J.A. de Mora. Un genio de la guitarra, y de Huelva. Una estrella que no llegó a brillar como merecía, quedándose en sus fulgurantes inicios como una promesa que no llegó a romper como su extraordinaria, única, capacidad interpretativa hacía esperar a todos los que tuvieron el privilegio de escuchar el sonido de su guitarra. El Niño Miguel, Miguel Vega de la Cruz, era un mito cuando vivía y ahora, fallecido el 23 de mayo de 2013, ahora justo siete años, lo es aún más. Ahora si brilla en el firmamento porque allí seguro que tiene todas las cuerdas para conseguir el sonido celestial que solo sus dedos podían alcanzar.
Hoy se le sigue recordando en Huelva, donde nació, donde vivió y murió, y donde dejó huella en cada calle y taberna donde sorprendía, como ha reconocido desde cualquier viandante hasta maestros consagrados de la guitarra, sacando música de calidad incluso con esas míticas tres únicas cuerdas de su singular acompañante.
Maravillaba a la gente y maravillaba a los otros guitarristas, además de cantaores y bailaores de flamenco. A principios de los años setenta del siglo pasado, encandiló con su forma de interpretar la guitarra y el flamenco, obteniendo el premio de honor del Concurso Nacional de Guitarra de la Peña Los Cernícalos de Jerez, y teniendo presencia en la entonces única televisión nacional, la española.
Apareció en la cúspide y desapareció después. Su salud mental, y una maldita adicción a la heroína, no permitieron que ese chico que llegó a Madrid y en dos semanas tenía con los ojos bien abiertos a todo el gremio, pudiera convertirse en el mejor guitarrista de flamenco de todos los tiempos, a donde apuntaba. Consiguió que muchos llegaran a decir que solo Paco de Lucía pudiera equipararse a él como genio de la guitarra flamenca, pero es que el mismo inolvidable algecireño no daba crédito de como tocaba el Niño Miguel. Señaló en una entrevista que ‘pasábamos noches enteras tocando la guitarra y era impresionante como tocaba ese hombre‘.
Precisamente, inducido por Paco de Lucía, Miguel grabó dos discos a principios de los setenta, ‘La guitarra del Niño Miguel’ y ‘Diferente’, en el mismo estudio y productora de Paco de Lucía. Estos fueron reeditados en 1999, bajo el título ‘‘Grabaciones históricas. El flamenco es universal. Niño Miguel’’
Sus virtudes y su drama sitúan al Niño Miguel com alguien insustituible en la historia del flamenco y en la historia de Huelva. Aquí se le recuerda, como lo hace el gran guitarrista onubense José Luís de la Paz; o el poeta Ramón Llanes; o colectivos como el Ateneo de Huelva. Gente reconocida y también gente anónima que tiene a Miguel en el recuerdo y en el corazón. Su humildad y su grandeza estuvo en la calle, y en los escenarios en las fases en las que pudo interpretar en su mejor estado de forma. En las potentes plataformas de redes sociales, Cristina Delay vela por su memoria, que comparten cientos de seguidores.
En los últimos años de su vida tocó un concierto el 26 de noviembre de 2011 en el Teatro Central de Sevilla. En 2012 actuó en la XVI Bienal de Flamenco en Sevilla, y además, ganó la insignia «El Gallo de Oro» en Morón de La Frontera. A la inolvidable grandeza de sus composiciones han rendido tributo guitarristas como su sobrino Tomatito y Rafael Riqueni. De su legado musical destacan piezas imprescindibles como el fandango ‘Brisas de Huelva’ o el vals ‘Lamento’.
Afortunadamente contamos con elementos tangibles que nos recuerdan al increíble guitarrista de Huelva. Una plaza con su nombre, cerca de Peña Flamenca de La Orden, junto al Parque de Los Olivos, donde se encuentra un monumento en su honor, del escultor Sergio Sánchez. También la denominación, que lleva su nombre, del Concurso Nacional de Fandangos de Huelva y su provincia. Pero sobre todo, como indicábamos antes, su presencia en el corazón de todos los onubenses que tuvieron el privilegio de escucharlo tocar, con tres o con cinco cuerdas.
1 comentario en «Huelva sigue recordando al increíble Niño Miguel»
Gracias miguel