecas, con miles de manuscritos, comparables a la gran Biblioteca de Alejandría. La ciencia continuaba su imparable evolución gracias a sabios como Al-Hazan, Al-Hazen, Al-Burini o Al-Kazini…
Leonardo da Vinci y sus investigaciones mecánicas y físicas, Galileo Galilei con su pretensión de cambiar la idea de un Universo geocéntrico, donde la Tierra era el centro sobre el que giraba el Sol y las estrellas, Nicolau Copérnico quien con su “De revolutionibus orbium coelestium”, en 1543, postuló la célebre teoría heliocéntrica, demostrando que el Sol era el verdadero centro de los movimientos Planetarios.
Johannes Kepler con su obra “La armonía cósmica”, Descartes, Isaac Newton…. son, entre otros, personajes cuyas teorías y vicisitudes para obtenerlas, describe este interesante y narrativo libro, cuyo recorrido nos llevará hasta finales del siglo XX, con una visión sencilla sobre los descubrimientos de Ohm, Volta y Galvani en electricidad; Fresnel, Doppler y Young en propagación de onda luminosas; Dalton, Wolf y Boltzman sobre el átomo y la teoría del calor, Faraday, Maxwell, Hertz y Lorentz sobre el campo eléctrico y magnético.
El libro se complementa con un brillante apéndice, que ofrece una selección de experimentos descriptivos de investigaciones relevantes que se inicia con Galileo Galilei, sobre la “caída libre” o Benjamín Franklin, con “el poder de las puntas y el pararrayos” …
Ameno, pero profundo, dentro de una narración histórica que se suaviza por la ausencia de formulaciones y complejas ecuaciones, es un libro para introducirse en este apasionante mundillo del concepto de la física, a través de una lectura comprensible y razonada, que destaco de mi biblioteca y que recomiendo.
Benito A. de la Morena Carretero
Dr. Ciencias Físicas
En Azoteas añadimos:
Este libro ocupa un lugar en la lista de Lecturas casineras ciertamente interesante, por su contenido y por representar un sector de la literatura no muy frecuentado y necesario en una adecuada biblioteca de curiosos enciclopédicos.