HBN. No ha podido ser. Aunque este Jueves Santo tenía previsto iniciarse en la capital onubense a las 19.05 horas con el tañer de las campanas del campanario de la Parroquia de la Purísima Concepción, finalmente, tras pedir una hora de moratoria, la Muy Antigua, Real, Ilustre y Seráfica Hermandad Sacramental de la Purísima Concepción y Archicofradía de Nazarenos de la Santa Vera+Cruz, Sagrada Oración de Nuestro Señor en el Huerto y Nuestra Madre y Señora de los Dolores Coronada ha decidido no realizar su estación de penitencia en la calle, sino hacerlo en el interior de este céntrico templo.
Habrá que esperar, por tanto, un año para ver en la calle las largas filas de nazarenos de túnica y morrión blanco, con cíngulo verde y cirio al cuadril, tan propios de esta conocida hermandad, que suele llevar unos 400 nazarenos en su procesión por las calles de la ciudad, de una nómina que ronda los 1300 hermanos.
Un cortejo que es, sin duda, uno de los más completos de la Semana Santa de Huelva, para fijarse en detalle en todas sus insignias anteceden a ambos pasos de la cofradía.
Una difícil decisión que, sin embargo, ha sido entendida, puesto que los cofrades del Jueves Santo ponen en la calle un valiosísimo patrimonio, desde la cruz de guía hasta la punta del manto “de los fideos” de Nuestra Madre y Señora de los Dolores, bordado por Patrocinio Vázquez en 1905, sin olvidar el portentoso paso de misterio de la Sagrada Oración en el Huerto. Este año, precisamente, en sus estrenos destacaba la restauración de los apóstoles del misterio.
La Banda de Cornetas y Tambores de la Merced iba a ser la encargada de acompañar, por tercer año consecutivo en su corta vida, al paso de misterio. Tras Nuestra Madre y Señora de los Dolores, como el pasado año, se iba a escuchar a la Banda Sinfónica del Liceo Municipal de la Música de Moguer. Sones clásicos que tendrán que sonar en la calle en 2020 para poder ver el procesionar de esta cofradía de cierto sabor añejo, sello inconfundible de la Archicofradía.
Como curiosidad, recordar que esta hermandad fue la encargada de organizar la salida procesional del Cristo de la Vera Cruz, la advocación más antigua de la capital, que volvía a procesionar por las calles de la ciudad el pasado Sábado de Pasión después de más de 100 años. Lo hacía escoltado por más de un centenar de miembros del Cuerpo de la Legión Española y bajo la atenta mirada de miles de personas que no quisieron perderse este acontecimiento. José Carlos García Castillo está afrontando su cuarto año al frente de la Archicofradía como hermano mayor.