Redacción. La Diócesis de Huelva, ante las medidas tomadas por el Gobierno de la Nación, tras declarar el estado de alarma, y las Orientaciones de la Conferencia Episcopal del pasado día 13 de marzo, considera oportuno y necesario adoptar nuevas disposiciones de urgencia en lo que se refiere a la acción pastoral y la asistencia al Pueblo de Dios.
Las presentes disposiciones se adoptan desde la voluntad de colaborar con la autoridades de la nación y autonómicas en orden a prevenir y erradicar la epidemia provocada por el Coronavirus y ante la dificultad real que entraña controlar la concentración de personas en actos religiosos o similares.
Disposiciones
1ª. – Queda suprimida toda celebración pública de la Santa Misa con asistencia de fieles en toda la Diócesis incluidos sábados, domingos y festivos.
2ª.- De acuerdo con las disposiciones del pasado día 13, se recuerda que, en virtud de los cc 87 §1 y 1248 §2 del CIC, se ha dispensado de la asistencia a la celebración dominical a todos los fieles en toda la Diócesis.
3ª.- Hacemos extensiva a toda la diócesis la supresión de los desfiles procesionales en la próxima Semana Santa.
4ª.- Ante la imposibilidad de garantizar las normas establecidas por la autoridad civil en lo relativo a concentración de personas, queda suprimida la celebración de funerales en las capillas de los tanatorios y en las iglesias. La asistencia religiosa se limitará al rezo de un responso “a pie de nicho” o ante el crematorio.
5ª.- El Obispado queda cerrado al público mientras dure el estado de alarma. Las urgencias se atenderán por teléfono (959 252 100 – 661 789 797) o por correo electrónico dirigido a la Secretaría ([email protected]).
Recomendaciones
1ª.- Siguiendo la sugerencia de la Comisión Ejecutiva de la CEE, invitamos a quienes lo consideren oportuno según las circunstancias a hacer sonar las campanas de nuestros templos a las 12 de la mañana “para invitar a orar a quienes permanecen en casa y hacer llegar a quienes sirven y trabajan, la ayuda del Señor y de la Virgen y el agradecimiento de la Iglesia”, terminando con la oración del Papa Francisco compuesta para esta situación tan dolorosa.
2ª.- En estos momentos de dolor y prueba, los sacerdotes, cuando celebren la Eucaristía, aunque sea sin presencia de fieles, recuerden que es una acción de Cristo que la Iglesia ofrece por las personas fallecidas y enfermas y para la pronta superación de este mal. Busquen la manera de hacer llegar a los fieles la cercanía moral y espiritual de su pastor utilizando los múltiples recursos que ofrece la tecnología.
3ª.- Las medidas tomadas resultarán sin duda dolorosas para muchos, pero, como cristianos, debemos vivir estos momentos “con responsabilidad ciudadana, con la solidaridad fraterna hacia las personas afectadas y con la confianza en el Señor que, en tiempos de prueba, nunca nos deja de su mano, sino que sostiene nuestra esperanza y nos invita a la conversión” (CEE).
Las disposiciones contenidas en el comunicado del Consejo Episcopal del pasado día 13 quedan en vigor en todo lo que no contradigan las presentes disposiciones y hasta que se vea conveniente adoptar nuevas medidas, en función de las futuras actuaciones de la autoridad competente.
Reiteramos nuestra petición a los sacerdotes, miembros de la Vida Consagrada, movimientos eclesiales, Hermandades y Cofradías y a todos los fieles, que continúen invocando el auxilio de Dios Nuestro Señor y ofrezcan sus sacrificios en este difícil momento y nos encomendamos de modo especial a la intercesión y protección de la Sma. Virgen María.