Juan Carlos León Brázquez. Durante todo el pasado fin de semana, miembros de Alternativa Ciudadana: Nerva, Salud y Dignidad, de reciente creación, han repartido puerta a puerta por todos los barrios de la localidad minera mil quinientos folletos informativos en los que reivindican el posicionamiento de la ciudadanía, mediante una consulta (referéndum) sobre el futuro del vertedero de productos tóxicos, que se enclava a menos de un kilómetro del casco urbano de Nerva. Esta nueva alternativa ciudadana se ha constituido desde la heterogeneidad poblacional, de forma plural e independiente, para hacer frente a la intención de la Junta de Andalucía de aumentar la capacidad y usos de la actividad durante los próximos años.
Nerva, Salud y Dignidad, nacida al margen de la Alianza para el cierre del vertedero de Nerva, ha querido que todos los vecinos nervenses y por extensión de la comarca del río Tinto conozcan la actual situación del vertedero y las intenciones de la empresa gestora Ditecsa y la Junta de Andalucía de aprovechar el periodo de confinamiento para agotar los plazos administrativos sobre sus intenciones de ampliación y nuevos usos, lo que se rechaza desde la nueva asociación, contraria a la continuación de la peligrosa actividad de este vertedero, que hace años sobrepasó los objetivos para los que inicialmente fu creado.
El Ayuntamiento de Nerva ya ha mantenido algunas reuniones con asociaciones locales de distintos ámbitos para recabar opiniones, con la intención de abrir una mesa de diálogo, pero el consistorio aun no se ha posicionado sobre la amenaza de ampliación y prórroga para el controvertido vertedero de Nerva, que lleva funcionando desde 1998 y que para algunos expertos se encuentra sobresaturado desde hace años, por lo que los ciudadanos no entienden que esta disposición de la Junta para apoyar los proyectos de Dictesa para ampliar la capacidad del mayor vertedero de productos tóxicos y contaminantes de Andalucía y uno de los mayores de Europa.
La nueva Alternativa Ciudadana no desea que el vertedero vuelva a ser el centro de enfrentamientos en la población, tal como sucediera a finales de los años noventa cuando la gente se dividió a favor y en contra, tras el cierre de la actividad minera que de forma tan brutal afectó al empleo en la comarca, especialmente en Nerva. Sin embargo, 22 años después, no se han cumplido ni las expectativas de creación de empleo (menos de 40 puestos de trabajo, no todos de la zona), ni la deseada llegada de nuevas empresas y ni siquiera el impacto económico para la comarca tal como esperaban los que inicialmente apoyaron su creación, frente a quienes desde el principio entendieron que el vertedero suponía una amenaza medioambiental, como corroboran los numerosos incidentes, como incendios, accidentes de camiones que transportan la basura tóxica y filtraciones y vertidos contaminantes al río Tinto. Por eso, para evitar los enfrentamientos radicalizados que dividieron al pueblo en dos bandos y dado que hoy se conoce con más exactitud lo que el vertedero representa para el pueblo, la nueva Alternativa propone un referéndum en el que los vecinos se pronuncien claramente sobre la paralización y cierre del vertedero, ya que hasta ahora ninguna Administración ha tenido en cuenta la opinión del vecindario sobre el tema. Desde la nueva Alternativa se considera que “ha desaparecido la utilidad pública que argumentaron los partidos firmantes de apoyo al vertedero, PSOE, PP e IU. Hoy es una actividad con una repercusión negativa en Nerva, ya que lo que algunos veían como una solución al cierre de la mina no lo ha sido y por eso hay que desactivar las intenciones de la empresa y la Junta. La situación hoy es muy distinta a la de 1998”.
Tan solo quedan 10 días para las alegaciones sobre las intenciones de la Junta, que pueden presentarse hasta el próximo 26 de junio, siendo incomprensible que se haya aprovechado el estado de confinamiento para condicionar los trámites administrativos y los plazos que comenzaron a contar desde el pasado uno de junio, sin apenas tiempo para formalizar alegaciones, no entendiéndose la laxitud de las autoridades ante un vertedero que se encuentra en plena zona BIC, rodeado de parajes con protección medioambiental y a solo unos centenares de metros del núcleo urbano, que tiene que soportar una intensa actividad tóxica cerca de sus viviendas, malos olores y el tránsito continuo de camiones de gran tonelaje con la basura tóxica de España y varios países europeos. Desde luego, la existencia del vertedero no camina a favor de las intenciones para que toda la zona sea declarada Patrimonio de la Humanidad
Actualmente, otra organización, la Alianza para el Cierre del Vertedero de Nerva, en la que se encuentran partidos políticos, como el Partido Popular local e Izquierda Unida Huelva, así como asociaciones ecologistas onubenses, como Equo y Ecologistas en Acción, entidades como la Asociación de Mujeres Luna y otros integrantes a nivel individual, proponen el cierre definitivo del denominado Centro de Gestión de Residuos Industriales de Nerva, llamado así cuando irónicamente dichos residuos no son de Nerva. La nueva Alternativa, formada por personas a nivel individual que se representan a sí mismas, propone, no obstante, que la decisión pase por una consulta popular donde la población se manifieste sobre el futuro de este basurero tóxico. Desde Nerva, Salud y Dignidad se insiste en que “el disfraz de economía circular no se sostiene, ya que se trata de ampliar los efectos contaminantes con presuntos nuevos usos para la basura tóxica que nos ha tocado soportar”. Varias asociaciones onubenses se manifestaron hace unos días en las puertas del Ayuntamiento de Nerva pidiendo el cierre de las instalaciones, mientras que la nueva Alternativa Ciudadana se plantea próximas acciones reivindicativas, tanto ante el Ayuntamiento de Nerva como ante la Junta de Andalucía, para evitar que siga ampliándose este intenso foco tóxico.