RFB. La música militar española es un patrimonio cultural que en el caso de la Legión tiene como uno de los temas más conocidos a la canción ‘el novio de la muerte‘. Este considerado en ocasiones himno oficioso y que está muy popularizado a través de la interpretación que los legionarios hacen en el traslado del Cristo de la Buena Muerte en la Semana Santa de Málaga, tiene su origen en una composición de Fidel Prado -letra- y Juan Costa -música- que fue estrenada en Málaga, en julio de 1921, interpretada como cuplé por la cantante Lola Montes.
Meses antes de aquel estreno, el 7 de enero de ese mismo año, un onubense natural de Minas de Riotinto, Baltasar Queija Vega, pasaba a la historia militar de España al ser el primer caído del recientemente creado Tercio de Extranjeros, germen de la Legión Española. Recibió un balazo en una posición del Zoco el Arbaa, en el entonces protectorado español de Marruecos, proveniente de unos rebeldes que atacaron a su compañía.
Los insurgentes trataron de quitarle el arma, algo que no consiguieron, y se enfrentaron a él, ya herido, en un cuerpo a cuerpo que acabó con su vida. Cuando sus compañeros lo liberaron, ya fallecido, de los atacantes la tradición dice que encontraron en sus bolsillos una carta de amor y un retrato. Esto nunca fue confirmado oficialmente, aunque el jefe del Cuerpo, Millán Astray, que ensalzó la figura del soldado atribuyéndole el calificativo de ‘poeta’, escribió que en sus ropas se encontró un papel con un poema: «Somos los extranjeros legionarios / El Tercio de hombres voluntarios / Que por España vienen a luchar». El fundador de la Legión señalaba en 1922 que Queija había hablado poco antes con sus compañeros y, haciéndoles partícipes de la muerte de su novia, les dijo que deseaba reunirse con ella.
Sobre la cuestión y la veracidad de la vertiente más romántica y novelesca hay controversia. No obstante la realidad de los hechos -la primera baja en la Legión, en las circunstancias citadas- y el carácter previo del luctuoso desenlace en relación al estreno del cuplé induce a muchos a considerar que este fue inspirado en la verdadera historia del legionario onubense.
Como indica Antonio García Moya en un articulo publicado en la Revista del Ejército, Millán Astray se refería al soldado como ‘un niño, de inteligente mirada y espontánea presteza. Hizo los versos, de todos conocidos de exaltada pasión y espíritu guerrero; fue el trovador de la 2ª bandera, y cantó, como el cisne, para luego morir’.
Baltasar Queija había nacido en Riotinto, como indicábamos, el 26 de marzo de 1900. Formaba parte de una familia de ocho hermanos cuyos padres, el industrial Baltasar Queija Seinza y Joséfa Vega Vega, estaban afincados en la localidad, provenientes de Orense.
El chico decidió trasladarse a Tenerife, donde comenzó a trabajar de camarero. Allí en Canarias leyó, en octubre de 1920, un anuncio de reclutamiento para el recién creado Tercio de Extranjeros. El contenido del mismo, con afirmaciones como «En la Legión encontraréis un buen haber, primas de enganche, comida sana y abundante, excelente vestuario…», además del compromiso concreto de una prima de enganche de 700 pesetas, sedujo a Queija, firmando el 9 de octubre su incorporación al Tercio. Volvió a la península y suponemos que a su tierra natal y se embarcó posteriormente en Algeciras para incorporarse a esa incipiente Legión en Ceuta. Recibió una breve instrucción y fue encuadrado en la 6ª compañía de ametralladoras de la 2ª Bandera del Tercio, junto a otros sesenta legionarios.
Tras diversos movimientos de su unidad por la zona, el 1 de enero de 1921 quedaron emplazados en el campamento que levantaron en el Zoco el Arbaa de Beni Hassan. Las condiciones eran muy duras. ‘la lluvia convierte en lodazales los caminos, nuestras sandalias, tipo fraile, se entierran en el barro y en el quedan la mayor parte de ellas, hundidas a cerca de medio metro de profundidad e imposibles de recuperar’.
Como apunta García Moya, Asensi López Blanco, en su obra 20 de septiembre de 1920, seguía la estela del fundador del Tercio acerca del primer muerto de la legión: ‘cierto día, a los pocos de salir al campo, dicen que recibió una carta fatal.
Allá en su pueblo acababa de morir la mujer de sus amores y el poeta, en la exaltación de su dolor, se emplazó a sí mismo, invocando a unirse a la muerte con la primera bala que llegase‘. En la noche del 7 de enero Queija resultó mortalmente herido y a primera hora de la mañana siguiente el comandante de su unidad se comunicaba con el teniente coronel jefe establecido en Ceuta en los siguientes términos: «a las 23:30 fue tiroteado puesto trincheras nº4 por enemigo que hizo 7 disparos lamentando muerte del legionario Salvador Baltasar Queija habiéndose consumido diez cartuchos». El teniente coronel respondió al telegrama expresando su emoción y pidiendo que fuese enterrado con la mayor solemnidad.
Las limitada comunicación de la época hizo que en su localidad natal pasaran meses antes de que se enterasen del triste final de Baltasar.
Curiosamente el 28 de abril el presidente de la Comisión Mixta de Reclutamiento de Huelva envía un sorprendente escrito al jefe del Tercio de Extranjeros: «Ruego a VE que por quien corresponda se expida y remita a este centro certificado que acredite si Baltasar Queija Vega, sorteado el año actual en Minas de Riotinto, se encuentra en la actualidad sirviendo como voluntario en la Legión Extranjera ejerciendo el cargo de practicante en el Hospital de Laucién perteneciente a ese territorio de su digno mando». La respuesta tuvo salida el 2 de mayo, y versaba así: «El individuo al que se refiere la presenta falleció a consecuencia de herida por bala enemiga el 7 de enero en Zoco el Arbaa».
El 13 de junio el alcalde de Minas de Riotinto remite un telegrama al jefe del Tercio: «Ruego conteste urgente noticias sobre el cabo del banderín Baltasar Queijo Vega que según recibida carta hoy murió la noche del 7 de enero en un ataque al campamento, se desconocen más detalles». La respuesta, del 18 de junio, dijó así: «Soldado Baltasar Queija Vega murió gloriosamente 7 de enero último al ser atacado campamento Zoco Albaa. Contesto su telegrama dia 13.».