María José Fernández. Otro 14 de Febrero nos visita bajo el secreto de unas alitas blancas y un arco con flechas de amor para ti y para cualquiera que se preste a tal influjo en toda su magnificencia.
¿Tiene que ser hoy y no otro día de los que les resta al año?, pues parece que así es, quizás por las colasen las grandes superficies y tiendas varias para arrasar con el último pastel en forma de corazón, rosas o regalos varios, ya cada quien le pone el precio que cree o puede a este día, es curioso ver desde fuera esto de ponerle precio a lo que te quieren, resulta hasta irrisorio, pero entraría en la falsedad sino digo que yo también lo he puesto y esperado cada 14 de este enamorado mes para ver que me esperaba.
Pueden ser los años, la edad, la experiencia o quién sabe si los desengaños pero recuerdo cuando en mi adolescencia hacíamos un buzón de con una caja de cartón en el instituto y allí secretamente dejábamos una carta para esa persona tan especial que nos robaba el sueño y si ya éramos correspondidos… ¡Cupido (digo yo…)habría escuchado nuestras súplicas!, probablemente el maravilloso idilio no pasara de esa carta y esa tarde con unas sonrisas y una invitación para merendar, ¿pero y lo felices que éramos?, ya el amor de nuestra vida se escaparía como agua de mayo con alguno de nuestros compañeros o compañeras y se acababa el mundo, solo por unos días que ya vendría otro San Valentín, y si no el resto del año no era para nada desechable para encontrar ese amor que se nos pasó de largo aquel 14 de febrero del año… (cualquiera) y nos acordaremos hasta de la hora, eso sí que eran mariposas en el estómago.
Recuerdo bien en mi primera carrera una clase bajo la atenta mirada del profesor, el día de los sucesos este en el que estamos, de años atrás (no voy a decir cuantos, pero mi cabello aún no tenía la amenaza de ir apuntando ver canas), suena la puerta con un par de golpes de nudillo y un por favor hace entrar por la puerta un ramo de flores mucho más grande que la cabeza de quien lo portaba, era el portero del instituto, yo creo que todas esperábamos a un Richard Gere detrás de tal impresionante detalle floral, ahora solamente quedaba esperar quien era la protagonista de cuento, la princesa que se llevaría el amor de ese príncipe tan atrevido, todas lo pensamos solamente había que mirar nuestras caras de ansiedad siguiendo los pasos del portero hacia la susodicha y de chasco cuando pasaban por nuestro lado y no nos miraba ni a la cara, hasta que llegó la afortunada, éramos niñas y un chico había ahorrado no sé cómo para hacer tal locura, aún lo recuerdo y los colores en la cara de mi compañera no necesitarían rubor para unas semanas, el final no fue tan alegre, ella rechazó tal detalle y otra compañera se lo llevo “como gesto de buena voluntad” (léase entre líneas) es que a su madre no le gustaba ese chico para ella y no hace tantos años de aquello, pero obedecíamos ciegamente a nuestros padres, pues cualquiera les plantaba cara, nos castigaban sin salir y eso sí que era una tragedia y no perder un ramo de flores un día del segundo mes del año.
Hoy no, hoy nos llenan las manos de bolsas con lazos donde en su interior te mareas con lo que ha costado lo que ya tienes pero de otro color, especial San Valentín 2019, en este caso, colección chico o chica y para otros bolsillos menos pudientes, otro osito con corazoncito que va para la estantería y nunca bajo ningún concepto se olvide la caja de bombones, esa que ya solo con verla nos dice lo que nos quieren o queremos.
A mí me van permitir que les diga que un diamante es para siempre, que hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana, que San Valentín es cosa de dos… y que el amor no tiene fecha ni propaganda, aunque si la ilusión de este día ayuda a mantener encendida esa llama del amor ¿quién soy yo para decir lo contrario?, dejemos pues revolotear a ese querubín por encima de nuestras cabezas que hoy se arregla todo con una flor y un te quiero, ¿o no?. Decídanlo ustedes, mientras podemos pensar en las palabras del dramaturgo español Jacinto Benavente, que nos decía: El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece.
Feliz Día de los Enamorados.