Cristina Morales. La vocación es uno de los sentimientos que más enriquecen al ser humano, ya que permiten saber exactamente a qué debes dedicar tu vida y centrar todos tus esfuerzos. Sin embargo, a veces se siente como un veneno, ya que puebla todo el cuerpo y ya no se puede abandonar dicho camino, a pesar de que las circunstancias que lo rodeen sean complicadas. La música suele ser una de esas disciplinas que se introducen en un ser cual veneno, obligando a esa persona a centrar todo sus esfuerzos en mostrar su arte. El flamenco, es un duro y difícil camino pero trae como recompensa poder expresar sentimientos a través de cada estrofa, al ser tan racial.
Jesús Corbacho Vázquez es un onubense que sintió el veneno de la música y, en concreto, del flamenco, siendo un niño. El culpable probablemente fuera su padre, ya que desde que nació en vez de nanas le cantaba fandangos y lo entretenía escuchando a Paco Toronjo o Caracol. Es hermano de la también cantante Vicky Corbacho, aunque ella presenta un estilo más encaminado al pop y a la música latina, habiendo triunfado en Latinoamérica. Nacido en Huelva en el año 1986, con once años consigue su primer galardón en el mundo del flamenco, al alzarse con el Primer Premio Nacional de Fandangos del Certamen ‘Paco Toronjo’ en Alosno en la Categoría Infantil, repitiendo 4 años más tarde ya en la Categoría de Adultos. Además de poseer más de una decena de galardones de otros concursos de la provincia, destaca su premio al Cante por Malagueñas en el Concurso de la Unión de 2008, un certamen muy importante dentro del mundo del flamenco en España.
A pesar de llevar siempre por bandera su tierra, con 16 años decide trasladarse a Sevilla para aumentar sus posibilidades y conseguir su sueño: vivir de la música y dedicarse en exclusiva al cante flamenco. Allí se hace con una beca para cursar estudios en la Fundación de Arte Flamenco de Christina Heeren, donde contó con una formación de calidad impartida por profesores de la talla de Paco Taranto o José de la Tomasa, y donde, además, colaboró durante dos temporadas como profesor auxiliar tras finalizar sus estudios. Entre sus referentes se encuentran artistas que escucha desde su infancia gracias a su padre, tales como Marchena y Caracol, que destacaron por ser unos revolucionarios del flamenco en su momento.
Actualmente y desde hace ya unos años, el onubense recorre el mundo mostrando su arte mientras acompaña a cuadros de baile y grupos de danza, aportando su voz al espectáculo conjunto. Esta faceta le ha permitido trabajar junto a figuras del baile como Milagros Mengíbar, Belén Maya, Merche Esmeralda, Rafael Campallo, José Galván, Manuel Liñán, Olga Pericet, Maros Flores, Daniel Doña, Rocío Molina, Laura Rozalén, entre otros, y compartir escenario en diversas ocasiones con artistas como Chano Lobato, Fosforito, José Mercé, Luís de Córdoba, Juanito Villar, Arcángel, ‘El Extremeño’, Estrella Morente, ‘Guadiana’, Mayte Martín o Montse Cortés.
No podría nombrar en estas líneas todos los países que ha visitado, pero entre ellos destacan rincones tan dispares e impresionantes como EEUU, México, Trinidad y Tobago, Jamaica, Argentina, Brasil, Japón, China, Tailandia, Australia, Tasmania, Marruecos, Europa en prácticamente su totalidad y muchos más lugares. Sin embargo, aunque le encanta empaparse de diferentes culturas y disfruta con acercarles el flamenco, a veces se le hace cuesta arriba pasar tan largas temporadas alejado de su familia. Su vocación le ha llevado a luchar desde pequeño su sueño, el cual con mucho esfuerzo ha logrado conseguir. Puede presumir de haber logrado algo muy difícil, poder ganarse la vida haciendo lo que le gusta y siendo embajador de la cultura española, andaluza y, cómo no, onubense. Hablamos con el cantaor Jesús Corbacho para que nos cuente más acerca de su interesante vida.
– ¿Cómo llegas al mundo del flamenco?
Pues aunque suene a tópico, mi padre me dormía cantándome fandangos, por lo que el fandango de Huelva siempre ha estado presente en casa desde que nací. A partir de ahí me fui aficionando, siempre he cantado en las reuniones familiares desde pequeño, con dos años y medio ya canturreaba por fandangos y con nueve años empecé a tomar clases de guitarra en la Peña Flamenca de Huelva. Luego decidí comenzar con clases también de cante y me empecé a interesar por otros palos del flamenco, a través de los discos que me compraba mi madre.
– ¿En qué palo del flamenco te encuentras más cómodo?
La verdad que no hay un palo concreto en el que esté más a gusto. Me gusta mucho cantar por fandango, por soleá, por malagueña, por guajira…
– ¿De dónde viene tu pasión por el flamenco?
Me viene de familia. Mi padre me dormía cantándome por fandangos y mi abuela paterna dicen que también cantaba muy bien por fandango. A mi padre siempre le ha gustado escuchar a Toronjo, a El Pinto, a Caracol y muchos más, pero no ha habido nadie en mi familia que se haya dedicado profesionalmente al cante flamenco antes.
– ¿Te dedicas en exclusiva al cante o tienes otro trabajo?
Me dedico solo y exclusivamente al cante, tengo la suerte, gracias a Dios, de dedicarme a lo que me gusta desde los 16 años. Ahora que tengo 32 puedo decir que llevo media vida en el cante.
– ¿Por qué decides irte de Huelva?
Básicamente porque vivir del flamenco en Huelva es literalmente imposible. No hay recursos para vivir de ello.
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Pues el dedicarme a lo que gusta ya es un gusto, valga la redundancia. Es muy reconfortante ver cómo la gente se emociona con lo que haces, y cómo valoran el flamenco fuera de nuestras fronteras. Me gusta mucho el respeto que tienen hacia el artista flamenco fuera de España, porque por desgracia aquí parece que el dedicarse al cante es lo mismo que vivir del cuento, ya que te suelen hacer la típica pregunta ¿tú cantas? Pero ¿en que trabajas? No piensas que esto sea un trabajo serio, pero sí que lo es.
– ¿Y lo que menos?
El tiempo que se pasa sin ver a la familia. Yo canto sobre todo para el baile y viajo mucho por todo el mundo con muchos bailaores y bailaoras y distintas compañías de danza. Estoy muy agradecido por ello, pero sí es cierto que es muy duro pasar tanto tiempo sin mis hijos y mi mujer. He estado en los cinco continentes y mucha gente piensa que se va uno de vacaciones, pero uno va a trabajar. He estado en ciudades maravillosas en las que cualquier persona soñaría con visitar de las cuales solo conozco el aeropuerto, el hotel y el teatro donde he trabajado, pero esa parte oscura la gente no la ve. Como todo trabajo, esto también tiene su sacrificio.
– ¿A qué países te ha permitido viajar profesión?
La verdad que si tuviese que nombrar todos los países y/o ciudades en las que he tenido la suerte de estar nos quedamos sin sitio en la entrevista pero bueno, por ejemplo EEUU, México, Trinidad y Tobago, Jamaica, Argentina, Brasil, Japón, China, Tailandia, Australia, Tasmania, Marruecos, Europa en prácticamente su totalidad y muchos más lugares.
– ¿Cuáles son tus planes a corto/medio plazo?
Bueno yo vivo en el día a día, no pienso en qué puede pasar dentro de “x” años, simplemente en levantarme cada mañana pudiendo expresar con mi voz lo que siento y poder seguir viviendo de lo que más me gusta que es el cante. Ese es mi plan.
– ¿Cuál es tu sueño?
Mi sueño es tener salud para poder disfrutar de mi familia y del cante, además de poder seguir dedicándome a mi gran pasión como hasta ahora, ya que nunca me ha faltado el trabajo y espero que así siga siendo.
– Mensaje para los onubenses.
Bueno a los onubenses decirles que por cada lugar del mundo que voy presumo de ser de Huelva. Aunque lleve media vida viviendo en Sevilla, soy y seré de Huelva, cosa de la que me siento orgulloso, aunque muchas veces las autoridades de Huelva se olviden de muchos artistas onubenses que llevamos muchos años dando bandazos por todo el mundo, y de los cuales solo se acuerdan cuando toman un nombre importante.
A la gente de Huelva hay que apoyarla desde el principio y presumir de ellos desde el principio que es cuando se necesita apoyo, que luego bien que nos gusta presumir cuando cualquier persona artista, deportista o de cualquier otra disciplina de nuestra tierra coge un estatus importante diciendo “ese es de Huelva”. ¡Viva Huelva y las Papas con choco!