P. Gamero. El relato de los hechos dice que una noche de Colombinas se dio un milagro: el Recre continuó en Segunda División, pese a descender, por un cúmulo de situaciones culminadas con el impago a sus jugadores de dos equipos. Pero la historia tiene una letra pequeña, la que se escribió durante el tramo final de la campaña, y que tuvo su punto álgido después de ese feliz acontecimiento, con el pago de 500.000 pesetas a una vidente por un ‘trabajo’ bien hecho.
Lo cuenta José España Prieto (17 de agosto de 1947, Osuna, Sevilla), presidente del primer consejo de administración del Recreativo de Huelva, cargo que desempeñó desde enero de 2000 hasta 2001. “Un día llegó una señora a mi despacho, dijo que ella podía hacer posible la permanencia del Recre, poco menos que me lo garantizó… En principio no presté mucha atención, pero me gusta escuchar a la gente… entonces me pidió un dinero por hacer que el Recre se quedara en Segunda, le dije que le daba dos millones si hace falta por la permanencia, si eso ocurre no había problema. Que hiciera lo que le pareciera”.
España recordó que “íbamos mal clasificados, el equipo estaba peleando por una permanencia que cada vez era más difícil, y mira, la verdad es que conforme avanzó la competición, el equipo se resistió a caer y llegamos incluso a la última jornada en Pamplona con opciones de salvarnos. Pero al final no pudo ser”.
El entonces presidente vivió momentos curiosos, como que “en las habitaciones de los hoteles aparecía velas negras, no sabía qué significaba eso”. Pero no fue lo único, ya que como relató Pepe España “iba con una cruz de un extremo a otro del campo, puso ajos detrás de las porterías, cogió agua bendita de la iglesia, hizo que los jugadores salieron de espalda, echó sal y laurel por todos los rincones del estadio… Los jugadores estaban alucinando, algunos incluso asustados cuando echaba agua sobre ellos en el autocar”.
Pepe España invitó a esta persona al viaje definitivo a Pamplona, donde se decidía el ser o no ser del Recre. Plaza difícil, máxime cuando el Osasuna, además, se jugaba el ascenso a la Primera División. “Vino a Pamplona en el avión del equipo, hizo sus cosas por allí, pero el partido se perdió y descendimos a Segunda B”, reconoció España, que en ese momento ignoraba por completo lo que iba a ocurrir semanas después.
“Lo que recuerdo es que entre lágrimas, bajando del palco en El Sadar, le dije a un periodistas que no pasaba nada, que en tres años el equipo iba a estar en Primera. Dije eso como pude decir cualquier otras cosa pero mira, acerté, no sé si todo esto entraba en la promesa de la vidente”, señaló el entonces presidente, protagonista en la gozosa noche de Colombinas en la que se certificó la permanencia administrativa.
Lo que vino después culmina el proceso: “Volvió al club y me reclamó una compensación por la permanencia, porque lo había conseguido. Le dije que no había sido por ella, pero que sí la iba a recompensar… Se llevó 500.000 pesetas, se fue satisfecha y el equipo siguió en Segunda… y todos nos quedamos contentos y tranquilos”.
Como colofón, lo comentado al respecto por otra persona, que opta por no revelar su nombre: “Puedes creer o no en estas cosas, pero la realidad es que un día esta señora me relató una anécdota de un familiar, que yo desconocía… cuando se lo pregunté a él me confirmó que era verdad”. Lo dicho, el Recre se quedó en Segunda… ¡misión cumplida!