HBN. PETRA Maternidades Feministas denunciamos la situación de vulnerabilidad en la que nos encontramos las madres, frecuentemente forzadas a volver al empleo formal de forma prematura a las 16 semanas tras el parto, viendo muy limitado nuestro tiempo disponible para exterogestar y amamantar a nuestra criatura, o bien teniendo que solicitar excedencias, dejar trabajos, o reducir jornadas, y maternar desde la precariedad.
A pesar de que la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses, que sea el alimento principal el primer año de vida, y mantenerla al menos durante 2 años o más (hasta que madre y bebé quieran), el actual permiso de maternidad es tan solo de 16 semanas. Un tiempo escaso que no garantiza la lactancia materna ni la correcta recuperación a nivel físico y emocional de la madre tras el parto.
La precariedad laboral y la falta de apoyo económico ponen en la cuerda floja la lactancia y la maternidad: las madres pedimos tiempo porque los bebés piden mamar. Por ello, señalamos 4 requerimientos que el Gobierno debería implementar de cara a proteger la lactancia materna y los derechos de las madres en los primeros años de vida de nuestras criaturas.
En primer lugar, demandamos la ampliación de los permisos por nacimiento y su transferibilidad. Esta ampliación debería cubrir como mínimo los 6 meses que garanticen el derecho a la lactancia materna exclusiva que recomienda la OMS. Aunque la medida óptima sería 1 año. Además, estos permisos deben ser universales, no deben estar condicionados al tiempo que la madre haya cotizado a la Seguridad Social o que tenga empleo formal en el momento del parto. Las primeras 6 semanas serían intransferibles y el resto de semanas transferibles. La transferibilidad permitiría que cada familia se organice como mejor se adapte a su situación.
En segundo lugar, demandamos especial protección para familias monomarentales: la intransferibilidad de la actual ley de permisos discrimina a las criaturas de estas familias, que tienen menos derechos que los de las familias biparentales al tener la mitad de tiempo de cuidados.
En tercer lugar, pedimos un permiso para la recuperación del parto y la protección de la lactancia materna, con independencia de los permisos por nacimiento. La actual ley de permisos que iguala a padres y madres no tiene en cuenta los procesos sexuales y reproductivos de las mujeres, lo que no permite la equidad y conlleva una enorme discriminación hacia las mujeres, que somos las únicas que pasamos por los procesos de parto, postparto, puerperio y lactancia materna.
Por último, exigimos que el Gobierno y las Comunidades Autónomas cumplan las indicaciones de organismos internacionales en materia de salud de las mujeres y bebés, lactancia materna y erradicación de la violencia obstétrica. Que todo el personal sanitario esté obligado a formarse de manera actualizada, desde una perspectiva de género no adultocentrista, en materia de lactancia materna, maternidad y exterogestación. Y que las administraciones estén obligadas a destinar recursos para un adecuado acompañamiento físico, psicosocial y emocional en el embarazo, parto, postparto y lactancia.
