HBN. Como marca la tradición, Paterna del Campo ha festejado este martes y miércoles, 14 y 15 de agosto, las fiestas en honor a la Virgen de las Virtudes, patrona de la localidad. Una fecha en la que se ha vuelto a hacer alarde de la gran devoción de los vecinos por esta imagen, de curiosa historia, y que la Hermandad que lleva su nombre ha sabido cultivar y promover. Unas fiestas que se desarrollaron, una vez más, en la Plaza de España, decorada para la ocasión, donde se instaló un escenario destinado a diversas actuaciones y espectáculos.
El día 14, en la víspera, los paterninos disfrutaron de la actuación de la Orquesta Sabela, mientras que de madrugada salía el conocido toro de fuego. Una parte lúdica que se completaba con el rezo del Santo Rosario en la Parroquia de San Bartolomé a partir de las 22.00 horas.
Una víspera que daba paso al día grande de las fiestas, que tenía lugar este miércoles, 15 de agosto, Festividad de la Stma. Virgen de las Virtudes, patrona de la Villa de Paterna del Campo. Una jornada que comenzaba a las 11.00 horas de la mañana con la Solemne Función Principal, presidida por D. Rufino D. López Muñoz, párroco y director espiritual de la hermandad. La imagen, de los años 70, es obra de José Guzmán.
Ya por la noche, a partir de las 22.00 horas, se producía la salida procesional de la patrona, acompañada por la Banda de Música Municipal de Paterna del Campo. Un momento muy esperado por todos los paterninos a lo largo del año, con el que se dio paso en la Plaza de España a las actuaciones de Carlos Ruiz Gener, Mari Vázquez Romero y Víctor Vázquez.
Una festividad que este año ha sido muy especial, puesto que el pasado 25 de julio se conmemoraba del 325 Aniversario del Patronazgo de Nuestra Señora de las Virtudes sobre la Villa de Paterna del Campo (1693-2018), fecha que se conmemoraba en una Solemne Función de Acción de Gracias con la presencia del Obispo de Huelva, José Villaplana Blasco, acto que contó con la presencia de las autoridades municipales, como el alcalde de Paterna, Juan Salvador Domínguez Ortega, entre otros, junto a los representantes de las hermandades de Paterna y de las localidades vecinas, como Escacena del Campo, Manzanilla, Chucena y Carrión de los Céspedes.
Historia de una devoción. El fervor por la Virgen de las Virtudes en la localidad onubense es centenario. Su historia es muy singular. La imagen primitiva de la dolorosa era muy antigua, se cree que de origen visigodo, hecha en alabastro y de unos 10 centímetros de altura.
En 1280, con la conquista de los musulmanes de la Península ibérica, la Virgen desapareció. Su paradero fue desconocido durante casi dos siglos, hasta que una niña se perdió en el pueblo y fue encontrada en el interior de un pozo. Cuando la sacaron, la pequeña dijo que había visto a una Señora muy guapa con la que había estado jugando. Al bajar para comprobar lo que decía la niña, encontraron en una cueva la talla de alabastro.
Más tarde, la Virgen se convertiría en patrona de Paterna del Campo, recalando en varios enclaves, desde una capilla que le construyeron en la zona conocida como Pinguete, donde fue hallada, hasta la iglesia de la localidad, pasando por un convento de Carmelitas Descalzos fundado bajo su advocación.
En el siglo XIX, el culto a la Virgen decae y a partir del 5 de octubre de 1934 prácticamente desaparece cuando arde la iglesia parroquial de Paterna con la imagen de alabastro en su interior.
A partir de este momento se promueve en la localidad el fervor a la Virgen del Carmen, a quien acaban haciendo alcaldesa del pueblo. Pero en la década de los 60, devotos de la patrona reactivan su culto, mandando esculpir una nueva talla y constituyéndose la Hermandad local de la Virgen de la Virtudes. En suma, la devoción por la patrona paternina se ha mantenido viva a pesar del paso del tiempo.