Inés Martín. Un brindis y una bienvenida a un nuevo año. Propósitos y abrazos. Hasta ahí todo iba bien. Año de cambios y de adaptación para no quedarse por el camino. Un 2020 que dio un giro 360º en el mes de marzo. Proceso que todas las empresas han experimentado hasta las que más millones facturan.
La incertidumbre llegó para quedarse y los empresarios han tenido que adaptar sus negocios a la situación actual, llevando a cabo acciones que jamás hubiesen imaginado. Es el caso del sector de la venta de marisco que se enfrenta a una campaña navideña de lo más extraña.
La despensa del marisco. Una iniciativa que surge de la mano de Joaquín Romero, un joven con ganas de adaptarse y seguir creciendo en esta parcela. La idea surgió creando una página de Facebook donde exponer y enseñar al público todo lo que guarda en la despensa. Una despensa llena de productos onubenses que pretenden llegar a todos los platos posibles.
El trabajo no es fácil ya que es un producto ‘atípico’ para la venta por Internet, pero no hay límites. Y así lo está demostrando Joaquín con su proyecto. En el perfil de La despensa del marisco podemos encontrar fotos de todos los manjares a modo de publicación en el que se explican de la forma más detallada posible las características de los productos.
El plan de esta alternativa a la venta de marisco tradicional solo está empezando y ya están trabajando en una página web que pretende llegar a todos los rincones y ser un referente en este sector después de un duro camino para aclimatarse a la dura situación que la sociedad está atravesando.
Gambas, cigalas y patas, entre otros muchos productos que nos ofrece el mar, son protagonistas de una dura y extraña campaña navideña, que ya ha comenzado para las empresas que se dedican a la venta de marisco, en una época donde los bares y restaurantes tienen un horario inusual.
Joaquín deja claro que hay que adaptarse para sobrevivir y su iniciativa es el vivo ejemplo de ello. Una Navidad que presenta muchas dificultades por la incertidumbre en la que el país está sumergida pero hay que luchar para seguir adelante, y sobre todo, pasar diciembre con un poco de marisco de la costa atlántica que seguro que conseguirá que el año acabe con un mejor sabor de boca.