Redacción. Confiesa Silvia Santolaria que ser una vidente buena no es fácil, que hay muchas personas en la actualidad que se definen como videntes y que realmente no lo son. Esta ocupación también tiene mucho intrusismo, personas que se aprovechan de la necesidad de respuestas urgentes que tienen otras para exprimir su bolsillo tanto como se pueda.
Silvia Santolaria es una de esas buenas videntes que defienden su don natural y hereditario, algo que tienen pocas personas en el mundo. Son muchos los que la consideran la mejor de cuantas operan en España, y lo cierto es que es una maestra tarotista con 20 años de experiencia. Proviene de una familia con una larga tradición en las artes adivinatorias y que consideran tienen conexión con el universo. “Mi objetivo es emplear mi don para poder brindarte la ayuda que necesitas y recuperar las riendas de tu vida”, explica desde su web.
Las tecnologías digitales, precisamente, se han puesto al servicio de quienes tradicionalmente han atendido a clientes en sus domicilios, en consultas habilitadas para ello. Es una nueva forma de llegar a más personas, y que se une a canales de comunicación tradicionales donde los videntes hacen sus predicciones desde finales de los años 90.
Lo que se valora de una vidente
Si una vidente tiene éxito es por lo certero de sus predicciones. Si un cliente que acude comprueba que las predicciones se cumplen, no solo volverá a hacerlo, sino que se lo contará a quien lo quiera escuchar. “Mi mayor propaganda como vidente real recomendada es el boca a boca, y la reputación hoy en día se la gana una a base de aciertos”, dice Mayka Solano, que ubicamos también en el ranking de las 10 mejores videntes del país.
En el sector se considera que solo un don muy potente consigue ver las fechas exactas, y hay que estar muy segura de tales capacidades para ofrecer un servicio como este. Así lo hace Manuela Torres, que también hace llegar la necesidad de acompañar al cliente. “Mis lecturas de tarot te darán muchas respuestas. Estas pueden salir positivas o negativas, pero a la hora de canalizarlas y transmitírtelas, entre los dos restaremos todo lo negativo transformándolo en positivo”, explica la vidente.
El tarot sin gabinete, en auge
El tarot sin gabinete es un formato en el que el/la vidente se compromete a atender personalmente a cada cliente. Ha sido muy frecuente, sobre todo en tiempos del auge del tarot en televisión, que un/a vidente explique sus cualidades, haga predicciones y sirva como “gancho”. Pero, al llamar, otra persona podía atender el teléfono. El/la vidente no trabajaba solo/a, sino con un equipo de personas que quedaban en el anonimato.
El cliente prefiere saber con quién habla y cuál es su trayectoria, de manera que tarotistas como Elena Ocaña, otro gran nombre de nuestro ranking, prefiere trabajar sin gabinete y atender personalmente. En su web es categórica al respecto: “Siempre hablarás conmigo”, afirma.
Lo mismo hace Estrella Donate, que asegura no necesitar a nadie para hacer lo que sabe. Considera a cada persona especial, y quiere ofrecer la mejor atención posible, como ya hacía su madre. Treinta años después, ha heredado su ocupación.
Transparencia ante todo
Las videntes se quejan del intrusismo que hay en su sector, y advierten que, tras la crisis, muchos se subieron al carro de la adivinación para aprovecharse de la desesperación de algunas personas que lo estaban pasando mal. Saben que su mejor arma ante eso es la honestidad, así que muchas de ellas aprovechan sus webs para proporcionar toda la información.
Es el caso de Fernanda Rojas, Xenia Santos y Mireia Astral, tres videntes que también colocamos en este listado de mejores videntes en Madrid y Barcelona, y que operan en sus respectivos gabinetes. Como otras de la lista, ofrecen dos modalidades para que el cliente decida cuál le viene mejor, explicando las peculiaridades y el precio de cada una.
El tarot Visa está pensando para consultas más extensas y tiene vinculado un precio mínimo a un número de minutos, por ejemplo 15. A partir de ahí, el precio se va reduciendo. El tarot telefónico 806, por su parte, está pensando para consultas rápidas.
Conviene que antes de llamar el cliente se informe bien sobre las peculiaridades del servicio, leyendo precios y condiciones legales disponibles en las webs de las tarotistas.
La fama va de boca en boca
Esta ocupación, decíamos, va muy vinculada a la tradición, y no hay un marketing más tradicional que el boca a boca o boca a oreja. Eso lo saben bien tanto Cordelia Rojas como Marina Galiana, que operan desde sus respectivas consultas telefónicas, aunque Galiana sí que cuenta con un equipo de tarotistas que la acompaña.
Ambas recogen en sus webs testimonios de clientes que animen a otras personas a ponerse en sus manos. De Rojas dicen: “Desde que hablé por primera vez con ella supe que era una vidente auténtica: tiene un don muy poderoso y un gran número de aciertos”. Y Galiana tiene clientes que la llaman mes a mes: “El caso es que suelo llamar a Marina una vez al mes (también a otras tarotistas) para saber qué me espera. Desde la primera vez que hablé con ella nunca olvidaré cómo me sorprendió y me abrió los ojos para sacarme del atolladero en el que estaba”.
En definitiva, estas 10 videntes buenas en Madrid y Barcelona desean basar su trabajo en la honestidad y ofrecer acompañamiento: decir lo que el cliente quiere oír, no; acompañar, sí.