Mari Paz Díaz. Desde que su abuelo le esperaba a la salida del comedor del Colegio Público de Practicas, Alberto Espuelas González ya soñaba con hacer algo llamativo, cambiante, algo con lo que no se aburriera. Así que, después de cursar Secundaria y Bachillerato en el IES Alonso Sánchez, -centro del que tiene los mejores recuerdos de su vida-, este joven de Huelva tomó una importante decisión: dejar su Huelva natal para marcharse a Madrid a estudiar Ingeniería Aeroespacial. «Tenía apenas 17 años y fueron de los años más impactantes de mi vida, con los que más aprendí», asegura.
Tras su paso por Madrid, Alberto se graduaba hace un año como ingeniero aeroespacial en la Universidad de Sevilla. Y fue entonces cuando se produjo otro momento clave en su vida. Según nos cuenta, «justo al terminar, decidí buscar trabajo en Madrid para quitarme el mal sabor de boca que me dejó al empezar los estudios. Suelen decir que ¨Madrid es no tener nada y tenerlo todo¨, y yo siempre he sido muy avaricioso (risas). Una de esas noches, descansando de mi último examen de la carrera, me llamó mi amigo Nacho Cañizares, para recomendarme para un puesto de trabajo en la empresa Bastian Solutions. Estaban buscando gente joven con motivación para un puesto de Project Engineer. Siempre les agradeceré a él y a su familia por ser yo el primero en quien pensaron cuando se enteraron de las características del puesto».
Tras esta llamada, a sus 23 años, Espuelas González, a pesar de haber hecho otras entrevistas profesionales, decidió apostar por Bastian, ante los nuevos retos que se le abrían por delante. «Bastian era lo que siempre hubiera soñado dentro del mundo de la ingeniería», afirma rotundo. Un empleo que le está dando muchas satisfacciones, al tiempo que le permite viajar mucho. En la actualidad, desde hace algo más de un mes, se encuentra en México, desde nos cuenta cómo está siendo su experiencia a través de esta entrevista para ‘Onubenses por el mundo’.
-Alberto, te encuentras trabajando en Bastian Solutions. ¿A qué se dedica esta empresa?
-Bastian Solutions es una de las 20 empresas más importantes en el mundo dentro del sector del Material Handling. Somos integradores de sistemas de automatización para empresas de Retail, E-commerce, alimentación y bebidas, paquetería, textil, etcétera. En pocas palabras, y como ejemplo, toda la robótica, el software y la ingeniería que hay detrás de tu pedido por internet, desde que ordenas tu nuevo móvil o tus zapatos hasta que ese pedido llega al camión que te lo lleva a tu casa, ahí está Bastian. Mi rol en Bastian Solutions Europe como Project Engineer es el de diseño de estos tipos de sistemas robóticos, así como supervisión en planta de instalaciones que se realicen en la empresa.
-¿Por qué decidiste irte fuera?
-Siempre he sido una persona muy cambiante. Cuando era pequeño, mi madre me tenía que matricular cada año en una actividad extraescolar diferente, porque me aburría. Cada vez que ve la guitarra flamenca en el armario, me lo recuerda (risas). Además, siempre he pensado que, si algo me da miedo, es porque tengo que hacerlo. Y, cuando me propusieron en la empresa apoyar y llevar a cabo proyectos en diferentes países y en distintos idiomas, no dudé en aceptar. Era algo de lo que no me iba a cansar nunca.
-¿Cuánto tiempo llevas fuera de España?
-Ahora mismo, llevo algo más de un mes en México, trabajando en proyectos con la división mexicana de Bastian, aunque no tengo billete de vuelta aún.
-¿Qué haces en este país?
-Las tres primeras semanas he estado supervisando, junto con uno de mis compañeros, una instalación en Ciudad de México para una gran empresa de comercio electrónico. Actualmente, me encuentro solo en Querétaro, instalando otro sistema para una de las empresas más importantes de paquetería en el mundo. Después de esto, probablemente me desplacen a Toluca o Monterrey.
-De todas formas, no es tu primera estancia en el extranjero.
-En este primer año en la empresa he estado involucrado en varios proyectos. En octubre del año pasado me estuve formando durante un mes en la sede de Bastian Solutions en Indianápolis, Estados Unidos. Después de aquello, contaron conmigo para algunas negociaciones técnicas en Bélgica. Y, tras las navidades, me enviaron para aprender de un proyecto de una de las mayores farmacéuticas en Israel, del que me harían responsable unos meses más tarde. Posteriormente, acompañé a mi colega Fernando a negociaciones en Rumanía y, en la misma semana, al inicio de un proyecto en Lieja, Bélgica.
Luego, en mayo, volvimos para una desinstalación de un tipo de sistemas que solemos integrar. Y, durante junio y julio, continué mi trabajo en Madrid, donde resido mientras no estoy en ningún sitio. Hasta agosto, que volví a Israel como Project Manager para terminar la entrega completa de lo que comenzamos en febrero.
-¿Cuál es tu balance de la experiencia por ahora?
-Para mí, aparte de los momentos de entrega, de los problemas que surgen durante la instalación, etcétera, es de las mejores experiencias que he vivido en mi vida. He conocido gente maravillosa, tengo amigos en Netanya, en Toronto y en Texas, he conducido por carreteras increíbles y estoy creciendo personalmente bastante rápido. Siempre agradezco la confianza que han depositado en mí mis compañeros de trabajo y mi jefe, que me han dejado tirarme solo a la piscina cada vez que he querido, aun sabiendo la poca experiencia que tenía.
-¿Cómo es vivir en México? ¿Es muy diferente a España?
-La gente y el país de México me están recordando mucho a Andalucía. El clima es parecido, el servicio es increíble, hablan de usted cuando se refieren al plural, dicen alcancía y chamarra, etcétera. ¡Como en Huelva! Sólo me faltan los chocos, aunque aquí también se come de maravilla, sin que te tenga que gustar el picante. Sinceramente, es uno de los sitios donde he estado más cómodo viviendo. La gente es muy acogedora y amable. Aunque me encuentre a miles de kilómetros, me siento como en casa.
-Vives en Querétaro. ¿Cómo es esta ciudad?
-Llevo una semana viviendo en Querétaro. Es una ciudad enorme y preciosa, rodeada de cerros y montañas verdes. El clima no es muy cálido y está repleta de viñedos y granjas donde se hacen quesos.
-A partir de aquí, ¿te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
-Siempre intento irme a la cama con algo nuevo que contar. Cuando algo no me motiva o veo que ya no requiere mucho esfuerzo, cambio. Con miedo siempre, pero cambio. El hablar con la gente siempre me ha hecho sentir muy vivo. Siempre recuerdo el «Es muy charlatán» escrito en cada boletín de notas de Primaria (risas).
-¿Qué piensa tu familia y tus amigos de tu aventura?
-Para mi familia siempre es un miedo el no saber dónde estoy, sobre todo cuando les digo que voy solo en coche de Toluca a Querétaro (mi abuela ni lo sabe). Aun así, están muy orgullosos de que estoy consiguiendo mis sueños con muchas ganas y teniendo que dejar atrás muchas cosas que quiero. Mi hermano es mi pilar, mi modelo a seguir y quien me enseña a organizar todo este caos. Él vive conmigo todos mis éxitos.
Para mis amigos es una alegría. Lo bonito es que me rodea gente muy sana que me acompaña siempre en cada logro y en cada fracaso, recargándome las pilas.
-¿Cuáles son tus planes futuros?
-No tengo. Creo que, si ahora mismo estoy feliz, es aquí. Porque siempre he hecho lo que me ha apetecido de la forma más apasionada posible.
-¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
-Espero terminar con estos trabajos a mediados de noviembre. Aunque si me ofrecen seguir apoyando en el resto de los proyectos que hay en México, no lo dudaría.
-¿Qué es lo que más echas de menos de tu tierra?
-A mi abuelo, me hubiera gustado que viera y viviera conmigo lo que estoy consiguiendo. Y la ensaladilla de pulpo de ‘La Teja’, también la echo mucho en falta aquí.
-Para terminar: un mensaje a tus paisanos.
-Que sean felices, en Huelva o en Helsinki. Y que, si no les gusta lo que hacen, que cambien. Nuestra zona de confort siempre olerá a sal.