HBN. Con el nombre de ‘Stop-Covid Wall’, el onubense Abraham Pérez Cano ha puesto en marcha una iniciativa que ha llamado mucho la atención en tiempos de coronavirus. Se trata de una mampara protectora frente al virus para su uso en centros educativos, desde colegios, academias, puestos de trabajo en empresas, comedores y demás usos similares.
Nacido en Aracena, Abraham se siente plenamente onubense, puesto que reside en Huelva capital desde los 3 años. Sus padres son naturales de Rociana del Condado, con ascendencia almonteña y lepera, mientas que su mujer, Lourdes Trinidad, es maestra natural de Huelva capital. Precisamente, ella ha sido una pieza clave en la puesta en marcha de esta iniciativa, puesto que asegura que «sin su asesoramiento no hubiese hecho nada». El matrimonio tiene cuatro hijos.
A nivel profesional, Abraham está especializado en dar soluciones tecnológicas a empresas industriales. Y es que, según nos cuenta, «aunque soy Ingeniero Técnico Agrícola de formación, he trabajado en una lista variada de empresas que, además de servirme como experiencia, me ha valido para tener una perspectiva más amplia de los problemas de cada sector». En este aspecto, «durante mi bagaje profesional he ido buscando siempre soluciones a esos problemas y, actualmente, soy propietario de una empresa que ofrece eso mismo, soluciones dentro del sector minero, industrial, energético, etcétera. Contamos con una ingeniería y oficina de desarrollo».
Por este motivo, ante el contexto creado por el coronavirus, este onubense ha querido desarrollar una herramienta idónea para los centros educativos, «que a mí me afectaba particularmente por partida doble, mujer e hijos, así que decidí a buscar una humilde solución que aporte algo más de seguridad a los niños y maestros», nos comenta a HBN.
Para Abraham, «la realidad es que los colegios están diseñados y optimizados para una serie de alumnos por clase. Plantearse distancias de seguridad dentro de un aula sin que se modifique el número de alumnos por clase (ratio) es matemáticamente imposible. Por otro lado, pensar que nuestros hijos van a permanecer durante 5 o 6 horas dentro de un centro educativo, no ya con la mascarilla puesta, sino respetando las indicaciones básicas sanitarias (tocarse la boca o los ojos, acercarse a un compañero…) es una utopía. Eso sin entrar en que se desaconseja el uso de mascarilla más de una hora sin descansos».
Para solventar este problema, este ingeniero ha desarrollado unas mamparas puesto que, según nos cuenta, «mi planteamiento se ha basado en crear una barrera que dificulte el contagio en el sitio donde el alumno va a permanecer el mayor número de horas. Esa solución debe ser viable económicamente, de ahí la opción de fabricarlo con materiales baratos. Y también debe ser viable su implantación en un tiempo razonable. Nuestros proveedores pueden dotarnos de los materiales de una manera masiva en pocos días».
En concreto, estas mamparas low cost de protección para prevención del contagio del Covid-19 están fabricadas en cartón Eco reciclado y policarbonato transparente, equipado con ventilador accionado por energía solar (opcional) o por batería recargable, interruptor de accionamiento del ventilador, soportes para colocación de mascarilla delante del ventilador (filtrado), led indicativo de encendido y pestañas de fijación a la mesa, entre otras herramientas.
Las ventajas de este sistema es que su uso en las aulas facilitaría el desarrollo de las clases reduciendo significativamente el riesgo de contagio y aumentando la ergonomía de los alumnos al poder prescindir de la mascarilla mientras estén sentados en sus pupitres.