Antonio José Martínez Navarro. Para historiar la zona donde se levanta el primer edificio no basta manejar documentos de Actas Capitulares o municipales archivos (historia fósil), ni recoger la información, más o menos amplia y auténtica, en la que escritores y cronistas se ocuparon de su transformación, aunque también sea necesaria. Ni siquiera enumerar los miles de arbustos, apenas si había árboles, que indicaban, a propios y extraños, que aquella tierra no era un erial, que en aquellos 1.200.000 metros cuadrados la diosa Ceres irradiaba sus fragancias. Cuando el curioso visitante se acercaba en primavera a tomar una bocanada de aire fresco que le da al edificio la brisa marina de la cercana ría que irradiaba la antigua y siempre querida Huelva, sentía el pulso de esa fría sangre vegetal. Ese torrente casi imperceptible de savias que acumulaban, depuraban y clasificaban el mágico alambique de las raíces que irradiaban los matorrales.
Pero dejemos su origen, su embrión vegetal y forestal que a extramuros de Huelva limitaba con la Fuente de las Naciones y otras que se esparcían a cada kilómetro (hasta alcanzar el Monumento a Colón), y el muelle de la Compañía minera de Río Tinto y vayamos, sin más dilación, al meollo de la cuestión y ya, rozando la centuria XXI el Nuevo Estadio Colombino.
Un aspecto en el que podían descubrirse la influencia del Ensanche Sur sobre la Huelva de la segunda mitad del siglo XX, cuando el nivel de vida hizo llegar los vehículos a los onubenses, era su condición de escenario propicio para las expansiones afectivas y los dulces ritos del amor de jóvenes parejas y que también era el lugar donde las furcias llevaban a sus “palomos”, en las últimas décadas del siglo veinte, para desplumarles unas miles de pesetas por un rato de placer donde inequívocamente triunfaba Venus aunque estuviese mancillada.
Dejando a un lado el celuloides rancio de estos recuerdos, la historia de esta zona nos la dan las diversas ubicaciones de las Fiestas Colombinas, siempre huyendo al caer derrotada, una vez sí y otra también, por la pujanza de una Huelva que quería y quiere romper su cinturón por este Ensanche que, en su inicio proponía los citados, 1.200.000 metros cuadrados capaces de albergar la edificación de 2.300 viviendas.
Al primer edificio o bloque le fue concedido el inicio de las obras en febrero de 2017 con un espacio de tiempo de ejecución de dieciocho meses. Pasó este brevísimo margen y las obras se realizaron con un ritmo febril, (a pesar de las numerosas lluvias cuyas aguas debían ser extraídas para proseguir las obras), hasta que a mediados de marzo de 2019 el Ayuntamiento le concedió el permiso de ocupación a Natural Links S. L. de su primer edificio levantado en este espacio. Las vallas de protección fueron quitadas por albañiles que intervinieron en la función constructora del bloque el viernes 18 de marzo de 2019. Esa primera fase del proyecto de urbanización del Plan Parcial, es limítrofe a la rotonda de Villa de Madrid, donde se sitúa el parque infantil) y en su prolongación alcanza hasta el recinto colombino actual, situando en derredor los espacios verdes, y que seguirá huyendo a zonas más distantes cuando le llegue el turno de que se levanten nuevos edificios. En sus inmediaciones se ubican dos calles que acaban de ser incluidas en el nomenclátor onubense –nos referimos a la fecha de febrero de 2019 aproximadamente en que fueron solemnemente inauguradas- dedicadas al que fuera excelente alcalde de Huelva, José Antonio Marín Rite, primer edil de la cohorte municipal en la época democrática, de excelente recuerdo para los ciudadanos onubenses y del que ya realizamos una extensa biografía en este mismo hospitalario diario digital, y Cristóbal Gangoso Aragón, ilustre psicólogo de brillante trayectoria, fundador de la Asociación ARO. En ambos casos han sido honores merecidos.
Los dieciocho meses de laboriosidad constructora ha dado como fruto cuarenta y seis viviendas, dos locales comerciales, cincuenta y cuatro plaza de garaje y quince trasteros. Este remedo de rascacielos consta de doce plantas (bajo, diez plantas uniformes y ático). Meses antes de que se enarbolara la bandera española que acreditaba la máxima altura del edificio y de la posterior entrega de las viviendas que historiamos, se había realizado el Parque Infantil perfectamente dotado con los diversos
En junio de 2018, Natural Links entregó un proyecto ´básico para elevar el segundo edificio, pero, ¡detente pluma…! que los datos del futuro segundo edificio darán lugar a una nueva Historia Menuda de Huelva