Una influencer de Campofrío gana un concurso de Instagram sobre el antes y el después de internet en el ámbito rural

Leyendo el Correo.
Campofrío.

José Manuel Alfaro / Sección de ficción ‘Cuaderno de Muleman’. El pasado viernes una longeva vecina de Campofrío ganó uno de los concursos más prestigiosos que se hacen en Instagram, con un directo en el que hablaba del antes y el después de Internet en el ámbito rural. Un directo que versó sobre varios aspectos, pero fundamentalmente de cómo han cambiado los mecanismos de generación de miedo y desinformación en una Internet poblada por un agujero negro de más de 4.000 millones de personas. Unos mecanismos de desinformación que antes eran articulados perfectamente por una comunidad formada por vecinas barriendo la puerta, que tenían la capacidad de moldear y trasmitir la información recibida a su antojo y los de generación del miedo eran activados por el Alcalde, que antes de la era de Internet representaba el poseedor de la verdad absoluta.

Inernet.

A día de hoy la situación ha cambiado radicalmente, lo que ha provocado la desactivación del vecino como motor de generación de desinformación y al Alcalde como generador de miedo y opresión. Lo que ha producido una construcción hegemónica de que todo los que se hace, se dice y se comunica en internet tiene rango de supina verdad absoluta. Una situación que ha hecho posible que haya desaparecido por completo, la figura del tonto del pueblo o el noble oficio de alcahuete del barrio, así como ha caído también la imagen del Alcalde caballero todopoderoso y todo sabedor. Agentes que han sido sustituidos por periódicos formados por un ejército de asalariados al servicio del espectáculo informativo y la desinformación organizada. Además de millones de “Influencers” que propagan sin control conocimiento poco contrastado y mucho miedo. La longeva internauta que prepara un vídeo para una conocida empresa de embutidos aprovecho el directo, además, para contestar sin pelos en la lengua, algunas preguntas a los internautas que estábamos allí congregados.



Leyendo el Correo.

– ¿Cuándo descubrió su alma de “influencer”?
– Yo he tenido la suerte de descubrir mi vocación un poco tarde y digo suerte porque esto me ha permitido tener una visión amplia de lo que sido el mundo antes de Internet y como es en estos momentos del estado de alarma en el que nos encontramos. Un momento en el que la gente le da más importancia a lo que cuenta cualquier “influencer” en internet que a tu propia capacidad crítica y de raciocinio. En estos tiempos yo echo de menos en Campofrío cierta capacidad de juicio individualizado y autónomo, con el que poner cierta cordura al día a día. Es más, se lleva hablando mucho tiempo de que nos hemos convertido en una sociedad individualista cuando creo que es todo lo contrario, somos una sociedad frágil, de cristal de Bohemia diría yo, que nos hace más borregos que nunca con los niveles de criterio por los suelos y una ausencia casi total de pensamiento crítico que hemos sustituido por una capacidad infinita para opinar de cualquier tema y generar ingentes cantidades de información sesgada y manipulada, que termina campando a sus anchas por la red, porque que nadie se engañe, Whathsapp también es Internet.

Esto también es Internet.

– ¿Vivimos en un mundo globalizado?
– Claro que sí y lo podemos ver mejor que nunca en Campofrío, sobre todo desde que se declaró el estado de pandemia, que no está afectado con la misma intensidad en todos sus lugares. Una globalización obsesionada con modelizar matemáticamente a un Planeta a través de un algoritmo único, como si fuera lo mismo vivir en Wuhan que en Campofrío, y estableciendo las mismas reglas en una ciudad de más de 11 millones de personas que en un pueblo que no llega a 800 habitantes. Esta regularización social a la que nos está llevando la globalización, no solo pretenden homogeneizarnos, sino modelar nuestra identidad y nuestras costumbres rurales que terminaran aniquilando nuestra particular forma de ver las cosas y que nos llevará irremediablemente a la “Poblalización” es decir, vivir en Campofrío como si estuviéramos en el corazón de Central Park.


Puerto de Huelva

Puente Odiel Campofrío.

– ¿Qué tiene de positivo Internet?
– Todo, a pesar de mi pesimista análisis anterior. El Internet sin control es para mí la revolución que ha puesto en la puerta de tu casa el conocimiento infinito. Es verdad que también ha venido con información y opinión también infinitas, pero cuando yo era una jovencita en Campofrío, no sabíamos poner nombre al clítoris. Gracias a internet y a un clic puedes tener todo el conocimiento, la información y la opinión de una parte tan importante de tu cuerpo como es esa. Internet es para mí como una gran vagina por la que fluye el río Odiel, que no porque lleve más agua en invierno es más peligroso que en verano.

– ¿Cuál ha sido su logro más importante en la Red?
– Me hubiera gustado que me hubieran preguntado cuál es el mayor logro de mi vida y yo le hubiera contestado que más allá de ser una de las “influencer” más prestigiosas y con mayor proyección en la Red en este momento, mi mayor logro en la vida ha sido ser maestra durante toda la vida. Pero como me preguntas cuál ha sido mi mayor logro en Internet, pues te tendría que decir que ha sido un vídeo que lleva ya más de 300 visitas, en el que explico la teoría de la relatividad de Einstein montada en un cerdo gigante de más de 10 arrobas. Un vídeo grabado en la Picota de Campofrío, que se ha convertido en memez y tendencia internacional en el corazón rural de China.

Cerdos en la Dehesa.

– ¿Cómo se puede conocer lo que es verdad o no en Internet?
– Nada de lo que hay en internet está etiquetado como verdad o mentira, son los internautas los que deciden que es verdad o mentira. Y eso es lo que hace infinita Internet, que cada Campurriano y Campurriana construye su verdad y todos juntos una colectiva, a partir de cada uno de nuestros conocimientos y criterios y esto es el corazón de la verdad de internet. Por eso es más importante que sus usuarios tengan más capacidad de análisis que nunca, para ser capaces de construir una verdad real. Creo que en estos tiempos trepidantes, para estar en la Red y en los grupos de Whatsapp hay que leer y pensar más que nunca, jamás este binomio fue más importante que ahora.

– ¿Existe alguna forma de evitar dejarse llevar por todo lo que se escucha o se dice en la Red?
– Es verdad que tengo que reconocer que Internet se ha convertido en un tsunami capaz de arrastrar a una persona como yo con años de experiencia de vida al borde de la psicosis y el miedo, pero cuando me pasa eso y veo que mi capacidad de análisis objetiva se ve sobrepasada por esa capacidad de influencia de la desinformación y la opinión que me puede llevar a hacer cosas sin razón y cercanas a la estupidez, tengo un método infalible, desconecto el ruter, pongo el teléfono móvil en modo avión veinticuatro horas y me voy unas horas a la dehesa de Campofrío a ver cómo juegan los cerdos con la bellotas.

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